El líder del equipo Xudong Wang, lo explica: “Hemos desarrollado un dispositivo smart implantable que estimula el nervio vago de nuestro cuerpo, con el propósito de reducir la ingesta de alimentos. Produce una especie de pulsos eléctricos en respuesta a movimientos estomacales y los transmite a través de este nervio al cerebro, como una señal de plenitud artificial que previene que comamos más”.
Por el momento no se ha probado en humanos, pero los resultados en ratones han sido importantes. En un proyecto de 100 días, el grupo sometido a este implante redujo al menos un 38% de su peso. El siguiente paso es hacerlo en cerdos, para luego dar el salto en humanos. No son los únicos que han llevado a cabo experimentos similares, pero sí los primeros en realizarlos con dispositivos que no necesitan baterías que requieran recarga.