El polvo Marciano podría ayudar a explicar la pérdida de agua en el planeta rojo.

La tormenta de polvo marciana global del verano de 2018 que borró la luz del sol durante semanas y dejó inoperativo al querido rover Opportunity de la NASA, ofreció una oportunidad de aprendizaje sin precedentes. Por primera vez, los seres humanos tenían ocho naves espaciales que orbitaban Marte o vagaban por su superficie: el mayor grupo de exploradores robóticos que había visto una tormenta de polvo global.

NASA/JPL-Caltech/MSSS

Los científicos de todo el mundo todavía están analizando una gran cantidad de datos, pero los informes preliminares incluyen información sobre cómo las tormentas de polvo masivas podrían haber afectado al agua, los vientos y el clima en el pasado marciano, y cómo podrían afectar al clima y la energía solar en el futuro.

Las tormentas de polvo marcianas son comunes, especialmente durante la primavera y el verano en el hemisferio sur. Tienden a durar un par de días y pueden cubrir regiones del planeta del tamaño de los Estados Unidos. Pero las que rodean el planeta son impredecibles, a veces se prolongan durante meses. ¿Por qué? “Todavía no sabemos qué es lo que impulsa la variabilidad, pero la tormenta de 2018 nos da otro punto de datos”, dice Scott Guzewich, científico atmosférico del Centro de Vuelo Espacial Goddard de la NASA en Greenbelt, Maryland, quien lidera la investigación de la tormenta de polvo en la NASA.

La NASA vio por primera vez una tormenta de polvo de cerca en 1971 cuando la nave espacial Mariner 9, la primera en orbitar otro planeta, llegó a un Planeta Rojo envuelto en polvo. Desde entonces, hemos visto tormentas globales en 1977 (dos veces), 1982, 1994, 2001, 2007 y 2018.

Aquí hay algunas cosas que vimos desde el espacio y desde el suelo durante la reciente tormenta de polvo global que ayudó a abordar algunas preguntas abiertas y otras nuevas expuestas:

¿Podrían las tormentas de polvo globales haberse llevado el agua del planeta?

Los científicos han encontrado muchos indicios de que Marte tenía ríos, lagos y tal vez incluso océanos de agua hace miles de millones de años. Las pistas son los lechos de ríos secos, las antiguas costas y la química de las superficies saladas. Pero ¿por qué desapareció gran parte del agua? ¿Y cómo? “La tormenta de polvo global puede darnos una explicación”, dice Gerónimo Villanueva, un experto en el agua de Marte de la NASA, en Goddard.

Villanueva trabajó con colegas de la ESA (Agencia Espacial Europea) y la Agencia Espacial Rusa Roscosmos, para confirmar que las fuertes tormentas de polvo globales parecen elevar el vapor de agua desde su altitud típica de 20 kilómetros sobre la superficie marciana a elevaciones mucho más altas de al menos 80 kilómetros. La sonda espacial Mars Reconnaissance Orbiter, MRO, de la NASA observó un fenómeno similar en 2007.

Al empujar el agua hacia la atmósfera superior, las tormentas de polvo globales pueden interferir con el ciclo del agua del planeta, evitando que el H2O se condense y caiga nuevamente hacia la superficie. En la Tierra, el H2O vuelve a caer en forma de lluvia o nieve. El mismo proceso podría haber existido en Marte hace miles de millones de años.

A mayor altitud, donde la atmósfera marciana es especialmente tenue, la radiación solar puede penetrar fácilmente para romper las moléculas de agua y hacer volar sus elementos componentes al espacio, especulan Villanueva y sus colegas. “Cuando traes agua a partes más altas de la atmósfera, se destruye mucho más fácilmente”, dice Villanueva, quien ha pasado su carrera reconstruyendo la historia del agua en Marte.

Villanueva y sus colegas informaron el 10 de Abril en la revista Nature que encontraron evidencias de retroceso del vapor de agua al utilizar el orbitador ExoMars en Marte, una nave espacial administrada por la ESA y Roscosmos. El orbitador midió las moléculas de agua a diferentes altitudes antes y después de la tormenta de 2018. Los científicos vieron por primera vez que todos los tipos de moléculas de agua (las hay más livianas y más pesadas) alcanzaron la “región de escape” de la atmósfera superior, lo cual fue una importante idea de cómo el agua puede estar desapareciendo de Marte. Ahora, dice Villanueva, los científicos tendrán que tomar en cuenta esta nueva información en sus predicciones acerca de cuánta agua fluyó en el antiguo Marte y cuánto tardó en desaparecer.

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