El empresario que se gasta dos millones al año para rejuvenecer (sangre de su hijo incluida)
December 4, 2023 El Mundo , NoticiasBryan Johnson, un millonario de 45 años, sigue una exhaustiva terapia de rejuvenecimiento. Asegura que ya ha “perdido” 5 años. Y aspira a regresar a los 18. Por si nutrición y tecnología no son suficientes, ahora va un paso más allá e intercambia plasma sanguíneo con su hijo de 17 años.
Se levanta a las cinco de la mañana. Engulle 24 suplementos: licopeno para las arterias y la piel, metformina para prevenir los pólipos intestinales, cúrcuma, pimienta negra, raíz de jengibre, zinc y litio, entre otras cosas, que acompaña de un desayuno vegano.
Después, hace 25 ejercicios específicos durante una hora. Los complementa tomando un zumo de creatina, flavanoles de cacao, péptidos de colágeno y otras delicias. Continúa el día de Bryan Johnson, un millonario estadounidense de 45 años empeñado en rejuvenecer, y se emplea a fondo en su exhaustiva terapia.
Las rutinas afectan a la dentadura también: cepillado riguroso, waterpik, hilo dental y enjuague con aceite del árbol de té más un gel antioxidante. Johnson, que ha instalado una sala médica en su casa de California, sigue a rajatabla el programa Blueprint, ideado por el médico Oliver Zolman para «una reducción del envejecimiento del 25 por ciento en 78 órganos».
El objetivo es que la piel, tendones, pene, riñones, intestinos, cerebro, hígado… todo Bryan Jonhson regrese a los 18 años.
Se analiza todo, incluyendo las pestañas y las erecciones nocturnas, que equipara a las de un adolescente
Oliver Zolman, que acalla las acusaciones de charlatán con su título de médico emitido en el King’s College de Londres, cobra hasta mil dólares por hora a sus clientes. El más destacado es Bryan Johnson. El año pasado gastó más de dos millones de dólares en su plan de rejuvenecimiento.
Se lo tomó muy en serio. Realizó una maratón de monitorizaciones con casi 34.000 imágenes solo de su intestino. Se analiza todo, incluyendo las pestañas y las erecciones nocturnas, que equipara a las de un adolescente.
El tratamiento de la piel incluye siete cremas diarias, exfoliaciones ácidas semanales y terapia con láser. Y cuida sus horas de sueño: se acuesta siempre a la misma hora y antes de hacerlo usa durante dos horas unas gafas que bloquean la luz azul. A Johnson lo atiende un equipo de treinta médicos. Le tratan también la cara.
Le inyectan grasa procedente de un donante porque él apenas tiene un 5 por ciento. Y, por supuesto, vigilan su dieta, abundante en nueces, linaza, lecitina de girasol, arándanos, zumo de granada y semillas de cáñamo, entre otros alimentos. Todo lo monitorizan y Johnson lo sube a su web. Cree que su afán en hacer retroceder el reloj biológico puede beneficiar a otros.
Y no descarta someterse a terapias genéticas experimentales. Muchos médicos alertan sobre los riesgos de esta terapia. Pero el doctor Zolman asegura que Johnson ha rejuvenecido ya 5 años en general y que tiene la capacidad pulmonar de un chico de 18. Johnson está tan encantado que ha lanzado la web Rejuvenation olympics para invitar a otros a sumarse a su plan.
Insiste en que la gente no tiene suficiente información sobre cómo funciona nuestra cuerpo y eso impide que lleven una vida saludable. Él mismo, dice, fue víctima de ese desconocimiento. Cuando tenía 30 años, Johnson creó una empresa de procesamiento de pagos llamada Braintree Payment Solutions LLC. Fue un gran éxito, pero el estrés y un horario laboral sin límites le causaron primero, sobrepeso y, después una profunda depresión. Cuenta que llegó a tener pensamientos suicidas y ahí, paró.
Vendió el negocio en 2013 y se trazó un objetivo: reinventarse. Empezó a leer sobre biología, que fue fusionando con sus conocimientos de tecnología. Pronto fundó una empresa de biotecnología y más tarde, otra, Kernel, que fabrica cascos para analizar la actividad cerebral. Y se ofreció él mismo como conejillo de indias.
Ahora ha ido un paso más allá y ha implicado a su hijo Talmage, de 17 años, en una operación: intercambian plasma sanguíneo, en lo que el multimillonario califica «el primer intercambio de plasma multigeneracional del mundo».
Obviamente, no todos los científicos están de acuerdo con su plan, por mucha supervisión médica que tenga. Hay quienes hablar de vigorexia y de un trastorno de la personalidad. En las fotos que sube a sus redes sociales, Johnson sí parece mostrar cierto narcisismo, pero en sus afirmaciones no deja de ser cauto: «no trata de vivir para siempre. Ni siquiera se trata de apuntar a cierta edad. Se trata de desbordarse de emoción cada noche antes de dormir para lo que el mañana traerá. Imagina si todos nos sintiéramos así todos los días».