El artista holandés que reconstruyó en 3D la gran Tenochtitlan, capital del imperio Azteca

Hablamos con Thomas Kole, un artista digital de Países Bajos, que ha recreado en 3D la capital del imperio Azteca con tanto detalle que parece una metrópoli viva. Se pueden ver los lagos, las calzadas, la arquitectura del Templo Mayor o del palacio del tlatoani Motecuhzoma Xocoyotzin; también Tlatelolco, la cuenca, el albarradón de Nezahualcóyotl, las chinampas, Tlacopan, Azcapotzalco y hasta la ceremonia del Fuego Nuevo visto desde el Cerro de la Estrella.

La reconstrucción 3D de la gran Tenochtitlán, la capital del imperio Azteca. / Thomas Kole

Es una reconstrucción 3D de la gran Tenochtitlan. El artista digital Thomas Kole, originario de Amersfoort, Países Bajos, dibujó la capital del imperio Aztecacon tanto detalle que parece una metrópoli viva. “¿Cuál era la apariencia de esta ciudad erigida a mano sobre el lago?”, se preguntó Kole, mientras exploraba la Ciudad de México en Google Maps. Como no encontró respuestas visuales satisfactorias para saciar su curiosidad, optó por recrearlas por sí mismo con software de código abierto como Blender, Gimp y Darktable En sus tiempos libres, y durante un año y medio, basándose en fuentes históricas y arqueológicas, así como en el conocimiento de muchas personas, buscó traer a Tenochtitlan de vuelta a la vida de la manera más fiel posible.

El Recinto Sagrado, hogar del Templo Mayor, el epicentro de la ciudad. / Thomas Kole

“Mi interés crecía conforme exploraba los mapas de Ciudad de México. En primer lugar, soy originario de Europa, donde apenas aprendemos sobre los nativos americanos y las civilizaciones precolombinas. Nos enseñan que era gente muy primitiva. Pero, conforme aprendía más sobre la capital mexica, parecía que no solo era una ciudad muy grande y organizada, sino también una de las más grandes del mundo”, dice Thomas Kole, en entrevista con WIRED. “Me desconcertaba. Entonces, comencé a leer de manera constante y a profundizar en el tema. Sin embargo, no podía encontrar imágenes que saciaran mi curiosidad sobre cómo se vería exactamente la gran Tenochtitlan en ese punto de la historia. Aunque existen pinturas famosas y mapas detallados que ofrecen un contexto interesante, carecen de naturalismo y no se asemejan a imágenes realistas. Por lo tanto, aún quedaba mucho a la imaginación. Fue así como nació este proyecto, impulsado por el deseo de satisfacer mi curiosidad”, dice Kole, desarrollador de software para videojuegos. Ahora trabaja en YIPP, una empresa que crea videojuegos para museos de ciencia, centros culturales y museos de arte.

La calzada de Tlacopan.

Maravillado, el artista holandés, que nunca ha visitado México, no se conformó con recrear el centro de la capital del imperio. También animó los lagos, el Popocatépetl y el Iztaccíhuatl, la calzada de Tlacopan; las edificaciones residenciales y las monumentales, como Templo Mayor, en un dorado amanecer, o el palacio del tlahtoani Motecuhzoma Xocoyotzin; también el recinto sagrado de Tlatelolco. Además, la postal 3D de la gran Tenochtitlán incluye vistas de la cuenca bajo la lluvia, desde el Paso de Cortés o del albarradón de Nezahualcóyotl. También se pueden disfrutar las frescas chinampas, Tlacopan, Azcapotzalco y hasta la ceremonia del Fuego Nuevo visto desde el cerro de la Estrella. Todo lo condensó en un sitio web que bautizó como Retrato de Tenochtitlan y que puede ser leído en inglés, pero también español y náhuatl del centro de México, traducciones hechas por Rodrigo Ortega Acoltzi.

La ceremonia del Fuego Nuevo, recreada en 3D.

Los mexicas no contaban el tiempo en una escala infinita, como nosotros, sino en unidades cíclicas de 52 años. Cada año duraba 260 días y cada 52 años todo comenzaba otra vez. Para conmemorar el nuevo ciclo hacían una gran ceremonia: la del Fuego Nuevo, la más importante del ciclo ritual de los mexicas. Cada 52 años los habitantes de México-Tenochtitlan desechaban las imágenes de sus dioses y todos sus utensilios domésticos y apagaban los fuegos de los hogares y los templos. En esa ciudad, completamente a oscuras, los sacerdotes del fuego salían del Templo Mayor hacia Huixachtlan (cerro de la Estrella), y en la cumbre realizaban una ceremonia para encender un fuego nuevo. El ritual provocaba gran incertidumbre porque se creía que si el fuego nuevo no se encendía, el mundo se acabaría y las estrellas se convertirían en monstruos que devorarían a la humanidad. Los cinco días previos a la ceremonia, el pueblo dejaba apagar sus fuegos y destruían sus enseres domésticos, mientras esperaban la catástrofe, ayunaban y se lamentaban. Ese momento fue recreado maravillosamente en tercera dimensión por Kole.

El Cerro de la Estrella.

“Lo realmente difícil fue reunir toda la información y luego probar cosas”, explica Thomas Kole. “¿Cómo creas una ciudad cuando realmente no sabes nada al respecto? ¿Cómo empiezas a reunir esa información? Eso fue realmente difícil y supuso desechar muchas cosas cuando encontraba fuentes diferentes con información conflictiva. Es parte de ser un pionero, aventurarse en lo desconocido, en lo que nadie ha hecho antes, pero eso también es muy difícil porque lleva mucho tiempo. Además, no hablo español y no soy académico, así que realmente abordé esto desde el punto de vista de un forastero”, resume el diseñador que uso Blender, el programa de código abierto para modelar 3D.

“Es el año 1518. Mexico-Tenochtitlan, que alguna vez fue un modesto asentamiento en el Lago de Texcoco, es hoy una bulliciosa metrópoli, capital de un imperio que gobierna y recibe tributos de más de 5 millones de personas. Tenochtitlan alberga a 200,000 habitantes dedicados a la agricultura, el arte, el comercio, la guerra, el sacerdocio y el gobierno. Es una de las ciudades más grandes de su tiempo a nivel mundial. En el presente, esta urbe es conocida como Ciudad de México”, se puede leer en el sitio, que abre como un glifo, realizado por Mi Corazón Mexica.

El centro religioso de la gran Tenochtitlan.

“Pasé la mayor parte del tiempo en Blender, y luego hubo un poco de trabajo en Gimp, la alternativa de código abierto a Photoshop, y un poco en Dark Table, que es como una alternativa a Lightroom para el procesamiento de imágenes. Pero Blender ha sido la piedra angular absoluta de todo este proyecto, y especialmente sus desarrollos recientes han sido asombrosos. No habría sido posible sin este nuevo sistema que han llamado “notas de geometría”, donde en lugar de que yo, como artista, coloque cada casa individualmente, puedo crear sistemas basados en habitaciones donde tengo un mapa de diez regiones de dibujo y puedo decir: “Esto es urbano, esto es agrícola”, y las casas y los campos se colocarán automáticamente en función de esto. No puedo imaginar haber completado este proyecto sin un sistema así. Ha sido fundamental”, explica.

“El mundo era muy diferente hace 500 años. Conforme avanzas, trata de imaginar el aroma del aire salado y el chile ahumado. Escucha el sonido de la lengua náhuatl y de las canoas en los canales; percibe el canto de las aves desde los árboles, siente el calor del sol sobre tu piel. A tu alrededor, las personas se atavían con prendas de algodón. Trabajan en los campos, cocinan, comercian y ejercen sus oficios a la sombra de árboles y toldos”, propone el autor mientras navegas por la ciudad. “La traza cuadriculada revela que Tenochtitlan es una ciudad de jerarquías. Los barrios se planean cuidadosamente y cuentan con mercados, escuelas y talleres propios. Se da mantenimiento a las acequias para facilitar el transporte de personas y bienes. Pasos y puentes forman el tejido de la ciudad”, dice.

La publicación de Thomas Kole se ha vuelto viral. Arqueólogos, fotógrafos y artistas digitales se han volcado sobre su reconstrucción en 3D de la ciudad azteca. “Wow, ¡esto es genial!. Finalmente tenemos imágenes que muestran cómo era Tenochtitlán como ciudad”, le comentó el arqueólogo de la Universidad Estatal de Arizona Michael E. Smith. “He estado hablando con muchos investigadores, historiadores, profesores y también con otros artistas interesados en este tema. Y no imaginaba tener una audiencia tan amplia. Mi teléfono no para de sonar. Es bastante genial, la verdad. Y, por supuesto, estoy realmente feliz, entiendo que es parte del patrimonio cultural de México. Es un lugar mítico”, dice Thomas.

“Frente a las sencillas viviendas de un piso se levantan grandes edificaciones: desde el monumental templo doble del centro hasta los adoratorios locales de los barrios. El Recinto Sagrado, hogar del Templo Mayor, es el epicentro de la ciudad. A un lado se encuentra el palacio del tlahtoani Motecuhzoma Xocoyotzin, así como otros templos, colegios, jardines y un vivario”, se puede leer sobre el Palacio.

Y luego se dedica a hablar con imágenes sobre el lago: “Construir una ciudad en un lago implica una constante lucha contra el agua.Un complejo sistema de acequias, canales, esclusas y un albarradón de 16 kilómetros dota a los mexicas de agua dulce proveniente de las montañas.
Gracias a esta compartimentación, la urbe está rodeada por agua salobre y el agua salada es contenida en el extremo oriental del lago. Un acueducto que corre desde Chapultepec provee a la ciudad de agua potable”.

El detrás de escenas de la reconstrucción 3D de Tenochtitlan.

“La Ciudad de México se levantó sobre las ruinas de Tenochtitlan. Las piedra de los templos derribados fue reutilizada tras la conquista española. El lago fue desecado, los canales se convirtieron en calles. De la metrópoli original no queda casi nada”, se puede leer. Gracias a las fotografías aéreas de la Ciudad de México. que fueron tomadas por Andrés Semo García, podemos comparar la ciudad del pasado y la ciudad del presente.

La vista occidental, hacia Chapultepec.

El centro.

Desde el Cerro de la Estrella.

Si el mundo no acababa ese año y las estrellas no se convertían en monstruos mortales, el pueblo mexica se reanimaba, renovaba sus templos, restauraba sus casas y hacía nuevos utensilios para usos religiosos y domésticos; se celebraban festines con comidas especiales y los sacrificios, tanto con derramamiento de sangre propia como de los prisioneros, revelaban el grado de la gratitud popular. ¿Qué pensarían los antiguos de ver recreada su ciudad en modelos 3D? ¿Dirían que se parece a la suya? ¿Qué pensarían de la ceremonia de Fuego Nuevo? ¿Se parecerá a sus recuerdos? Thomas Kole espera que sí, también quiere viajar a Ciudad de México para ver con sus propios ojos los vestigios de la capital del imperio y sus alrededores.

La vista desde el Cerro de la Estrella.

Wired