Es menos probable que los entrevistadores contraten a personas que no pueden ubicar su acento, según un estudio
Es menos probable que los entrevistadores contraten candidatos con un acento que no pueden ubicar, según reveló un estudio.
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Investigadores de la Universidad de Queensland en Brisbane evaluaron la frecuencia con la que los solicitantes con acentos «no estándar» consiguen un trabajo.
Un acento no estándar se definió como uno diferente al generalmente conocido y aceptado como forma de hablar.
El equipo examinó los resultados de 27 estudios separados sobre el acento-sesgo y encontró que las mujeres de los grupos minoritarios reciben la mayor discriminación. Los hombres, por otro lado, son juzgados de la misma manera independientemente de su acento.
El equipo de la Universidad de Queensland examinó los resultados de 27 estudios separados sobre el sesgo de acento y descubrió que las mujeres de los grupos minoritarios son las que más discriminación reciben.
La autora principal, la Dra. Jessica Spence, dijo: «Descubrimos que el sesgo de acento era más fuerte contra las personas en grupos marginados o minoritarios».
“Esto es preocupante porque más de 272 millones de personas viven en un país diferente al de su lugar de nacimiento y una de las principales motivaciones para la migración son las mejores oportunidades laborales.
‘Los acentos no estándar funcionan en contra de los candidatos cuando ya luchan contra el estatus de minoría’.
El estudio, publicado en Boletín de Personalidad y Psicología Social analizó la tasa de éxito de 4.576 entrevistados en total.
Todos hablaban inglés con una gran variedad de acentos, incluidos el estadounidense, el mexicano-estadounidense, el británico, el árabe y el chino.
Descubrieron que se demostraba un «fuerte prejuicio» si un candidato tenía un acento extranjero en relación con el idioma nativo, como el inglés con acento chino.
Pero no había uno para los acentos regionales, que se definían como variaciones nativas, como el norte americano y el sur americano, o variaciones étnicas, como el americano y el afroamericano, al dialecto.
El sesgo fue más fuerte para los roles que requerían comunicación, por lo que los investigadores concluyeron que esto estaba relacionado con el desempeño laboral potencial del candidato.
Sin embargo, también piensan que el prejuicio podría desempeñar un papel, si el acento no estándar señalara una ‘otredad’ para el entrevistado y, como resultado, se devaluara.
De hecho, la comprensibilidad del acento del solicitante, o la facilidad con la que se sintió entenderlo, no pareció afectar este sesgo de contratación observado.
Los autores sugieren que algunos empleadores podrían usar los requisitos de comunicación del rol para racionalizar su propio sesgo.
El sesgo fue más fuerte para los roles que requerían comunicación, por lo que los investigadores concluyeron que esto estaba relacionado con el desempeño laboral potencial del candidato (imagen de archivo)
Los investigadores notaron que el grado de sesgo se correlacionó con la percepción del entrevistador sobre el estatus social de los candidatos.
Esto se midió utilizando rasgos que incluyen competencia, inteligencia, clase social, confianza, ambición, competitividad, independencia y riqueza.
Los solicitantes con acento estándar generalmente obtuvieron una calificación más alta que los solicitantes con acento no estándar, por lo que el sesgo de contratación puede reflejar ‘prejuicios que son impulsados por estereotipos preexistentes’.
El Dr. Spence dijo: «Encontramos que las mujeres con acentos estándar fueron favorecidas como candidatas para el trabajo sobre las mujeres con acentos no estándar, pero los hombres fueron juzgados por igual independientemente de su acento».
«Podríamos interpretar a partir de estos hallazgos que las candidatas que tienen un acento no estándar y las candidatas con acentos que pueden indicar que pertenecen a un grupo étnico-racial minoritario pueden estar sujetas a una discriminación más fuerte cuando son entrevistadas para puestos de trabajo».
Explicó que el sesgo contra las mujeres podría deberse a la «importancia social diferente que se le da a las mujeres para que parezcan cálidas», o que el dominio del idioma se «asocia estereotipadamente como femenino».
El equipo espera que su investigación pueda usarse para ayudar a reducir la discriminación basada en el acento al crear conciencia sobre el problema entre los empleadores.
La coautora, la Dra. Kana Imuta, dijo: «La discriminación basada en el acento a menudo puede pasar desapercibida, y esperamos que esta investigación ayude a aumentar la conciencia de que es una realidad».
Se necesita más investigación sobre los procesos subyacentes que contribuyen a los sesgos basados en el acento.
«También necesitamos identificar estrategias para mitigar el impacto negativo que estos sesgos tienen en las personas».
Específicamente en el Reino Unido, investigaciones anteriores han demostrado que los norteños con acentos fuertes son discriminados.
Un estudio de la Universidad de Northumbria encontró que aquellos con un fuerte acento del norte son vistos como ‘menos inteligentes’ y ‘menos educados’ por los del sur.
El equipo de expertos entrevistó a más de 300 personas durante un período de cuatro años y descubrió que la mayoría de las personas desconocían sus «sesgos implícitos profundamente arraigados».
El Dr. Robert McKenzie, quien dirigió el estudio, dijo Los tiempos: ‘Reproducimos muestras de habla del norte y del sur a los participantes del estudio y les pedimos que asociaran rasgos positivos, como si sonaban educados, con esas voces.
«La gente tenía muchos más prejuicios cuando se trataba de acentos del norte de Inglaterra, por ejemplo, creyendo que suenan menos inteligentes, menos ambiciosos, menos educados solo por la forma en que hablan».
Otros estudios han revelado que las personas con acento inglés y francés reciben un servicio de atención al cliente preferencial que aquellas con acento de Europa del Este o África.
