Hay células que viven después de la muerte y que podrían ayudar a solucionar crímenes

Poco y nada se sabe sobre qué sucede a nivel celular en nuestro cuerpo después de fallecer, aunque sí se sabe que hay células que sobreviven a la mismísima muerte. No mueren enseguida las células que reaccionan al estrés, a las bacterias, virus y sustancias que parecen extrañas y dañinas, las que producen inflamaciones y cáncer. ¿Por qué?

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En 2016 los científicos descubrieron que aunque tu corazón haya dejado de latir, no haya registros de ningún tipo de actividad cerebral y no respires, después de perder la vida hay un período de conciencia en el que uno es capaz de reconocer que murió y describir la situación en la que se encuentra estando muerto.

Ahora también se sabe que algunas células siguen vivas; estudiar por qué podría servir para calcular el momento exacto de fallecimiento, conocimiento que podría mejorar los cuidados de los órganos de donantes y los trasplantes; incluso ayudar a explicar porqué algunas personas que reciben trasplantes están en un riesgo mayor de contraer cáncer.

Además serviría a la ciencia forense en criminología, ya que la hora de fallecimiento sería una prueba más fehaciente. También es importante poder investigar la actividad de los genes en los tejidos que únicamente pueden obtenerse después de a muerte.

Para saber por qué esas células prevalecen, los científicos estudiaron más de 1.000 genes de peces cebra y ratones durante cuatro días después de su muerte. Descubrieron que las células que reaccionan al estrés, las que producen inflamaciones y cáncer y las que dan una respuesta inmune aumentaban su nivel de actividad.

No hay suficiente data como para saber con exactitud por qué. Según Science, hay algunos estudios que analizaron 36 tipos de tejido humano de 9.000 muestras obtenidas de personas muertas, y hallaron que los genes de los músculos se volvían locos en comparación con la de los tejidos del brazo y las expresiones cerebrales que eran “estables”.

Sputnik