Fundación Gates anuncia donación de 50 millones de dólares a centro de medicamentos en China

La última subvención eleva la donación de la familia a 135 millones de dólares.

En esta imagen, distribuida por la agencia noticiosa estatal china Xinhua, Bill Gates se reúne con el presidente de China, Xi Jinping, en Beijing, el 16 de junio de 2023. / Yin Bogu / Xinhua / AP

La Fundación Bill y Melinda Gates donó 50 millones de dólares a Scripps Research para la lucha en contra de dos de los mayores asesinos del mundo, la tuberculosis y la malaria, y para ayudar al instituto de La Jolla a prepararse para otras amenazas globales a la salud, como el mortal coronavirus de China.

El proyecto será dirigido por la división de desarrollo de medicamentos de Scripps, Calibr, que ha tenido éxito en la creación de terapias para la malaria y el VIH, ambas enfermedades que han devastado partes de África y el sudeste asiático.

Los investigadores de Calibr también trabajan en un fármaco antipalúdico inyectable que tiene como objetivo evitar que las personas contraigan una enfermedad que mata aproximadamente a un millón de personas al año, principalmente en el África subsahariana. En comparación, la tuberculosis mata anualmente a 1.5 millones, que es aproximadamente la población de San Diego.

La Fundación Gates, que se centra principalmente en la salud mundial, comenzó a invertir en Calibr en 2014, dando al instituto 30 millones de dólares para acelerar el desarrollo de medicamentos.

Calibr se fusionó más tarde con Scripps Research, que lleva a cabo investigación básica, trabajo que es esencial para identificar nuevos candidatos a medicamentos.

La nueva donación eleva el apoyo total de la familia Gates a Calibr y Scripps a 135 millones de dólares, convirtiendo a la fundación —creada por el cofundador de Microsoft y su esposa, ex gerente general del gigante del software— en uno de los mayores donadores privados de investigación en ciencias de la vida en San Diego en los últimos seis años.

“Nuestra ciencia básica y el desarrollo de medicamentos nos da la capacidad de una empresa farmacéutica”, dijo Arnab Chatterjee, vicepresidente de química medicinal de Calibr.

“Podemos probar los medicamentos en los pacientes. Eso nos ayuda a dar un salto en las enfermedades que están ocurriendo en todo el mundo, pero que pueden aparecer en su puerta en semanas”.

Eso es exactamente lo que ha pasado con el coronavirus chino. Comenzó a infectar a la gente en el centro de China a mediados de diciembre y pronto se extendió a por lo menos otros 13 países, incluyendo los EUA. Se han reportado casos individuales en los condados de Orange y Los Ángeles. Y los funcionarios de salud del condado de San Diego están examinando si se confirma un caso en un hospital local.

Esta semana, el potencial de infección se hizo tan preocupante que el sistema de la Universidad de California suspendió los programas de educación en el extranjero que lleva a cabo con China. La suspensión se produjo menos de una semana después de que la UC San Diego notificó a sus casi 39 mil estudiantes de la crisis emergente y pidió a los estudiantes que informaran a una clínica de salud del campus si tenían síntomas del virus.

Este es un tema particular en la UC San Diego, que tiene alrededor de 5600 estudiantes chinos, el mayor número de cualquier campus de la UC.
Mientras esto sucedía, muchos científicos de Scripps Research rápidamente cambiaron su atención a estudiar aspectos del coronavirus. Incluyeron al inmunólogo Kristian Andersen, quien ha asumido una cuestión central en el brote: ¿Se transmite el coronavirus cuando la gente tiene síntomas del virus o cuando no los tiene?

“Si ocurre cuando la gente tiene síntomas, sería más fácil de contener porque se podría aislar a los que lo contraen”, dijo Andersen al Union-Tribune.

Los científicos de Scripps trabajan ampliamente en los campos de la salud y la medicina, estudiando todo, desde el VIH, la tuberculosis y el cáncer hasta la enfermedad de Lyme y la gripe.

En los últimos años, Calibr ha presentado cinco posibles candidatos a medicamentos para problemas tan diferentes como la malaria y los parásitos.

La mayoría de los medicamentos no pasan de la etapa de prueba. Y los que lo hacen pueden tener un efecto limitado.

“Las vacunas contra la malaria solo funcionan entre el 30 y el 40 por ciento de las veces, por lo que estamos trabajando en un medicamento químico que podría ser inyectado”, dijo Chatterjee. “Creemos que sería más eficiente y eficaz”.

Scripps ha tenido grandes avances en el pasado. Sus científicos jugaron un papel importante en el desarrollo de Surfaxin, una droga aprobada por la FDA que se da a bebés prematuros con ciertos problemas respiratorios. El instituto también inventó el Tafamadis, un medicamento que la FDA aprobó el año pasado para tratar una forma de cardiomiopatía.

La clave de un mayor éxito está en la creciente relación de Scripps con la Fundación Gates, dijo Matt Tremblay, director de operaciones de Scripps.

“La fundación tiene personas repartidas por todo el mundo, donde realmente ven cuáles son los problemas”, dijo Tremblay.

“Comparten eso con nuestros científicos básicos, y con nuestros desarrolladores de medicamentos, que tendrán diferentes perspectivas. Este es un modelo que funciona”.

San Diego Tribune