Instrucciones para observar el recién descubierto cometa Nishimura

En estas fechas podemos disfrutar de un cometa descubierto hace poco más de una semana en el cielo del amanecer.

N-region / Pixabay

Como suele ocurrir con estos inesperados visitantes que nos alcanzan desde lugares recónditos, cerca de los límites de nuestro sistema solar o incluso desde más allá de sus confines, lo descubrió un astrónomo aficionado. Se trata del japonés Hideo Nishimura, que destaca por haber descubierto ya 3 cometas, 23 estrellas novas y otras cuantas estrellas variables.

Ese hito tiene un mérito enorme hoy en día, dado que buena parte de esos descubrimientos suelen realizarlos programas de seguimiento automatizados. En esta ocasión, al robot le ha ganado un aficionado perseverante y conocedor del firmamento, apasionado por escudriñar el cielo noche tras noche sin cesar.

¿Gira Nishimura alrededor del Sol?

Continuamente se descubren cometas nunca antes vistos, hasta varias decenas cada año. Buena parte de ellos poseen órbitas elípticas enormes, pero generalmente su excentricidad suele ser menor a 1, un valor numérico que define una órbita como parabólica. Estos cometas proceden de una especie de gran almacén de cuerpos helados que conocemos como la Nube de Oort.

El caso del cometa Nishimura es un poco diferente. Una vez reconstruida la órbita del objeto en base a las observaciones recibidas en el Minor Planet Center –centro internacional que las recopila y almacena–, se ha confirmado que su órbita es ligeramente hiperbólica y que atraviesa nuestro sistema planetario con una excentricidad mayor a uno. Eso podría hacernos pensar que estamos ante un objeto no ligado gravitatoriamente al Sol. Sin embargo, pese a ser ligeramente hiperbólico, podría también haberse originado en la Nube de Oort. Ciertos estudios de dinámica celeste de cometas situados en los confines del campo gravitatorio demuestran que están expuestos a los impulsos gravitatorios de pequeñas estrellas o planetas errantes que podrían cambiar ligeramente la excentricidad de sus órbitas. Esos encuentros fortuitos podrían hacerlos caer desde la Nube de Oort hacia el Sol siguiendo órbitas ligeramente hiperbólicas.

The Conversation