Equinoccio de primavera: ¿por qué este año es el 20 de marzo en vez del 21?

La estación de las flores llega este miércoles a las 22:58 hora española, a pesar de que en los libros de texto aprendiéramos de carrerilla otra fecha.

Lleva ocurriendo dos años seguidos y este será el tercero. Si en nuestros libros de texto del colegio ponía claramente que la primavera llega cada 21 de marzo, ¿por qué las últimas tres estaciones de las flores han entrado el día 20? ¿Se trata de una anomalía? ¿Un fenómeno producido por el cambio climático, quizás? No. Es una situación totalmente normal porque, a pesar de lo que nos contaron en la escuela, la primavera tiene un arco cambiante de fechas que se sitúa entre el 19 y el 21 de marzo. Y que recaiga en uno u otro día solo depende del camino que nuestro planeta describe alrededor del Sol.

Si bien es cierto que las estaciones son una especie de «convenio» de la humanidad, éstas no son arbitrarias. Este 2019 recibiremos a la primavera exactamente a las 22:58 hora españolasegún informa el Observatorio Astronómico Nacional (OAN), perteneciente al Instituto Geográfico Nacional. Y será en ese justo momento porque el centro del Sol, visto desde el planeta, cruza el ecuador celeste en su movimiento aparente hacia el norte. Además, este equinoccio es especial porque coincide por primera vez desde hace 19 años con la superluna de marzo, también apodada «luna gusano», un fenómeno que no se volverá a repetir hasta 2030.

Cuando esto sucede, la duración del día y la noche prácticamente coinciden. Por eso, a esta circunstancia se le llama también equinoccio, que en latín es algo así como «noche igual», y ocurre también en otoño. De hecho, como las estaciones están invertidas entre los hemisferios por la inclinación del eje de la Tierra, mientras que en el norte celebramos la entrada de la primavera, en latitudes sur reciben al otoño. Esta estación durará hasta el próximo 21 de junio a las 17.54 horas, momento en el que se producirá el soslticio de verano y la llegada del periodo más cálido del año en el hemisferio norte.

La clave: encajar los años bisiestos

¿Y por qué esta variación de fechas? Por el modo en que la duración de la órbita de la Tierra alrededor del Sol (conocida como año trópico) encaja en la secuencia de años bisiestos del calendario. De hecho, en el siglo XXI hemos visto en 2003 la primavera más tardía y en 2096 será el momento en que la fecha sea la más adelantada en el presente siglo.

De hecho, en la historia contemporánea hubo que llevar a cabo algunos ajustes porque hasta finales del siglo XVI las estaciones se iban alargando. Cuando se introdujeron los años bisiestos, seguía habiendo un desfase de 11 minutos al año que se llegó a acumular en 10 días de diferencia, con lo que, para subsanar el error, el 4 de octubre de 1582 se decidió adelantar el calendario 10 días de golpe (del 4 se pasó al 15 de octubre).

Además, se corregiría la norma de los años bisiestos: seguirían existiendo, pero con algunas excepciones: no serían bisiestos los años acabados en dos ceros cuyas primeras dos cifras no fueran múltiplos de 4.

¿Hay que cambiar la hora?

Ya metidos de lleno en la estación, y aunque lo llevemos notando desde principios de año, es a partir de estas fechas cuando los días se alargan más rápidamente. A las latitudes de la península, el Sol sale por las mañanas antes que el día anterior y por la tarde se pone después. De este modo, al inicio de la primavera el tiempo en que el Sol está por encima del horizonte aumenta casi tres minutos cada día a la latitud de la Península Ibérica.

La luz se notará más aún cuando cambiemos el último domingo de marzo, el próximo 31, al horario de verano, adelantando una hora nuestros relojes (a las 2 será la 1, lo que acorta en 60 minutos ese día). Sin embargo, la Comisión Europea presentó una propuesta para poner fin a los cambios de hora durante 2019. En un principio este 31 de marzo iba a ser el último cambio de hora que se realizaría en la Unión Europea, pero el Parlamento Europeo ha pedido retrasar hasta 2021 la eliminación de los cambios de hora propuesto por la Comisión Europea.

Los Estados miembros deben comunicar como muy tarde en abril de 2020 si se quedarán con el horario de verano o con el de invierno. Si optan por la primera opción, el último cambio de hora tendrá lugar en marzo de 2021, mientras que el reloj se cambiará por última vez en octubre de 2021 en aquellos países que decidan permanecer en el horario de invierno. Pese a la petición del Parlamento Europeo, los Veintiocho volverán a debatir sobre esta cuestión el próximo mes de junio.

Por ello, aún tendremos que seguir cambiando las manecillas del reloj durante al menos dos años más.

Venus, Saturno, Júpiter y Marte visibles

Según informa el OAN, a lo largo de la primavera no se producirá ningún eclipse de Sol o Luna. La primera luna llena de la primavera será el 21 de marzo, y las siguientes, 29 ó 30 días después. Así, se darán otras tres lunas llenas en esta primavera los días 19 de abril, 18 de mayo y 17 de junio.

En cuanto a la visibilidad de los planetas, al amanecer serán visibles Venus, Saturno y Júpiter, que durante el mes de junio será visible toda la noche, mientras que al anochecer será visible Marte.

Las lluvias de estrellas que nos esperan

Con respecto a las lluvias de meteoros, se podrán observar aquellas que se producen ocasionalmente en esta estación. Las dos lluvias de meteoros más importantes de la primavera serán las Líridas, con un máximo hacia el 22 de abril, y las Eta-acuáridas, cuyo máximo sucederá hacia el 6 de mayo.

ABC