“No se había mencionado lo importante que son los vuelos espaciales tripulados y lo importante que fue este vuelo para superar las barreras políticas y mejorar el entendimiento mutuo”, dijo Huntsman a la tripulación en una reunión solemne.

La tripulación de la nave compuesta por el astronauta de la Agencia Espacial Europea, Alexander Herst, la astronauta de la NASA Serena Auñón y el cosmonauta ruso Serguéi Prokópiev, estuvo en el espacio del 6 de junio al 20 de diciembre de 2018.

El 30 de agosto, en el segmento ruso de la Estación Espacial Internacional se detectó una fuga de aire y ese mismo día se supo que era resultado de un agujero en la pared de un habitáculo de la nave Soyuz MS-09, acoplada a la estación orbital desde junio pasado. El orificio fue sellado con unos parches.

Una comisión interna creada por la corporación rusa de ingeniería espacial Energia (fabricante de la nave) excluyó el defecto de fabricación como posible causa del agujero.

Actualmente, la investigación del caso corre a cargo de la corporación espacial rusa Roscosmos y las autoridades policiales rusas.

A mediados de diciembre, dos cosmonautas rusos realizaron una caminata espacial para examinar la superficie exterior de la nave Soyuz, cortaron dos trozos de la protección contra micrometeoritos, tomaron muestras de la sustancia utilizada para sellar el agujero en el habitáculo de la nave y las enviaron a la Tierra con la tripulación que regresó a finales de 2018.

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