Esfuerzos de científicos chinos que germinaron en primer brote en Luna

Un experimento que dio como fruto el brote de la primera planta en la Luna el mes pasado nació de un desastre natural que devastó la industria del algodón en China hace casi tres décadas.

Li Fuguang fue uno de los científicos agrícolas chinos cuyos años de duro trabajo podrían ayudar un día a instalar una base y una residencia humana de largo plazo en la Luna.

Li se encontraba en el grupo que desarrolló las semillas de algodón llevadas a la Luna por la sonda Chang’e-4, lo que llevó al primer brote en el satélite terrestre.

La semilla es una de las mejores variedades desarrollada por el Instituto de Investigación de Algodón (ICR, por sus siglas en inglés) de la Academia de Ciencias Agrícolas de China.

Después del primer alunizaje suave en el lado oscuro de la Luna el 3 de enero, la misión Chang’e-4 fue pionera en el primer miniexperimento de biosfera en la Luna.

Un recipiente de la sonda Chang’e-4 contenía semillas de algodón, aceite de colza, patata y Arabidopsis, así como huevos de mosca de la fruta y algunas levaduras, para formar una minibiosfera sencilla.

Las imágenes de la sonda mostraron que solo un brote de algodón estaba germinando.

Aunque el brote no pudo sobrevivir a la noche lunar extremadamente fría, Li, quien es director del ICR, vaticinó que podría ayudar a adquirir conocimiento para construir una base y una residencia de largo plazo en la Luna.

Las semillas de algodón fueron seleccionadas para el experimento debido a su sobresaliente desempeño en la Tierra.

Éstas pertenecen a la variedad de algodón transgénico CCRI 41, resistente a insectos y desarrollada en China, explicó Li.

China sufrió la peor infestación de gusano elotero de algodón en 1992. En un distrito, las capturas en un día de estos insectos podían pesar más de una tonelada.

El desastre redujo la cosecha de la mayor parte de los campos de algodón a poco menos de la mitad.

En los tres años siguientes, la zona de plantación de algodón en China cayó de los 100 millones de mu (unos 6,67 millones de hectáreas) a 60 millones de mu (4 millones de hectáreas).

Las pérdidas económicas en el país superaron los 40.000 millones de yuanes (unos 5.900 millones de dólares).

Los algodones transgénicos resistentes a insectos y desarrollados por científicos extranjeros ganaron más del 90 por ciento de la cuota de mercado en el país a finales del siglo pasado.

En 2002 científicos chinos criaron con éxito la variedad CCRI 41, el primer tipo de algodón transgénico resistente a insectos y con derechos de propiedad intelectual independientes, lo que rompió el control de las variedades de algodón importadas.

La cuota de mercado de estas variedades de algodón aumentó del cinco por ciento en 1999 al 98 por ciento en 2012.

La plantación de algodón resistente a insectos no solo controló la propagación de los gusanos eloteros, sino que también disminuyó el uso de pesticidas entre un 70 y 80 por ciento en China, apuntó Li.

Los científicos chinos han criado más de 100 nuevas variedades de algodón basándose en la CCRI 41.

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