Esto le ocurre a tu cuerpo cuando comes mucho queso

De forma moderada, comer queso proporciona nutrientes esenciales como calcio, fósforo, vitamina A y B12, niacina y proteínas. Pero cuando te excedes, tu cuerpo podría experimentar los siguientes efectos negativos.

El queso es de esos alimentos que suele pirrar a muchos. Diversas investigaciones científicas han llegado a comparar su tendencia adictiva con la de las drogas. Cuando comemos queso, nuestro organismo se desborda liberando endorfinas debido a la reacción de una proteína conocida como caseína, la cual produce efectos similares al de los opiáceos cuando se digieren.

Pero no todos los quesos son iguales. A algunos se les puede considerar saludables y a otros no tanto. Entre los que pueden beneficiarnos se encuentran las versiones orgánicas de la ricota, el feta, la mozzarella o aquellos de origen suizo como el queso gruyer o el emmental.

Cuando comes queso de forma moderada, incluso puede ayudarte a prevenir enfermedades como la osteoporosis. También beneficia tu salud dental, te aporta grasas saludables, proteínas y vitaminas. Además, favorece tus músculos y fortalece tu sistema inmune.

Sin embargo, si te excedes comiendo queso, estos son algunos de los efectos negativos que puede traer para tu salud.

  • Provoca aumento de peso

Varias investigaciones ya lo han comprobado, como esta de 2016, cuyo resultado revela que comer queso en exceso o mezclado con otros alimentos poco saludables provoca que aumentemos de peso. Generalmente su consumo está vinculado con otros alimentos de elevado contenido de grasa y poca fibra como productos de panadería, masa de pizza, comidas rápidas, entre otros.
  • Genera trastornos estomacales

Excederse en este producto lácteo está asociado con un riesgo más alto de sufrir trastornos estomacales, como hinchazón y gases, en especial para personas que no toleran la lactosa. Se debe prestar atención a síntomas como flatulencias, dolor abdominal e inflamación estomacal. Al no contener fibra, tu proceso digestivo puede verse afectado y posteriormente sufrir de estreñimiento.

  • Aumenta el riesgo de enfermedad cardíaca

Si bien el queso puede ser incorporado en un plan de alimentación saludable si se come moderadamente, ingerirlo con frecuencia en grandes porciones (especialmente aquellos con alto contenido de grasas saturadas), puede incrementar el riesgo de enfermedad cardíaca. Las cosas pueden ser peores cuando se padecen patologías previas o se tienen antecedentes familiares de colesterol alto. De cualquier modo, las grasas saturadas nunca deberían exceder el 10% del total de las calorías diarias.

  • Eleva los niveles de sodio

Los niveles de sodio en personas con hipertensión deben permanecer controlados. Una persona con esta enfermedad crónica no debe sobrepasar un consumo diario de 2,4 gramos de sodio.

  • Incrementa el riesgo de contraer cáncer

En Estados Unidos, el Comité de Médicos por la Medicina Responsable solicitó que el queso con elevado contenido de grasa lleve una etiqueta que advierta sobre el riesgo de cáncer de mama, debido a que contiene trazas de hormonas reproductivas (estrógenos) procedentes de la leche de vaca.

Un estudio financiado por el Instituto Nacional del Cáncer y llevado a cabo por el Roswell Park Cancer Institute, determinó que las mujeres que consumían una mayor cantidad de lácteos con alto contenido en grasa, tenían hasta un 53% más riesgo de desarrollar cáncer de mama.

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