El otro secreto mejor guardado de los magos: un estudio desvela que son menos propensos a las enfermedades mentales
El trabajo británico muestra que los magos pueden ser personas creativas sin ser almas atormentadas.
Jorge Blass en su último espectáculo ‘Flipar’ / Cedida
Durante siglos se asoció a los magos con lo místico, lo arcano y lo inexplicable. Aún hoy, envueltos como vivimos en un manto de ciencia y tecnología, nos siguen cautivando con sus trucos. Eso es: hoy sabemos que lo que hacen tiene truco. Pero no importa; nos dejamos embaucar para disfrutar como niños. Ellos, los magos, también disfrutan; pero cuánto.
Nadie se lo había preguntado, pero ¿cómo de felices son los magos? ¿Cuánto beneficia o perjudica su quehacer a su salud mental? Ahora un estudio del departamento de psicología de la Universidad de Aberystwyth (Gales, Reino Unido) responde y revela que los magos pueden tener un secreto para mantener su bienestar en pleno proceso creativo.
¿Rasgos psicóticos y autistas?
“Existe una percepción común de que la creatividad está asociada con la psicopatología. Estudios anteriores han demostrado que los miembros de grupos creativos como comediantes, artistas y científicos obtienen puntuaciones más altas de lo normal en rasgos psicóticos, y los científicos en los campos STEM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas) obtienen puntuaciones altas en rasgos autistas”, se lee en el inicio del trabajo que firman Gil Greengross, Paul J. Silvia y Sara J. Crasson.
Los tres se propusieron probar si los profesionales de la magia también mostraban profundos rasgos psicopatológicos, además de autismo. Quisieron también probar las asociaciones de autoeficacia creativa e identidad creativa con rasgos esquizotípicos y autistas entre los magos.
Su investigación evaluó a 195 magos de todo el mundo, de edades comprendidas entre la adolescencia y los 90 años, en busca de rasgos psicopatológicos. Para su concurso contaron con la ayuda del Círculo Mágico del Reino Unido, la Sociedad de Magos Estadounidenses y la Hermandad Internacional de Magos.
Los resultados se compararon con los de otros grupos creativos y con los de la población general. Su trabajo encontró que los magos obtenían puntuaciones significativamente más bajas en lo que se refiere a problemas de salud mental.
Menos esquizofrenia y más identidad creativa
Según las conclusiones del estudio, los magos obtuvieron puntuaciones más bajas que la muestra de la población general en tres de las cuatro medidas de esquizofrenia (desorganización cognitiva, anhedonia introvertida e inconformidad impulsiva), pero no difirieron con respecto a experiencias inusuales o puntuaciones de autismo.
En autoeficacia creativa e identidad personal creativa los magos obtuvieron puntuaciones más altas que la muestra general. Las puntuaciones de los magos en rasgos esquizotípicos fueron muy inferiores a las de otros grupos creativos.
“Los resultados resaltan las características únicas de los magos y las posibles innumerables asociaciones entre la creatividad y los trastornos mentales entre los grupos creativos”, se lee en el texto de la investigación que se publica en la revista BJPsych Open de Cambridge University Press.
Innovadores pero no necesariamente inconformistas
El estudio cuestiona la opinión muy extendida de que las personas creativas son almas atormentadas. Según Greengross, investigador principal, los magos obtuvieron puntuaciones notablemente bajas en “inconformismo impulsivo”, un rasgo asociado al comportamiento antisocial y a un menor autocontrol.
Los resultados demuestran que la asociación entre creatividad y psicopatología es más compleja de lo que se pensaba”
El inconformismo “es valioso para muchos grupos creativos, como escritores, poetas y comediantes, cuyos actos suelen ser atrevidos y desafían la sabiduría convencional. Los magos pueden ser igualmente innovadores y superar los límites. Sin embargo, muchos magos realizan trucos familiares o variaciones de ellos sin sentir la necesidad de innovar”, le ha dicho el científico a The Guardian.
Según Greengross, su investigación “muestra que los magos no exhiben niveles más altos de trastornos mentales. Los resultados demuestran que la asociación entre creatividad y psicopatología es más compleja de lo que se pensaba anteriormente”.
