Escuelas-bosque: nueva alternativa en la educación infantil

Una interesante opción que puede servir de antídoto a la hiperurbanización y a la excesiva dependencia en la tecnología.

Escola Bosc.Arrels

La idea original de un kindergarten, un jardín de niños, es incorporar el juego y la convivencia con la naturaleza en la educación. Esta premisa ha pasado un poco de largo con la urbanización y tecnologización de la educación. Sin embargo una nueva tendencia recupera el espíritu original de esta noción, con las llamadas escuelas-bosques o escuelas de naturaleza que e los últimos años han tenido mayor afluencia especialmente en países como Dinamarca y Alemania.

El sitio Vanguardia en una nota reciente publica que existen actualmente por lo menos seis escuelas de este tipo en Catalunya.  Los estudiantes suelen tener de tres a seis años (a los seis años la educación escolarizada es obligatoria) y utilizan elementos naturales como piedras, semillas y animales para enseñar cosas que van desde “las matemáticas hasta lenguaje o psicomotricidad, sin pupitre alguno.”

Este método sin duda es bien recibido en una sociedad en la que se pierde cada vez más el contacto con la naturaleza y se busca utilizar como herramienta didáctica solamente la tecnología o la mediatización, a veces dejando de un lado otros elementos importantes como la interacción en entornos en los que existan flora y fauna.

Según han notado los encargados de una de estas escuelas, en una investigación de la escuela británica Loughborough University, estudiar extramuros incrementa la confianza y la resiliencia de los niños.

Otro de los beneficios que los educadores de este tipo de escuelas notan es que los niños se vuelven conscientes de su entorno. Empiezan a saber los nombres de las plantas, a entender el comportamiento de ciertos animales y posiblemente incluso de ciertos fenómenos naturales. Además estas interacciones sirven para contrarrestar el ensimismamiento que suele ser parte de nuestra cultura mediatizada y la tendencia a “sobreproteger” a los niños e impedirles que exploren el mundo.

Para los padres que buscan otorgarles a su hijos el beneficio de una escuela que les permita entrar en contacto con la naturaleza también están las escuelas Waldorf, que siguen una filosofía basada en el trabajo pedagógico de Rudolf Steiner, quien se inspiró en el método de Goethe, el gran explorador de la naturaleza con su “empirismo delicado”.

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