El día del Asteroide: Riesgos, prevención y mitigación

El 30 de junio de 1908, un asteroide de unos 40 metros de diámetro explotaba sobre la región de Tunguska (Rusia), derribando árboles en una zona de 2.100 kilómetros cuadrados y siendo, hasta el momento, el impacto de uno de estos objetos contra la Tierra más potente del último siglo.

Asteroid Ida and its Dactyl moon

En conmemoración de ese evento se celebra todos los años el Día del Asteroide, una iniciativa impulsada por la ONU que pretende acercar al gran público no sólo qué son este tipo de objetos celestes, sino también los programas existentes para vigilar aquellos que pueden representar una amenaza para el planeta.

En busca de nuevos NEOs

La detección, seguimiento y catálogo de los objetos cercanos a la Tierra, NEOs en sus siglas en inglés, es algo en lo que se trabaja en los programas de vigilancia de NEOs, como los que se llevan a cabo desde el Centro de Coordinación de Objetos Cercanos a la Tierra NEOCC de ESRIN, centro de la ESA en Italia, y de cuyo sistema de información es coordinador Juan Luis Cano.

Juan Luis explica que el trabajo del NEOCC es calcular y catalogar las órbitas de todos los asteroides susceptibles de pasar por las cercanías de nuestro planeta, y proyectar dichas órbitas cien años en el futuro para ver si hay posibilidades de que impacten contra la Tierra. Las proyecciones se van refinando y ajustando conforme se realizan nuevas mediciones de estos objetos, pero no resulta sencillo porque sus dimensiones son pequeñas y son muy oscuros, lo cual les hace visibles en períodos de tiempo típicamente muy cortos.

Para mejorar las observaciones, y ayudar en el esfuerzo internacional por descubrir nuevos NEOs, la ESA está desarrollando el telescopio Fly-Eye (ojo de mosca). Este instrumento dividirá cada imagen que obtenga en otras 16 para ampliar su campo de visión y poder detectar más asteroides. Está previsto que el telescopio cubra todo el cielo visible cada dos días.

En los últimos 20 años, los científicos han visto cómo su trabajo saltaba a la opinión pública con casos como el del asteroide Apofis, el más paradigmático de todos, pero todavía hay aspectos de esta vigilancia del cielo que permanecen en la sombra para gran parte del público. Juan Luis Cano explica que “lo que más sorprende a la gente es saber que tanto la ESA como la NASA tienen grupos específicos que se dedican a vigilar el cielo en busca de estos asteroides. Y también sorprende saber que hay millones de estos objetos en órbitas alrededor del Sol que pueden suponer una amenaza para la Tierra, y de ellos sólo hemos descubierto hasta ahora unos 20.000”.

Una misión conjunta de mitigación del riesgo

Entre los programas de mitigación del riesgo, la ESA cuenta, en colaboración con la NASA con la misión conjunta AIDA, cuyo componente europeo, Hera, ha centrado parte de la charla que se ha celebrado en ESAC con motivo de este día internacional. Hera estudiará por primera vez un asteroide binario, grupo que conforma el 15% de la población de asteroides y que figuran igualmente entre los más desconocidos. Su asteroide objetivo es Didymos y AIDA contará con un impactador provisto por la NASA, DART, y el orbitador Hera de la ESA que ayudará a obtener datos más precisos de la composición del objeto.

También será una misión de demostración de nuevas tecnologías, sobre todo en navegación autónoma, y ofrecerá más información para preparar planes de defensa de la Tierra en caso de que un asteroide se aproxime demasiado al planeta.

Como ha demostrado el asteroide de Tunguska, los asteroides pueden presentar una amenaza a la vida en la Tierra. Los programas de la ESA de detección y desviación de los NEOs sirven para evaluar y mitigar estos riesgos, protegiendo los ciudadanos y nuestra sociedad. Es un área dónde hay mucho por hacer en el que la ESA tiene un plan muy avanzado de protección y mitigación de los riesgos potenciales que provienen del espacio.

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