El motivo de que Venus no sea hoy habitable como la Tierra

La Tierra y Venus se parecen en muchos aspectos. Tienen tamaños, masas y densidades similares, y están a distancias al Sol relativamente parecidas. Sin embargo, algunas diferencias clave, en la habitabilidad, la composición atmosférica y la tectónica de placas, han carecido de explicación clara. Un nuevo estudio aclara por fin este enigma.

Simulación de un momento en el proceso de colisión de un cuerpo masivo contra Venus. La imagen muestra a Venus 11 horas después del impacto. Los colores indican la temperatura. / Southwest Research Institute / Simone Marchi & Raluca Rufu

El equipo de Simone Marchi, del Instituto de Investigación del Sudoeste (SwRI) en San Antonio, Texas, Estados Unidos, llevó a cabo una serie de simulaciones con modelos digitales y los resultados que ha obtenido indican que los grandes impactos de objetos cósmicos a gran velocidad durante la historia temprana de Venus impidieron que evolucionase en la misma dirección que permitió a la Tierra ser habitable y acoger vida.

En la infancia de nuestro sistema solar, los objetos cósmicos de gran tamaño capaces de impactar contra planetas eran muchísimo más numerosos que hoy en día. La colisión contra Venus de un astro con unos pocos cientos de kilómetros de diámetro habría afectado drásticamente al interior profundo del planeta, además de a su superficie y a su atmósfera, tal como razona Marchi.

Un trabajo reciente de otro grupo de investigación demostró que los cuerpos que cayeron a Venus durante la última fase de la formación de ese planeta, hace unos 4.500 a 4.000 millones de años, probablemente colisionaron contra él a velocidades mucho más altas, en promedio, que las de los cuerpos que colisionaron contra la Tierra en aquella época. Más de una cuarta parte de las colisiones contra Venus debieron producirse a velocidades de al menos 30 kilómetros por segundo (unos 108.000 kilómetros por hora).

La nueva investigación demuestra que los impactos típicos que tuvo que sufrir Venus provocaron el doble de fusión del manto que la inducida por los impactos típicos sufridos por la Tierra en aquella época. Según la nueva investigación, los impactos de alta velocidad de objetos de esa clase que golpearon Venus en trayectorias con ciertos ángulos eran capaces de provocar la fusión completa del manto.

Según Marchi, el impacto de uno solo de estos cuerpos masivos y de alta velocidad en Venus habría bastado para truncar la evolución del planeta. En un instante, Venus pudo pasar de ser un cuerpo sólido y rocoso a ser un amasijo de magma. La súbita metamorfosis habría alterado la mineralogía y la estructura física del interior de Venus, no solo su superficie. Cualquier atmósfera preexistente habría desaparecido casi por completo, siendo sustituida por gases volátiles procedentes de la fusión de material sólido. Un único impacto masivo y a gran velocidad pudo bastar para impedir la formación de placas tectónicas. Estos y otros cambios hicieron desaparecer las condiciones que habrían podido hacer de Venus un mundo habitable como la Tierra.

Aunque es probable que tanto Venus como la Tierra sufriesen impactos de cuerpos masivos, Venus debió sufrir una fusión y una alteración geofísica sustancialmente mayores debido a la alta velocidad de sus impactos. Esta diferencia clave entre ambos planetas los puso en caminos evolutivos divergentes.

NCYT