Un par de nuevos estudios publicados recientemente en las revistas Frontiers in Marine Science y Global Change Biology demuestran el desarrollo de floraciones submarinas de fitoplancton en el Ártico y la Antártida: en ambos polos de la Tierra, la reducción en las capas de hielo y el consecuente mayor ingreso de luz solar hacia las profundidades está dejando ver ecosistemas ocultos y nunca identificados previamente. Al parecer, el fitoplancton sería solamente la punta del iceberg de un nuevo mundo próximo a revelarse.
Vida bajo el hielo
Se conoce como fitoplancton a diminutas algas fotosintéticas que representan aproximadamente el 50 % de la producción primaria de los océanos de nuestro planeta, o sea la transformación de la luz solar en energía disponible orgánicamente. Dicha producción primaria es el punto de partida de la circulación de energía y nutrientes a través de las cadenas tróficas o alimentarias: por eso, el fitoplancton es un componente clave para el desarrollo de los distintos ecosistemas oceánicos.
Las floraciones de fitoplancton tienen lugar cuando las algas se reproducen rápidamente debido a la sobreabundancia de nutrientes disponibles en su entorno, apreciándose como voluminosos remolinos verdes y azulados. Sin embargo, el fitoplancton necesita un “combustible” básico para su reproducción: la luz solar. Debido a esto, las floraciones de fitoplancton suelen limitarse a la capa superior de los océanos, porque en ese contexto la luz solar es más fuerte y llega de forma directa.
De esta manera, aunque el Ártico y la Antártida poseen aguas ricas en nutrientes y albergan floraciones masivas de fitoplancton durante el verano, cuando el hielo cubre un porcentaje menor de los océanos, esta explosión de vida retrocede rápidamente y perece cuando llegan los meses más fríos del año. El crecimiento del hielo marino en invierno y el escaso acceso a la luz solar determina su suerte.
El mismo fenómeno en ambos polos
Ahora, una expedición científica que se dedicó a estudiar una zona del Ártico en el mar de Chukchi, entre Siberia y Alaska, encontró abundante fitoplancton en las aguas cercanas al lecho marino. Según un artículo publicado en Live Science, el científico Takuhei Shiozaki y su equipo de la Universidad de Tokio concluyeron que el hielo marino se forma más tarde en el año como resultado del cambio climático, permitiendo que el fitoplancton reciba suficiente luz solar para continuar desarrollándose a esas profundidades.
En el mismo sentido, un estudio liderado por Christopher Horvat, investigador de la Universidad Brown en Rhode Island, Estados Unidos, reveló que el fitoplancton también puede florecer debajo del hielo marino antártico. Horvat y sus colegas determinaron que el 50 % o más de la Antártida podría albergar floraciones de fitoplancton bajo el hielo, de acuerdo a un artículo publicado en Frontiers.
Luego de analizar los ejemplos identificados y la zona de su desarrollo, concluyeron que de 3 a 5 millones de kilómetros cuadrados del Océano Austral cubiertos de hielo compacto tienen condiciones suficientes para el desarrollo de floraciones de fitoplancton submarinas, incluso con luz solar limitada.
En consecuencia, ambos hallazgos obligan al desarrollo de nuevas expediciones e investigaciones que puedan obtener precisiones sobre las nuevas condiciones para el crecimiento de estas floraciones submarinas, a partir de los cambios generados a nivel ambiental. Al mismo tiempo, los científicos destacaron que el fitoplancton podría sustentar ecosistemas ocultos totalmente desconocidos hasta hoy, abriendo un nuevo mundo a los ojos de la ciencia.
Referencias
Evidence of phytoplankton blooms under Antarctic sea ice. Christopher Horvat et al. Frontiers in Marine Science (2022). DOI:https://doi.org/10.3389/fmars.2022.942799
Bottom-associated phytoplankton bloom and its expansion in the Arctic Ocean. Takuhei Shiozaki et al. Global Change Biology (2022). DOI:https://doi.org/10.1111/gcb.16421