Día Mundial del Modernismo

El 10 de junio de 1926 moría Antoni Gaudí. Desde hace unos años esa fecha fue declarada Día Internacional del Art Nouveau.

Este año para celebrarlo el Institut de Paisatge Urbà de Barcelona realiza una jornada de puertas abiertas en los Pabellones Güell, una de las obras de Gaudí más míticas y sin embargo, menos conocidas.

Por encargo de Eusebi Güell, entre 1884-1887, Antoni Gaudí construye unos accesos y caballerizas en la finca que los Güell tenían en Sarrià. El conjunto se ha conservado más o menos hasta ahora. Diferentes puertas de estilo neo mudéjar se encuentran en jardines y patios de los actuales edificios.

Pero la más espectacular es la puerta principal, la que se encontraba al final del camino privado de la finca que enlazaba con la carretera de Sarrià (actualmente calle Manuel Girona). Son los  Pavellons Güell. La historia es conocida, se basan en el mito de la Atlàntida soñado por el poeta Jacint Verdaguer (que a su vez se basa en el mito griego del robo de las manzanas de oro del Jardín de las Hespérides por Hércules).

El conjunto que actualmente forma parte de los jardines del Palau Reial (la finca la donaron los Güell a Barcelona para construir en ella una residencia real), está compuesto por la puerta de entrada, la casa del guarda, las caballerizas y el picadero. Hay otros elementos dispersos, como las ya mencionadas, puertas auxiliares o la fuente de Hércules. Otros han desaparecido, como las escaleras mirador.

Interior y exterior del picadero

La casa del guarda y la linterna que la corona

Caballerizas y detalles de la decoración exterior

Un conjunto que dentro de poco se va a someter a una profunda restauración y que hasta ahora ocupaba la Cátedra Gaudí, por eso es un espacio relativamente poco conocido, menos la puerta de entrada, que es el elemento más espectacular, con el dragón, protector del Jardín de las Hespérides, una puerta que en su momento estuvo policromada y un sistema de poleas y pesos hacía que sus garras se moviesen al abrir la puerta. Así mismo es una puerta con una compleja iconografía, basada en las constelaciones de la Osa Mayor y Menor (para los griegos antiguos estas constelaciones eran las Hespérides, las ninfas que vivían en el jardín).

En El Correo Catalán del día 18 de Mayo de 1885 se leía:

“En los talleres de cerrajería que posee el Sr. Vallet y Piquer en la calle de Lauria hemos tenido ocasión de ver una magnífica puerta de hierro batido proyectada por el arquitecto Sr. Gaudí. La referida puerta ha de ir colocada en una reja de un jardín de Sarrià y tiene como asunto decorativo la leyenda catalana del dragón que al extremo de un largo camino estaba guardando la entrada de un jardín encantado. Conocida es la facilidad en el dibujo del señor Gaudí, por lo tanto, nada hay que decir con respecto a su proyecto, que resulta de una riqueza, novedad y elegancia notables. La ejecución que le ha cabido es perfecta a pesar de las múltiples dificultades que presentaba en la práctica la dispersión de los elementos decorativos que forman parte integrante de la construcción. En una palabra, la puerta a que nos referimos es una nueva demostración de lo mucho que puede la industria catalana y de lo que valen sus artistas y sus constructores.”

Estilísticamente, la influencia del mudéjar (estilo del siglo XVI-XVII de los árabes que habitaban en regiones cristianas en España, especialmente en Aragón y Valencia): obra vista de ladrillo y decoración cerámica, además de otros elementos de la arquitectura de Gaudí, como ocurrentes soluciones técnicas, formas orgánicas indeterminadas o citas a la arquitectura popular catalana, como el espacio interior de la casa del guarda; en esta sala redonda, la chimenea en forma de seta, ya apunta a la de la Casa Batlló. Los panots de La Pedrera que se pueden ver fueron instalados cuando la Cátedra Gaudí se instaló allí, no son contemporáneos a la cosntrucción de los edificos, Gaudí los diseñó en 1908.

 

Inspiración mudéjar y formas organicistas en los panots

Diseminados por los jardines, hay otros elementos modernistas, algunos no atribuibles a Gaudí, pero igualmente atractivos.

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