‘El arte de los pequeños pasos’: un iluminador texto de Antoine de Saint-Exupéry

Un texto hecho a la medida para un momento de adversidad como el que muchas personas están viviendo actualmente.

Antoine de Saint-Exupéry vivió una vida llena de acontecimientos y momentos sui generis. Nació en una familia aristócrata católica francesa y su padre murió cuando él era un adolescente. Se convirtió en piloto, viajó por todo el mundo, cobró fama como héroe de guerra, vivió tórridos romances y fue un gran escritor, aunque su fama en este ámbito fue más bien póstuma (antes destacó más bien como aviador). Por supuesto, a Saint-Exupéry se le recuerda especialmente por El principito, obra inspirada parcialmente en el accidente aéreo que vivió el autor en 1935 (cuando su avión se estrelló en el desierto de Libia) y del cual milagrosamente sobrevivió, luego de que un beduino lo encontró al borde de la deshidratación y sufriendo fuertes alucinaciones.

Aunque Saint-Exupéry es conocido por esta novela corta y algún otro escrito similar, póstumamente se publicaron textos cortos de corte más espiritual, como es el caso de la oración conocida como El arte de los pequeños pasos. Si bien no hay completa certidumbre sobre su autoría, este texto que le ha sido atribuido (incluso por la Iglesia católica) a Saint-Exupéry se ha convertido a últimas fechas en una de las oraciones más compartidas en las redes sociales. Y ello justificadamente, pues está hecho a la medida de los tiempos difíciles.

Esta pequeña obra es un llamado a la compasión, la aceptación y a vivir en el presente (algo fundamental para un momento de incertidumbre). Como dice al final: “Permíteme entregarles en el momento preciso un instante de bondad, con o sin palabras. No me des lo que yo pido, sino lo que necesito”.

A continuación compartimos una traducción del texto y el original en francés.

No pido milagros y visiones, Señor, pido la fuerza para la vida diaria. Enséñame el arte de los pequeños pasos. Hazme hábil y creativo para notar a tiempo, en la multiplicidad y variedad de lo cotidiano, los conocimientos y experiencias que me atañen personalmente.

Ayúdame a distribuir correctamente mi tiempo: dame la capacidad de distinguir lo esencial de lo secundario. Te pido fuerza, autocontrol y equilibrio para no dejarme llevar por la vida y organizar sabiamente el curso del día. Ayúdame a hacer cada cosa de mi presente lo mejor posible, y a reconocer que esta hora es la más importante.

Guárdame de la ingenua creencia de que en la vida todo debe salir bien. Otórgame la lucidez de reconocer que las dificultades, las derrotas y los fracasos son oportunidades en la vida para crecer y madurar. Envíame en el momento justo a alguien que tenga el valor de decirme la verdad con amor. Haz de mí un ser humano que se sienta unido a los que sufren.

Permíteme entregarles en el momento preciso un instante de bondad, con o sin palabras. No me des lo que yo pido, sino lo que necesito. En tus manos me entrego. ¡Enséñame el arte de los pequeños pasos!

*

Je ne demande pas de miracles ni de visions, mais je demande la force pour le quotidien! Rends-moi attentif et inventif pour saisir au bon moment les connaissances et expériences qui me touchent particulièrement.

Affermis mes choix dans la répartition de mon temps. Donne-moi de sentir ce qui est essentiel et ce qui est secondaire. Je demande la force, la maîtrise de soi et la mesure, que je ne me laisse pas emporter par la vie, mais que j’organise avec sagesse le déroulement de la journée. Aide-moi à faire face aussi bien que possible à l’immédiat et à reconnaître l’heure présente comme la plus importante.

Donne-moi de reconnaître avec lucidité que la vie s’accompagne de difficultés, d’échecs, qui sont occasions de croître et de mûrir. Fais de moi un homme capable de rejoindre ceux qui gisent au fond.

Donne-moi non pas ce que je souhaite, mais ce dont j’ai besoin. Apprends-moi l’art des petits pas !

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