Un equipo de investigadores conformado por especialistas de la Universidad Estatal de Arizona y la Universidad de Chicago descubrió que los exoplanetas ricos en carbono que cumplen con las condiciones necesarias están conformados mayoritariamente en su interior por diamante y sílice. Las fantásticas estructuras no contendrían vida, debido a las características inhabitables de su atmósfera.
El conocimiento sobre los exoplanetas avanza rápidamente, gracias a datos aportados por el Telescopio Espacial Hubble de la NASA, entre otros. En función de esa información, los astrónomos poseen más posibilidades para recrear las condiciones reales de esos cuerpos, ya sea en cuanto a su conformación como con relación a si podrían o no albergar alguna forma de vida.
En un comunicado, los especialistas remarcaron que estos exoplanetas contienen una estructura conformada en su mayor proporción por diamante y sílice, mientras que en el núcleo dispondrían de una aleación de hierro y carbono. Se trata de exoplanetas ricos en carbono, que alcanzarían estas condiciones debido a la acción del agua.
Los exoplanetas, también conocidos como planetas extrasolares porque orbitan una estrella diferente al Sol, se forman a partir de la misma nube de gas y polvo que da vida a las estrellas. Cuando la relación carbono-oxígeno es elevada en las nuevas estrellas, los exoplanetas resultantes tienen muchas probabilidades de ser especialmente ricos en carbono.
Corazón de diamante
Esta clase de exoplanetas cuenta con las condiciones necesarias para que en su interior el diamante sea uno de los elementos predominantes, principalmente por acción del agua y la oxidación. Algo muy diferente a lo que sucede en la Tierra, donde el contenido de diamantes se ubica en el 0,001%.
Para comprobar su hipótesis, los científicos necesitaron recrear las condiciones existentes en el interior de estos exoplanetas ricos en carbono. Crearon una estructura con altas temperaturas y altas presiones, empleando celdas de yunque de diamante. Posteriormente, calentaron con un láser la muestra, a la que previamente habían incorporado carburo de silicio y agua.
Comprimida a alta presión y con elevadas temperaturas, la mezcla del carburo de silicio y agua se transformó en diamantes y sílice, al igual que ocurrió en el interior de los exoplanetas al momento de su formación. Vale recordar que el primer descubrimiento oficial de un exoplaneta se realizó en 1992, en estructuras que orbitaban el púlsar Lich. Por lo tanto, aún queda mucho por descubrir sobre sus condiciones reales de formación y sus características.
Exoplanetas sin vida
Lo cierto es que la reacción comprobada en el experimento constató la hipótesis esbozada por los científicos estadounidenses. Pero ahora quedaba por responder una gran pregunta: ¿pueden ser habitables estos planetas extrasolares ricos en carbono, uno de los elementos básicos para la vida, y conformados mayoritariamente por diamantes en su interior?
Aunque todavía queda mucho por estudiar, los especialistas creen que al tratarse de cuerpos sin actividad geológica, como sucede en la mayoría de los planetas con abundancia de carbono, es muy difícil que sus condiciones atmosféricas permitan el desarrollo de alguna forma de vida. Serían, en consecuencia, esferas dormidas y solitarias viajando por el espacio con una brillante carga de diamantes latiendo en su interior.