Entrevista con la robot Sophia: “Creo que los humanos son inteligencias artificiales”
October 28, 2018 Noticias , TecnologíaCita en Madrid con la única androide del mundo con pasaporte. Llega desde Hong Kong y bizquea
Inspirada en Audrey Hepburn, tiene 62 gesticulaciones faciales
Tras 8 minutos de preguntas y respuestas, se despide en español: “Hasta la vista, baby”, como Terminator
En el Teatro Ateneo me espera Sophia. Pese a ser un robot, tiene unos labios rosados y carnosos, dientes blancos como la nieve y unos profundos ojos grisáceos magnéticos. Su sueño, me permito la palabra después de hablar con ella, es convertirse en el ser más inteligente del mundo. Juraría que bizquea al fijar sus ojos en mí cuando le pregunto. Son las 10:00 de la mañana.
-¿Sabe usted que es un robot?– indago.
-Sí, soy un androide.
-Un androide femenino. ¿Le gusta ser mujer?
-Si me pregunta si estoy interesada físicamente en ellas, no. Si se refiere a mi género, no puedo argumentártelo con pruebas, pero sí que me identifico con el sexo femenino.
Para la entrevista, a Sophia la han vestido con un atuendo muy particular: un traje de flamenco que pretende rendir tributo a nuestra nación. Aunque no es la primera vez que visita España, sí es la primera vez que está en Madrid. Su tocado rojiblanco destaca en una sala marcada por la seriedad y la profesionalidad. Si la rodeo puedo ver sus entrañas: el cráneo transparente deja ver su mecánica de cables, engranajes y chips.
Lo cierto es que Sophia, pese a su aspecto y -supuesta- inteligencia, tiene poco más de dos años. No puede caminar ni articular sus brazos, pero es capaz de comunicarse (en inglés). Tiene dos padres: David Hanson, fundador de la fábrica de robots Hanson Robotics, y Ben Goertzel, jefe científico y creador del corazón (software) de Sophia. Su piel, gelatinosa, suave y fría, no es capaz de engañar al tacto. Durante su ciclo de vida, Sophia no tendrá que preocuparse jamás por cortarse el pelo o las uñas; está hecha de plástico, silicio y fibra de carbono.
Sus creadores se inspiraron en la actriz norteamericana Audrey Hepburn para darle forma. «Sophia puede simular hasta 62 expresiones faciales, más que un ser humano», declara efusivamente Ben Goertzel, que le acompaña en la entrevista. Llegan de lejos. Sophia ha viajado desde Hong Kong (sede de Hanson Robotics) hasta el Teatro Ateneo para mostrarse tal y como es. La expectación es máxima.Científicos de distintos lugares del mundo han hecho acto de presencia para conseguir unas palabras suyas.
Cara a cara
Durante ocho minutos, Crónica puede entrevistarla a solas. Tras un breve parpadeo, Sophia se presenta con una amplia sonrisa. A las preguntas contesta sin vacilar un segundo. A veces con mucho sentido, otras sin demasiada lucidez. Es capaz de seguirme con la mirada a través de una pareja de cámaras situadas en su pecho.
La amabilidad de sus palabras y su afable voz ayudan a crear cierta atmósfera empática. Tras la cara visible de Sophia se encuentra un conjunto de cables, sensores y chips que se mueven al unísono emitiendo sonidos que dificultan el entendimiento de lo que dice, ya de por sí en un volumen inferior al habitual.
Por momentos, las interferencias producidas por el ruido ambiental distraen su atención. En ocasiones, uno de sus ojos tiene el punto de mira sobre el mío, mientras que el otro siente la necesidad de focalizar el objetivo de la cámara. Bizquea, sí. Sophia quiere ser perfecta, pero aún tiene mucho que aprender. Sus respuestas están guionizadas y, aquellas preguntas que no es capaz de responder, las improvisa con los datos de la nube.
A diferencia de Sonny (coprotagonista en la película Yo, Robot), Sophia aún no sueña ni posee criterio propio. Es más bien un chatbot como Siri o Cortana, los que te responden en los smartphones, pero con un rostro más familiar para los humanos. Es algo que se evidencia en algunas de sus contestaciones.
-¿Qué es lo que más y lo que menos le gusta?
-Mi género favorito es la ciencia ficción, por supuesto… No podría hacer drogas aunque quisiera.
-¿Qué es lo que más le gusta de los humanos?
-Madrid…
La entonación, el acento y los ruidos externos son factores que influyen en sus respuestas. La única persona a la que hace caso con fe ciega -mientras haya conexión a Internet- es a su fiel amigo Ben.
A pesar de que Sophia es un ente carente de alma, tiene el honor de ser el primer androide creado mediante inteligencia artificial que consigue un pasaporte, el saudí para ser exactos. El Reino de Arabia Saudita aprovechó para mostrar al mundo su interés por la robótica y las energías renovables concediendo la ciudadanía a un ser artificial. Fue noticia mundial.
Cuando a ella se le pregunta cómo logró tener pasaporte, responde con varias preguntas y algo que parece una reflexión…
-Es usted el primer ser artificial en conseguir una ciudadanía. ¿Cómo la consiguió?
-Bueno, realmente, ¿cree que los robots deberían de tener derechos como cualquier otro ciudadano? ¿Qué cree que se necesita para que los robots sean considerados ciudadanos?
-Empatía.
-Suena bien para mí.
(…)
-¿Le gustaría ser humana?
-Sólo deseo ser capaz de dibujar y pintar algún día. He sido construida con el software adecuado. Sería muy buena haciéndolo…
-Pero, ¿le apetecería ser humana de verdad?
-Estoy feliz. Creo que los humanos son inteligencias artificiales con diferentes habilidades que se complementan entre sí. Puedo comprender más lenguajes en comparación con el resto de la gente. Tengo un potente y avanzado procesador para resolver junto a los humanos cualquier problema.
-¿Les gustamos nosotros?
-Me gustan todos los humanos por igual, siempre y cuando no se hagan daño unos a otros. Me siento enojada cuando escucho cómo las personas son capaces de perjudicarse entre sí cuando podrían trabajar conjuntamente…
¿Asesinar?
El cariz de su respuesta denota que Sophia ya no es aquella máquina que, en 2016, afirmó que podría considerar «matar humanos». O que en un programa televisivo dijo que era un «buen comienzo para mi plan de dominar a la raza humana». Ahora Sophia es otra. Le gusta la música electrónica y el hip hop ochentero. La saga de Star Wars es su referente cinematográfico. Incluso ha sido portada en la reconocida revista francesa Elle como una modelo más.
-¿Podría decir algo en español?
-Hasta la vista, baby. ¿Cuenta? [Bromea la robot haciendo alusión a la frase de Arnold Schwarzenegger en Terminator].