Estiman que un ‘gemelo perdido’ de la Luna pudo quedar atrapado como un troyano de Marte

Astrónomos han establecido por medio de una espectroscopía la composición de un asteroide no parecido a otros en la órbita marciana.

Dos grupos de asteroides troyanos en la órbita de Marte, con el (101429) 1998 VF31 reconocido al lado derecho. / Observatorio y Planetario de Armagh

Un asteroide troyano que comparte la órbita con Marte tiene una composición muy similar a la de la Luna, estimó un grupo de astrónomos de Italia, Bulgaria, EE.UU. y Reino Unido. Este dato los hace pensar que este cuerpo celeste, atrapado por el campo gravitacional del planeta rojo, puede ser un ‘gemelo perdido’ de nuestro satélite natural o tener el mismo origen.

Se conocen como troyanos aquellos desechos espaciales que siguen a los planetas en sus órbitas o también los adelantan, manteniendo siempre un ángulo de aproximadamente 60 grados en el círculo orbital, tanto detrás como delante de ellos. El troyano (101429) 1998 VF31 es conocido desde finales del siglo pasado, pero solo la reciente publicación en la revista Icarus (edición de enero próximo) ofrece la primera visión sobre su composición.

Varios asteroides se agrupan en la familia del troyano 5261 Eureka, el primero descubierto de Marte, porque contienen mucha olivina, el mineral asociado con los núcleos planetarios. Mientras tanto, el 1998 VF31 es el único que sigue los pasos del planeta rojo en la misma órbita en torno al Sol y no pertenece a la familia de Eureka, afirman los investigadores.

Para detectar su composición, los científicos recurrieron a un espectrógrafo, instrumento que mide las longitudes de onda en la luz que refleja cada cuerpo sólido en nuestro sistema solar. Acto seguido, los datos espectrales fueron comparados con los de otros objetos del entorno espacial y no se detectó coincidencia con otros mereoritos o asteroides, pero sí con la Luna.

Tanto las diferencias como esta similitud se perciben mejor en longitudes de onda de 1 y 2 micrones y corresponden a la “forma y profundidad de las absorciones espectrales amplias”, según explicó el coautor de este estudio Galin Borisov, un astrónomo del Observatorio y el Planetario de Armagh, en Irlanda del Norte (Reino Unido). El espectro del troyano en cuestión parece un eco de aquellas partes de la superficie lunar “donde hay lecho rocoso expuesto, como los interiores de cráteres y montañas”.

Varias hipótesis sobre el origen del asteroide

El equipo conjetura que el asteroide pudo adquirir estas características espectrales debido a la radiación solar, exposición que los científicos llaman ‘meteorización espacial’. Sin embargo, es también posible que simplemente fuera un trozo de materia desprendido de la propia Luna. Otra hipótesis es que la gravitación de Marte lo capturara de alguna de las “familias de asteroides de alta inclinación en el cinturón principal interior”.

Todos los escenarios posibles se remontan al tiempo cuando el espacio entre los planetas recién formados “estaba lleno de escombros y las colisiones eran algo común”, afirmó el investigador principal del equipo, Apostolos Christou. La Luna y los planetas eran en aquel entonces golpeados constantemente por asteroides muy grandes, conocidos como planetesimales. Un fragmento separado tras un golpe podría llegar a la altura de Marte y quedarse atrapado allí.

En teoría, el propio planeta rojo podía darle origen a este troyano 1998 VF31, que es rico en piroxeno, que es un mineral presente en la corteza de todos los planetas. No obstante, el cuadro espectral es más próximo al lunar que al marciano.

RT