Hacer luz de gas: todo sobre el maltrato psicológico que estás sufriendo sin saberlo
August 22, 2020 Bienestar , NoticiasUno de los mayores peligros de la luz de gas es que muchas víctimas lo sufren y no lo saben. Otro es que la mayoría son ignoradas por autoridades y especialistas que aún no entienden las dimensiones reales de este tipo de violencia psico-emocional. Aprender a identificarla es el primer paso para encontrar una solución…
¿Qué significa hacer luz de gas y por qué es peligroso? ¿Eres una víctima del gaslight? En este artículo te explicaremos de qué se trata y por qué tantos expertos y organizaciones alertan sobre este tipo de maltrato psicológico por muchos ignorado y minimizado.
Qué es hacer luz de gas
Hacer luz de gas o iluminación con gas es una clase de abuso psicológico, sutil e insidioso, que busca hacer creer a las víctimas que están actuando como “locas” y que se imaginan cosas.
Una víctima de gaslighting recurrente es una persona muy confundida, atormentada e inocente, afectada por el ambiente interpersonal surrealista que ha creado a su alrededor un sujeto maltratador, también llamado “encendedor”.
El término se deriva de la aclamada obra teatral “Gas Light” (1938), del dramaturgo y novelista británico Patrick Hamilton, llevada al cine varias veces.
La historia de la película Luz de Gas muestra los mecanismos de manipulación usados por un hombre para convencer a su esposa de que va directa a la locura. Básicamente lo hace mediante el lavado de cerebro, el bullying y la violencia machista psicológica.
En la película Gaslight, el perpetrador esconde objetos como cuadros y joyas para ridiculizar a su cónyuge. Atenúa la iluminación de las luces de los faroles de gas (de allí el término) para hacerle creer que todo era producto de su imaginación.
La relación luz de gas y feminismo ha captado la atención del público en los últimos años, por las denuncias de los defensores de los derechos de las mujeres.
El maltratador
Detrás de un agresor que aplica el gas light para confundir a su víctima se suele esconder una persona hábil y manipuladora, mentirosa, egocéntrica, narcisista o incluso, psicópata. Aunque el término inicialmente está asociado al machismo, hoy se advierte que puede ser causado por hombres o mujeres por igual.
La luz de gas en psicología es advertida como una manera en la que el agresor busca extirpar lentamente el juicio de su víctima. Lo hace de manera progresiva, empujando al afectado hacia una espiral de dudas e invalidaciones que lo lleva a confundir su forma de pensar, sus emociones y su percepción.
Al creer que pierde el sentido de la realidad, la víctima termina viendo al maltratador como una persona más fuerte, que la ama y protege y en quien se puede apoyar porque es la persona “más racional” de la relación. El caso es que la víctima se siente protegida, mientras se adentra más en la telaraña que ha creado, poco a poco, el encendedor.
El objetivo del victimario es su necesidad de reafirmar su poder y control, buscando anular la voluntad de la pareja, familiar o cualquiera que sea su blanco de intimidación.
La víctima
¿Qué significa luz de gas? La técnica luz de gas es potencialmente peligrosa para la persona sometida. Mediante repetición de mentiras, manipulación de frases y negación de hechos, la víctima se vuelve más dependiente emocionalmente del maltratador.
En el gaslighting, la víctima se va convenciendo de que su equilibrio mental pende de un hilo. El éxito de este tipo de manipulación es que puede ser tan suave y poco evidente, que las personas cercanas a la víctima no ven muchas señales de alerta.
¿Cuáles son los signos de alarma que pueden poner al descubierto que alguien está sufriendo luz de gas? Según los expertos, pueden ser las siguientes:
- La víctima recibe continuamente señalamientos del maltratador de que está enloqueciendo y que debería recibir terapia.
- Con mentiras, lleva a la víctima a sentirse insegura y con menos valía. La empuja a aislarse y pensar que es culpable y que debe disculparse.
- El que recibe el gaslighting es desacreditado con frecuencia y siente que está viviendo en un mundo irreal. Esta sensación no la tenía antes de conocer al agresor.
- Diga lo que diga, la víctima estará equivocada y sus apreciaciones son erróneas, incluso, en temas intrascendentes.
- Las relaciones, logros y objetos que tienen valor para la víctima son blanco de ataques verbales y físicos. Se desmerece cualquier cosa positiva.
- Puede transcurrir en la más completa intimidad, lo cual es terrible ya que dificulta que otras personas cercanas sospechen y pueden advertir a la víctima de la situación abusiva.
Ejemplos de hacer luz de gas
¿Qué significa la expresión “hacer luz de gas”? El abuso psicológico que se resume en la expresión luz de gas es una forma de violencia bastante perversa que se repite día tras día en la existencia de la víctima.
Existen frases usadas por el victimario que forman parte del lenguaje cotidiano que busca afianzar el supuesto estado desequilibrado de la persona que sufre gas light. Estos son 17 ejemplos de luz de gas y las frases más usadas por los perpetradores para causar confusión.
“Necesitas ayuda. Eres demasiado sensible”
El agresor buscará proyectar en el otro que es una persona enferma y que necesita terapia. Esto es un intento de socavar sus fuerzas y confundirlo.
“Sabes que esto ocurre porque eres muy inseguro/a”
Esta frase intenta meter en la cabeza afirmaciones de que la persona es débil y que no puede hacer preguntas ni mostrarse tal como es.
“Suenas/actúas como una persona loca”
Otra frase que busca crear una imagen patológica e irracional de la víctima, reduciéndola a un ser que carece de control, voluntad, consciencia y autonomía.
“Vives paranoico/a”
Deslegitimar las peticiones de su pareja o víctima es una constante. Cada comentario es considerado exagerado, distorsionado, enfermizo y carente de base racional.
“¡Olvídalo y seamos como antes!”
Con frecuencia, el que hace gasligthing activa ciclos de frío-calor para engañar con demostraciones de cariño y crear la esperanza de que todo vuelva a ser idílico.
“Todo es producto de tu imaginación. Te inventas todo”
Son constantes las reiteraciones que acentúan la creencia en la mente del “gasligtheado” de que nada ocurre y que se trata de especulaciones o locura.
“No soy yo, eres tú el problema, mi amor”
El perpetrador no querrá asumir las consecuencias de sus acciones. La otra persona deberá hacer los cambios de conducta para “suavizar” la relación con su abusador(a).
“Siempre exageras con tus celos”
El agresor se muestra como alguien muy deseable. Coquetea abierta o sutilmente con otros, compara a su pareja, hace comentarios explícitos y crea situaciones ambiguas.
“¿Crees que lo decía en serio? Sólo bromeaba”
“Era sólo una broma tonta” o “¡Es sólo un chiste!” son expresiones cargadas de un humor disfrazado y con las que se intenta invalidar al otro y ver hasta dónde aguanta.
“Ahí vas de nuevo. ¿Otra vez, cielo?”
Invalidar las peticiones o búsqueda de respuestas del otro, antes de que puedan ser completamente expresadas, suele ser el comportamiento del que hace luz de gas.
“Eres histérica y confundes todo”
Una expresión típica del machismo, enraizada en la creencia obsoleta y ofensiva de que el género femenino siempre actúa bajo el dominio de las emociones y hormonas.
“Disfrutas manipulándome”
La idea es cambiar los roles haciendo creer que la víctima es la personificación de la manipulación y la crueldad y no al revés.
“Eso nunca pasó. Estás inventando”
Aquí se cuestiona los pensamientos y las palabras, asociándolas con una salud mental desequilibrada y restándole validez a los hechos, promesas o evidencias.
“Estás obsesionado/a con cosas sin importancia”
Es reiterativo el uso de expresiones que minimizan los hobbies, actividades diarias u ocupaciones que le resultan agradables o son una vía de escape para la víctima.
“¿Por qué mueves mis cosas?”
O “¿Por qué te metes con mis cosas y las desapareces?” es otra variante para confundir la realidad y la salud mental de la persona afectada por este acoso sutil.
“Nadie te cree ¿Por qué debo creerte?”
Generar dudas sobre el actuar de la persona, haciéndole creer que muchos hablan a sus espaldas y la ven como una persona paranoica, es parte del día a día.
“Eres desagradecido/a. ¿No ves lo que hago por ti?”
La víctima debe mostrarse agradecida por las migajas de amor y atenciones. Si se trata de alguien que ejerce mayor poder económico, esto saldrá a relucir constantemente.
Cómo detectar luz de gas
Para detectar qué es luz de gas y sus formas de abuso hay que estar atentos a frases del tipo “yo no te prometí eso, todo te lo inventas” o “¿Estás loco/a? Necesitas un psiquiatra”. Estas son señales que te pueden poner en aviso.
Para la psicóloga y PhD Robin Stern, directora asociada del Centro de Inteligencia Emocional de Yale, hay 10 acciones inequívocas de que estás siendo “gaslighteado” o “iluminado” por tu pareja, algún familiar, amigo, jefe, colega, socio, etc.
Dudas frecuentemente de tus pensamientos y acciones
La relación dañina y la exposición constante al gas light pueden nublar tu poder de discernir y reducir tu capacidad de actuar libremente. Puede costarte separar los eventos reales y cotejarlos con lo que te está haciendo creer el perpetrador.
Sientes la necesidad de disculparte siempre
Constantemente le pides disculpas a tu pareja, padres, hijos, personas de autoridad o influencia en el sitio donde trabajas. La relación con la persona que hace luz de gas puede trascender el plano romántico. También puede tratarse de una relación afectiva, laboral, social, incluso económica, como es el caso de un socio abusador.
Te culpas por ser demasiado “sensible”
Si a lo largo del día te castigas o te preguntas por qué eres tan sensible, puede ser una señal. Ser “sensible” es algo que tu perpetrador ha asociado con debilidad y ese es el chip que ha puesto en tu cabeza para hacerte sentir que no tienes cordura ni voluntad.
Te sientes atrapado/a y triste a menudo
Si alguien está haciendo luz de gas contigo es muy probable que no te sientas feliz y que te cueste experimentar alegría. Puede que te estés continuamente preguntando por qué no tienes la felicidad si ocurren “cosas buenas” en tu vida.
Se te hace difícil tomar decisiones de rutina
Si sientes que tienes que consultarle todo a esa persona o te tomas demasiado tiempo para decidir las cosas más simples por temor a causar incomodidad, estás siendo víctima de este abuso sutil.
Le pides disculpas a los demás por cómo actúa el abusador
Si sientes vergüenza o pena por la forma como actúa tu pareja y hablas con tu familia y amigos para pedirles disculpas por su comportamiento o por lo que ha dicho, esto puede ser una señal inequívoca de que estás en mano de un maltratador muy hábil.
La mentira se hace tu aliada para mantenerte en equilibrio
Para evitar que te cambien la realidad y te confundan, puedes usar la mentira como mecanismo para mantener las cosas en calma. Todo para no desatar reclamos o discusiones de pareja. Concuerdas con lo que dice el abusador, para que haya paz.
Ocultas información para evitar dar explicaciones
Si prefieres guardar secretos, no dar explicaciones y decides ocultar información ante tu pareja o amigos, puede ser una señal. Te cuesta explicar las cosas y prefieres no caer en situaciones que te estresen. Prefieres evadir.
Te sientes incapaz de hacer las cosas bien
Varias veces te menosprecias y te saboteas por tu forma de pensar, sentir o actuar. Puedes estar convencido/a de que eres totalmente incapaz de hacer algo bien o de alcanzar metas. Tu autoestima puede estar siendo muy afectada negativamente.
Pones en duda si eres una persona buena
¿Te preguntas a menudo si eres realmente una persona buena? ¿Dudas de tu capacidad como pareja, novio/a, amigo/a, trabajador, hijo/a o incluso padre o madre? Las relaciones abusivas pueden generarse en cualquier ambiente.
Qué hacer si estás sufriendo luz de gas
La mayoría de las veces la víctima no es consciente del maltrato. El significado de luz de gas involucra un tipo de maltrato psicológico sin agresiones claras.
Se basa en una relación donde se pone en duda todo, se discute a menudo y se menosprecia la perspectiva de la mujer o del hombre que es blanco de un victimario. Esto puede hacer difícil explicar la situación a otros o denunciarlo.
¿Qué puedes hacer entonces? El primer paso recomendable es buscar ayuda de un profesional, como un psiquiatra, psicólogo o terapeuta certificado.
Si esto no es posible, por distintas razones, sigue estas recomendaciones que dan los expertos en el tema. Estas estrategias se vienen implementando desde hace dos décadas el Centro de Inteligencia Emocional de Yale y en los grupos de ayuda o “comités de gas”, como también se le denomina a las reuniones de víctimas.
Reconoce que hay un problema
Esta puede ser la parte más difícil de identificar, porque implica un trabajo de auto reconocimiento y de aceptación de que eres realmente una víctima.
Habla del asunto con el experto o el consejero y cuéntale cómo es la relación con tu cónyuge, novio, familiar, jefe, colega o socio abusador.
Aclara tu mente: ¿qué es real y qué está distorsionado?
Separa la verdad de la mentira o distorsión. Te será de ayuda anotar en un diario las conversaciones problemáticas o tensas que has tenido con el agresor.
Establece en qué parte de la conversación se desvía la realidad. Revisa este diálogo y busca los elementos de negación de la realidad. Escribe cómo te sientes.
Detecta la lucha de poder
Averigua si estás inmerso/a en una lucha de poder con tu pareja o encendedor.
Una manera de descubrirlo es recordar las conversaciones repetitivas en las que no puedes convencer al agresor de que acepte tu punto de vista. Si es así, estás posiblemente recibiendo gas.
Visualízate fuera de la relación
Realiza este ejercicio mental: ¿cómo te sentirías si te distancias o te separas definitivamente de esa persona? Esto te permitirá proyectarte a un escenario distinto.
Si te sientes con una actitud más positiva al pensar en ello, busca apoyo para reducir la ansiedad que esto te puede provocar al principio y que te puede estar deteniendo.
Acepta lo que sientes
Reconoce que el sentirte de cierta manera está bien y que no pasa nada si te expresas abiertamente. Trata de identificar tus emociones y de sentirte cómoda o cómodo con eso.
Trabaja tus sentimientos, aprende de ellos y reconoce qué es lo que dispara tus cambios de estado de ánimo.
Date la oportunidad de renunciar
Busca alejarte de las situaciones que te causan dolor y tristeza. Está bien que decidas renunciar y poner punto final a una relación de gaslight, aunque te deprima al principio.
Alejarse del encendedor de gas, que puede ser aquella persona muy cercana pero que representa una alta toxicidad en tu vida, es un paso liberador.
Reclama honestidad
No a todos les gusta procesar la honestidad de otros. El siguiente paso es pedir a tu entorno de amigos o familiares más queridos que sean totalmente honestos y hasta duros contigo.
Es importante que te ayuden a conocer si cuando estás con esa persona actúas diferente, o si han detectado comportamientos o situaciones que tal vez no estás viendo. Esto puede ayudarte a abrir los ojos.
Nada es correcto o incorrecto
Ponte en un plano neutral y céntrate en tus sentimientos, no en lo que está bien o mal. Si caes en este juego, pasarás horas tratando de hallar quién tiene la razón y quién no.
No caigas más en la trampa del abusador de que las cosas se definen por los extremos. En lugar de correcto o incorrecto, piensa en tu bienestar psicológico y emocional y en lo fantástico que eso te hace sentir después de una conversación constructiva.
No sigas buscando aprobación
Con una persona abusiva, narcisista o controladora, tu opinión valdrá poco. Así que intentar convencer al otro de que tienes razón, será como tratar de arar en el mar.
Es muy probable que nunca logres que esa persona amiga, pareja, jefe, familiar, etc se convenza y acepte tu punto de vista. Deja de intentar buscar su aprobación.
Cultiva la autocompasión
Mírate en el espejo y sé amoroso/a contigo. Date el beneficio de cuidar de tu persona. ¿Quién mejor que tú para saber qué te hace feliz? Confía en tu intuición.
Reconócete como una persona que merece sentirse segura, amada y fuerte. Sé amable con las expresiones que a diario usas para referirte a ti. Este es el mejor antídoto contra la luz de gas.
Gaslight, la película
Después del éxito de la obra teatral “Gas Light”, estrenada en Londres en 1938 y en Nueva York con el nombre “Angel Street”, la historia no tardó en ser llevada al cine.
En 1940 se proyectó la adaptación británica bajo el nombre de “Gaslight”. Esta cinta de suspense psicológico fue protagonizada por Anton Walbrook (como Paul Mallen) y Diana Wynyard (Bella Mallen). La dirección fue del elogiado Thorold Dickinson.
En 1944 se estrenó en los Estados Unidos una segunda adaptación de “Gaslight”, distribuida en Gran Bretaña como “Murder in Thornton Square”.
Dirigida por George Cukor, este thriller protagonizado por Ingrid Bergman (en el papel de Paula), Charles Boyer (Gregory Anton) y Joseph Cotten (inspector Brian) alcanzó la fama al ser nominado a 7 premios de la Academia, entre ellos, mejor película y mejor actriz y mejor actor. Bergman logró un Oscar como Mejor Actriz.
Desde 2019, la película forma parte del Registro Nacional de Cine de la Biblioteca del Congreso, como reconocimiento a su significación cultural, histórica y estética.
Libro recomendado:
Si buscas entender qué está ocurriendo en tu vida y si de verdad estás bajo la iluminación con luz de gas por parte de una o varias personas cercanas, este libro te ayudará a aclarar el panorama. También, te permitirá detectar si el hacer luz de gas a tu pareja, familiar o amigo es síntoma de algo enfermizo.
Efecto Luz de Gas: detectar y sobrevivir a la manipulación invisible de quienes intentan controlar tu vida
La autora es la Dra Robin Stern, psicoanalista, co-desarrolladora del sistema del Centro Yale para el abordaje del gaslighting e investigadora asociada del Child Study Center. Desde hace 30 años es experta en Inteligencia Emocional, siendo esta publicación una de las que mejores críticas ha recibido de los lectores y los especialistas.
Preguntas frecuentes (FAQ)
Estas son algunas de las preguntas más comunes en torno al efecto del gas light junto con las respuestas que explican brevemente la trascendencia y gravedad de este fenómeno.
» ¿Qué es hacer luz de gas?
El significado de luz de gas hace referencia a un tipo de maltrato psicológico, muchas veces disfrazado o difícil de ver. Ocurre en relaciones afectivas, laborales, familiares y en otras esferas donde un agresor con guante de seda suele menospreciar la perspectiva de una persona.
» ¿Por qué hacer luz de gas?
El “iluminador”, o persona que hace el gaslight, busca confundir con frecuencia el juicio y la memoria de la víctima. Responde a una necesidad de desorientar, manipular y ejercer control. El significado de hacer luz de gas implica apoderarse de la mente, emociones y/o acciones de la persona que desea dominar, por lo que el sujeto puede ser un narcisista o controlador empedernido.
» ¿Cómo identificar luz de gas?
- La luz de gas es maltrato. La víctima suele no ser consciente de ello.
- El abusador niega con frecuencia situaciones o eventos.
- El perpetrador puede crear eventos para confundir o engañar a la víctima.
- Hace creer a la víctima que es débil y que todo lo hace por su bien.
- El iluminador insiste en que la otra persona está imaginándose cosas.
» ¿Cómo impedir que te hagan luz de gas?
- Una autoestima alta es el mejor antídoto contra este tipo de agresión
- Ser consciente del propio valor como persona
- Establecer límites personales y mantenerse firme en situaciones de irrespeto
- Trabajar la asertividad
» ¿Cómo salir de luz de gas?
Busca diálogos constructivos con la persona o las personas que te hacen luz de gas. Si se repite la conducta, ponlos en evidencia e intenta que asuman sus responsabilidades y faltas y que dejen de culparte. Pregúntate si es sano para ti seguir en esa relación tóxica. Aléjate.
» ¿Cómo hacer luz de gas?
- Con información falsa o tergiversada para confundir la mente de otra persona.
- Usando frases hirientes y situaciones repetitivas que van haciendo mella en la víctima y la debilitan.
» ¿De dónde viene la expresión “hacer luz de gas”?
El término se asomó públicamente en la obra teatral “Gas Light” (1938) de Patrick Hamilton, donde un manipulador suele ridiculizar a su cónyuge y hacerle creer que está loca cuando la intensidad de la luz baja.
Ahora que ya sabes qué es hacer luz de gas y cómo transcurre esta forma de maltrato sin agresión física, puedes ser más consciente de la gravedad del asunto. Uno de los mayores peligros del gaslight es que muchas víctimas lo sufren y son ignoradas por autoridades y especialistas que aún no entienden las dimensiones reales de este tipo de violencia psico-emocional. Aprender a identificarla es el primer paso para encontrar una solución.