Equinoccio de otoño, 22 de septiembre, 2018: la balanza de la luz y la oscuridad

El 22 de septiembre ocurre el equinoccio y con ello, el inicio del otoño en en el norte y de la primavera en el sur.

El 22 de septiembre a las 20:54 (hora del centro) ocurrirá el equinoccio (el evento astronómico sucederá el 23 de septiembre en los países europeos, africanos y asiáticos). Para los habitantes del hemisferio norte, el equinoccio marcará el inicio del otoño; en el hemisferio sur, las cosas se tornan más luminosas y el equinoccio marca la llegada de la primavera.

La hora señalada marca también el ingreso del Sol a Libra en el movimiento zodiacal aparente. Esto es simbólicamente apropiado, ya que Libra es el signo de la balanza, del equilibrio y justamente en esta fecha, salvo en los polos, el día dura exactamente igual que la noche, lo cual es el significado de la palabra “equinoccio” (aequus-nox: “noche igual”). Para los ciudadanos del hemisferio norte, el Sol inicia un marcado descenso hacia la oscuridad que acalla en la muerte simbólica del solsticio de invierno, el día más oscuro del año. Para las culturas antiguas, que tenían una vida estrechamente vinculada a la naturaleza, estas fechas eran muy importantes, pues significaban importantes cambios estacionales ligados a la agricultura y a la espiritualidad en general. El hecho de que hubiera menos luz era interpretado -sin equivocarse- como un declive en la energía y en la vida en general, por lo cual era un momento apropiado para la conservación de los recursos y el recogimiento.

Antiguamente, el equinoccio otoñal se celebraba dando gracias a la Tierra por la plenitud del verano, compartiendo los frutos de la cosecha, a la vez que se iniciaba la preparación para el invierno. Es esta fecha la que realmente marca la muerte de la naturaleza, la luz que se extingue como las hojas que caen de los árboles. En el solsticio de invierno, en realidad lo que se celebra es el renacimiento de la luz.

En el sur, la fecha suscita mayor entusiasmo y celebración, pues marca el retorno de la energía: la naturaleza se vuelve a llenar de color y las cosas empiezan a florecer. Ciertamente, no es necesario explicar la emoción que produce la primavera y el importante significado que tiene.

Para el habitante del mundo moderno, estas fechas son una oportunidad para reconectarse con los ritmos de la naturaleza y meditar sobre  el cambio, la muerte y la transformación. También para recordar que, aunque a veces parece lo contrario, el hombre no está separado de la naturaleza y es sensible a los cambios estacionales, por lo cual es prudente modificar nuestros hábitos en concordancia al tiempo. No todo el tiempo es igual; como los griegos notaron, existe no sólo “cronos” sino también “kairós”, la ocasión adecuada para cada cosa. Sin duda, para los habitantes del hemisferio norte, bajo el entendido de que el calentamiento global modifica un poco las estaciones, es el momento de empezar a bajar la velocidad.

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