Indicios de posible vida a 124 años luz de la Tierra

El exoplaneta k12-18b tendría océanos similares a los nuestros.

Recreación artística del exoplaneta K2-18b. / Amanda Smith, University of Cambridge.

El gigantesco exoplaneta K2-18b, situado a 124 años luz de la Tierra, dispondría de un mundo oceánico, con agua líquida debajo de la atmósfera a presiones y temperaturas similares a las que se encuentran en los océanos de la Tierra.

El exoplaneta K2-18b, situado a unos 124 años luz de distancia de la Tierra, es potencialmente habitable, según una investigación de la Universidad de Cambridge.

Un estudio internacional publicado el año pasado había detectado ya vapor de agua en ese exoplaneta, un descubrimiento importante en la búsqueda de vida extraterrestre.

K2-18b, que es aproximadamente nueve veces más masivo que la Tierra, se encuentra en la zona habitable de la estrella alrededor de la cual orbita.

Esta estrella es más pequeña y más fría que el Sol, pero debido a su mayor proximidad, K2-18b recibe prácticamente la misma cantidad total de energía de su estrella que la Tierra recibe del Sol.

Los autores de aquella investigación sospechaban incluso que K2-18b podría tener un ciclo hidrológico que permitiera que el agua se condensase en las nubes y provocase lluvia líquida.

Sin embargo, no podían deducir que las condiciones de su atmósfera, rica en hidrógeno, fueran adecuadas para la vida.
Si hay demasiado hidrógeno, la temperatura y la presión serían demasiado altas para soportar la vida en la superficie del exoplaneta.

Conclusión categórica

La nueva investigación ha sido más categórica al respecto: ha concluido que K2-18b es capaz de retener agua líquida en condiciones habitables debajo de su atmósfera.

Ha demostrado que su envoltura de hidrógeno no es demasiado gruesa y que la capa de agua podría tener las condiciones adecuadas para soportar la vida.

Para llegar a esta conclusión utilizaron observaciones previas de su atmósfera, así como de la masa y su radio.

Utilizando modelos precisos y métodos estadísticos, determinaron la composición y estructura de la atmósfera y del interior del exoplaneta.

Y confirmaron que la atmósfera es rica en hidrógeno con una cantidad significativa de vapor de agua.

También descubrieron que los niveles de otras sustancias químicas, como el metano y el amoníaco, son más bajos de lo esperado para dicha atmósfera.

Por último, pudieron calcular las condiciones interiores del exoplaneta, incluyendo la extensión de la envoltura de hidrógeno, así como las temperaturas y presiones en la capa de agua.

Condiciones favorables

Los investigadores descubrieron así que la extensión máxima de la envoltura de hidrógeno es de alrededor del 6% de la masa del planeta.

También que la cantidad mínima de hidrógeno es similar a la fracción de masa de la atmósfera de la Tierra.

En consecuencia, creen que el exoplaneta podría disponer de un mundo oceánico, con agua líquida debajo de la atmósfera a presiones y temperaturas similares a las que se encuentran en los océanos de la Tierra.

Nuevas perspectivas

Este estudio abre nuevas perspectivas a la búsqueda de condiciones para la vida fuera del sistema solar, ya que muestra que incluso planetas mucho mayores que la Tierra podrían albergar alguna forma de vida.

Desde el descubrimiento del primer exoplaneta en los años 90, los astrónomos han descubierto y analizado planetas ubicados en la zona habitable de sus estrellas, donde las condiciones pueden conducir a la formación de agua líquida y a la proliferación de la vida.

Según los resultados de la misión satelital Kepler, que ha revelado casi dos tercios de todos los exoplanetas conocidos hasta la fecha, del 5% al 20% de los que son similares a la Tierra y de las así llamadas supertierras (porque poseen entre una y diez veces la masa de nuestro planeta), están ubicados en la zona habitable de sus respectivas estrellas.

La búsqueda continúa.