El papel de la mujer en la religión: cristianismo, islam, hinduismo, budismo…
February 16, 2021 El Mundo , NoticiasCuando no existían las religiones monoteístas y se creía en los poderes de la naturaleza, las mujeres eran libres y veneradas porque podían dar a luz a otro ser. Luego apareció Dios, en sus diferentes acepciones, pero siempre hombre, y el sexo femenino fue subyugado…
En un principio, todas las sociedades fueron recolectoras y cazadoras. Posteriormente, cuando surgieron las primeras grandes civilizaciones, los seres humanos se adaptaban a los ciclos que imponía la naturaleza, y tanto las originarias culturas del oriente, como Mesopotamia y Egipto, fueron politeístas.
Las religiones monoteístas se desarrollan cuando aparecen herramientas especializadas y el hombre se da cuenta de que es posible dominar al medio ambiente. Y con él a la mujer, que podía darle muchos hijos para que trabajaran. Entonces comenzaron a aparecer los libros sagrados, los códigos y los mandamientos.
Cristianismo y judaísmo
Estas dos religiones, con sus características particulares y diferenciadoras, no pueden ser vistas por separado en cuanto al rol que en ellas tiene la mujer, ya que proceden de una raíz común. Jesús profesaba el judaísmo, y se consideró que era el mesías anunciado en el Antiguo Testamento. Los cristianos siguen manteniendo este dogma, mientras que para los judíos Jesús no fue lo esperado en términos de lograr la liberación del pueblo de Israel.
Pero tanto el judaísmo como el cristianismo creen en la premisa del pecado original, que se refiere a cuando Eva fue tentada por la serpiente y provocó que, tanto ella, como Adán, fueran expulsados del paraíso. En esta historia del Génesis también se cuenta cómo Eva salió de una costilla de Adán, lo que indica que nunca fue concebida como un ser independiente.
Según los primeros cristianos, como lo expresa Tertuliano (160-220), por culpa de la mujer Jesucristo tuvo que morir en la cruz para redimir al mundo del pecado. Y además, a raíz del incidente con la manzana, Dios condenó a los hombres a ganarse el pan con el sudor de la frente, por lo que más o menos la mujer viene a ser la causante de todas las desgracias de la humanidad.
Por otro lado, aunque en el caso de los protestantes sí se ha permitido que las mujeres sean sacerdotes, en el seno de la Iglesia católica éstas no pueden oficiar misas; en gran parte porque están contaminadas por los ciclos menstruales. Las monjas sólo sirven para practicar la caridad, cuidar enfermos y educar a los niños, mientras que los curas siempre disfrutaron de una formación intelectual privilegiada.
En cuanto al judaísmo, su origen se remonta al año 1850 a.C., cuando Yahvé se le apareció al patriarca Abraham y lo instó a dirigirse a las tierras de Canaán. Actualmente cuenta con aproximadamente 15.000 millones de seguidores en todo el mundo, de los cuales el 45% se encuentra en Israel y el 39% en Estados Unidos.
Esta religión no escapa del cuadro discriminativo a la mujer, con el agravante de que, al ser una de las religiones étnicas, lo cual se ratifica ante el hecho de que todo niño nacido de una mujer judía es judío, el sexo femenino tiene menos escapatoria. A pesar de ello, mujeres judías de algunas corrientes no ortodoxas han logrado llegar a ser rabinas, la máxima autoridad de la sinagoga, que además tiene funciones comunitarias importantes.
Pero durante muchos siglos las judías estuvieron sometidas por las creencias ortodoxas, que aún tienen un peso importante dentro del judaísmo y hasta rigen ciertas leyes en Israel, como lo concerniente al divorcio, que depende del otorgamiento por parte del hombre. Así mismo, dentro de esta concepción, los matrimonios son arreglados por los padres, no se pueden utilizar métodos anticonceptivos, y las féminas deben llevar la cabeza cubierta, al igual que todo el cuerpo, con mangas largas y faldas hasta los tobillos.
Adicionalmente, en las sinagogas pertenecientes a esta corriente, las mujeres se ubican aparte de los hombres, en el piso de arriba; les está prohibido tocar la Torá, que es el libro de las enseñanzas judías; y para rezar a sus difuntos públicamente deben contar con un acompañamiento mínimo de diez hombres. Por suerte, se estima que solo aproximadamente un 17% del judaísmo es ortodoxo en Israel, y esta tendencia está perdiendo terreno.
Islam
No es adecuado usar el término islamismo, ya que, aunque también puede significar seguidor del islam, está más orientado hacia los fundamentalistas islámicos: grupos violentos que tratan de imponer su creencia por la fuerza. Éstos son partidarios de la yihad o guerra santa, lo cual obedece a una interpretación errada del Corán.
Después de la muerte de Mahoma en el año 632, dos fracciones se batieron por detentar la supremacía de la religión. De un lado los que seguían al mejor amigo de Mahoma, que conformaron el bando sunita, y por el otro quienes consideraron que Alí, el yerno del profeta, era el sucesor adecuado, que son los chiitas.
En la actualidad, los primeros representan a casi un 90% de los musulmanes y tienen primacía en muchos países, como por ejemplo Afganistán, donde se conocen como talibanes -que significa estudiantes-, y representan el fundamentalismo como adeptos de al-Qaeda y del yihadismo. Los talibanes impusieron el uso obligado del burka en Afganistán, así como otras prácticas terribles tales como la mutilación genital femenina.
Los pueblos árabes tienen sus orígenes en tribus nómadas beduinas, que todavía existen en ciertos territorios. En ellas, a pesar de los hombres eran los jefes de los clanes y la máxima autoridad, la madre era la más importante de la familia, y luego las tías maternas. Por tal razón, el dátil, alimento primordial, era llamado “madre y tía del desierto”. El Corán acabó con este pasado, ya que, según sus preceptos, todos los hijos nacidos de un matrimonio musulmán pertenecen al padre.
Hinduismo
Esta religión, la tercera del mundo con 1.150 millones de seguidores, se origina en la India, donde el 80% de la población la practica actualmente, y es una de las más antiguas. A pesar de que muchos consideran al hinduismo como una doctrina politeísta, en realidad no es así, ya que todos los dioses son diferentes manifestaciones de uno solo: Brahma o Alma Universal, que a veces es acompañado por Vishnú (protector) y por Shiva (destructor-generador), quienes son expresiones de él mismo. Igualmente, Brahma tiene cuatro caras que representan los cuatro puntos cardinales.
El hinduismo se divide en dos períodos importantes: Védico (1500-500 a.C.) y Brahmánico (a partir del 500 a.C.). El primero está fundamentado en el texto del Rig Veda, mientras que el segundo tiene como referente las enseñanzas del sabio Manu, quien estableció los dharmas o normas de comportamiento de la sociedad. A pesar de que la Constitución de la India contiene leyes democráticas e igualitarias, el designio de la religión sigue siendo lo que predomina.
Durante la etapa védica, las mujeres, aunque igual dependían del sexo masculino, tenían mucha más libertad: podían tener acceso a las escrituras sagradas, ser funcionarias públicas, elegir con quien casarse y poseer bienes. No así desde que aparecieron los brahmanes o sacerdotes y se impuso el Código de Manu. A partir de entonces, el sexo femenino pasó a ser propiedad de los hombres, y su única función se tornó en tener hijos y procurar la felicidad de su cónyuge aunque fuera maltratada.
Por tal motivo, la educación se convirtió en un privilegio masculino, y las viudas comenzaron a arrojarse a la pira donde ardían los restos de sus esposos (lo cual fue prohibido a partir de 1829), para ahorrarse un futuro demasiado ingrato. Las leyes de Manu establecen que la mujer debe obedecer primero a su padre y posteriormente al marido; si llega a enviudar, a su hijo mayor o a la familia del difunto, ya que no puede gobernarse por sí misma y le está prohibido contraer segundas nupcias, cosa que los hombres sí hacen.
La vida de los hinduistas transcurre en medio de numerosas ceremonias, dedicadas en su mayor parte al sexo masculino. A lo largo del año, acontecen fiestas donde los hombres peregrinan hasta los santuarios y otros lugares sagrados, pero solo, y en algunos casos, las niñas antes de haber tenido su primera menstruación, o las mujeres después de la menopausia, pueden asistir. Existen pocos rituales, aparte de los que se celebran en el hogar, donde las mujeres participan.
Budismo
El budismo es una religión que se basa en las enseñanzas de Siddhartha Gautama, quien promovió la disciplina y la meditación como vías para llegar al nirvana o la perfección, lo cual implica liberarse del dolor que significa la existencia, así como de los ciclos de reencarnación. El budismo no profesa la creencia en ninguna divinidad, por eso se dice que es una religión no teísta y, sobre todo, es una filosofía. Existen tres corrientes actuales en el budismo, de las cuales, la conocida como Mahayana, agrupa a más de la mitad de los seguidores.
Siddhartha fue hijo de una familia muy adinerada de Nepal, pero a los 29 años decidió renunciar a los lujos para dedicarse a buscar la verdad. Se rapó la cabeza y practicó la mendicidad, hasta que recibió la inspiración estando sentado debajo de una higuera. Su principal descubrimiento fue que el origen del sufrimiento radicaba en el deseo, por lo cual uno de los preceptos más importantes de esta religión es dejar que todo fluya sin aferrarse a nada.
Siddhartha Gautama adquirió la denominación de “Buda”, que quiere decir “iluminado”, y se le representa de diferentes maneras, pero no debe confundirse con el buda gordo chino sonriente, que es un personaje distinto. No existe un consenso generalizado sobre la fecha de su nacimiento y de su muerte, pero, según los más recientes estudios arqueológicos, se cree que su vida transcurrió entre los años 563 y 483 a.C.
El pensamiento de Buda se difundió rápidamente por los países de Asia y se construyeron muchos santuarios para impartir las enseñanzas a una gran cantidad de seguidores que pronto se sintieron atraídos por sus ideas. En la actualidad existen aproximadamente 500 millones de budistas alrededor del mundo, y numerosos templos en el continente asiático, donde se concentran monjes de las diferentes escuelas, que en su inmensa mayoría son del sexo masculino.
Mientras tanto, muchas mujeres budistas, invocando los preceptos de Siddhartha en cuanto a la igualdad entre hombres y mujeres, y al hecho de que en la antigüedad ellas también podían ingresar a los monasterios como monjas, defienden su derecho en la mayoría de los países de Asia, que actualmente les niegan esta posibilidad.
Según cuenta la historia, en los principios del budismo, una gran cantidad de mujeres fueron aceptadas como monjas, lo que trajo algunos problemas. En primera instancia, los del sexo masculino asumieron que las féminas iban a lavarles y a plancharles su ropa; luego acudieron a Buda porque no sabían cómo manejar el tema de la tentación. Posteriormente, un grupo numeroso de monjes alegó que a las mujeres les costaba mucho más alcanzar el nirvana, porque les faltaba disciplina, y por este motivo Buda decidió crear algunas normas particulares para ellas.
A pesar de que en el budismo se proclama la total igualdad, en la práctica existen algunas limitaciones. Por ejemplo: en la mayoría de los países las monjas deben ser ordenadas en presencia de monjes; predomina la idea de que nacer hembra es un impedimento para alcanzar el nirvana, y por lo tanto la mujer necesita de una reencarnación adicional para liberarse del samsara (ciclos de vidas); y en la transmisión del dharma, o autorización escrita que permite enseñar, escribir libros, y ordenar a quienes se inician, las mujeres reflejan una presencia marcadamente inferior.
Religión tradicional china
Esta religión, totalmente autóctona, es la que actualmente predomina en China y se estima que más de la mitad de los 1.300 millones de habitantes la profesa. Especialmente comienza a tomar auge desde mediados del siglo pasado, resultando de una mezcla de las creencias ancestrales con todas las filosofías que han coexistido en el país desde hace más de mil años: confucianismo, taoísmo y budismo. Sobre todo el último, que ha sido la doctrina clásica con mayor número de adeptos.
La religión tradicional china, aparte de sincrética es politeísta, contando con un panteón de 14 dioses (masculinos y femeninos), además de numerosas deidades protectoras. Por otro lado, incluye el culto a los antepasados y el chamanismo, así como la adoración a los astros, a ciertos animales, y a los elementos de la naturaleza. Su origen se remonta al período de la Dinastía Han (206 a.C.-220 d.C.), cuando era común que cada aldea tuviera sus altares particulares, por lo que además se le conoce como shenismo o shenxianismo, ya que shen quiere decir altar.
El culto a los antepasados proviene de la antiquísima creencia de que los entes humanos tienen almas que, después de la desaparición corpórea, viajan a una dimensión espiritual donde también necesitan alimentarse. Por este motivo, en las casas se coloca un altar con sus imágenes y se les ofrece comida, para de esta manera contar con su protección.
Entre las muchas deidades a las que se les rinde culto, es importante destacar a la Diosa Madre y la Diosa de la Compasión y Misericordia. La primera creó a todos los hombres con barro y luego les dio vida a través de un soplo; mientras que la segunda proviene del budismo, desde hace centenares de años es la divinidad con mayor popularidad en China, y tiene la facultad de poder oír el llanto de todos los que sufren en cualquier lugar del planeta.
En cuanto al rol de la mujer, siempre predominó la ideología del confucianismo, que está asociado a los tiempos feudales de China; sus seguidores pregonaban la sumisión de la mujer a través de la triple obediencia: primero al padre, luego al esposo, y finalmente al hijo si enviudaba. Esto se justificaba porque, existiendo la figura de un emperador varón que mandaba en la Nación, la familia debía ser el reflejo y el hombre el emperador del hogar.
Pero la influencia del budismo y del taoísmo, hicieron que, si bien la mujer tenía como centro el hogar y los hijos, ésta disfrutara de una posición y libertad privilegiada con respecto a otras culturas. Incluso, durante la Dinastía Tang, entre los años 618 y 907, las mujeres fueron sacerdotisas y ocuparon lugares relevantes en las manifestaciones artísticas, musicales y literarias del país.
Se puede concluir que, aunque ha existido dominio masculino en todas las culturas y religiones, el sexo femenino ha sido especialmente sometido en las que rinden culto a un solo Dios, y no tanto así en las que representan concepciones filosóficas o son de carácter politeísta.