Día Mundial de las Abejas

La importancia de las abejas.

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Las abejas y otros polinizadores, como las mariposas, los murciélagos y los colibríes, se ven cada vez más amenazados por las actividades del ser humano.

La polinización es un proceso fundamental para la supervivencia de los ecosistemas, esencial para la producción y reproducción de muchos cultivos y plantas silvestres. Los polinizadores no solo contribuyen directamente a la seguridad alimentaria, sino que además son indispensables para conservar la biodiversidad, piedra angular en el cumplimiento de los Objetvos de Desarrollo Sostenible (ODS). Asimismo, sirven para alertarnos sobre los nuevos riesgos ambientales, indicando la salud de los ecosistemas locales.

Los insectos invasores, los pesticidas, los cambios en el uso de las tierras y los monocultivos pueden reducir los nutrientes disponibles y suponer una amenaza para las colonias de abejas.

Para crear conciencia sobre la importancia de los polinizadores, las amenazas a las que se enfrentan y su contribución al desarrollo sostenible, las Naciones Unidas declararon el 20 de mayo como Día Mundial de las Abejas.

¿Por qué celebramos el 20 de mayo del Día de las Abejas?

El 20 de mayo coincide con el aniversario del nacimiento de Anton Janša que, en el siglo XVIII, fue pionero de la apicultura moderna en su Eslovenia natal. Janša elogiaba lo buenas trabajadoras que son las abejas y la poca supervisión que necesitan de su trabajo.

Con motivo de la celebración del Día este año, la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) y la Misión Permanente de la República de Eslovenia organizan conjuntamente un acto en conmemoración del Día Mundial de la Abeja, con el fin de concienciar sobre la importancia de las abejas y fortalecer la colaboración entre las partes interesadas.

Un mundo sin polinizadores, un mundo sin diversidad alimentaria

Todos dependemos de la supervivencia de las abejas. Los alimentos que consumimos, como las frutas y las verduras, dependen directamente de los polinizadores (abejas, mariposas, murciélagos, colibríes, etc.). Un mundo sin polinizadores supondría un mundo sin diversidad alimentaria, sin arándanos, café, chocolate, pepinos, ni muchos otros alimentos.

Al polinizar las plantas y los árboles, los polinizadores son indispensables en los ecosistemas agrícolas para el cultivo de frutas, la horticultura y la producción de forraje, así como para la producción de semillas de muchas plantas que de las que se extraen sus raíces y sus fibras, como el algodón o el lino. Sirven también como productos básicos para la elaboración de medicamentos, biocombustibles o materiales de construcción.

La gran mayoría de las especies de plantas con flores producen semillas solo si los animales polinizadores transportan el polen desde las anteras hasta los estigmas de las flores. Sin este trabajo, desaparecerían muchas especies y muchos procesos del mismo ecosistema.

La polinización es, por lo tanto, un proceso clave tanto para los ecosistemas naturales como para aquellos gestionados por el ser humano. Se trata de una contribución esencial en la producción de alimentos y los medios de subsistencia humana, y vincula directamente los ecosistemas silvestres con los sistemas de producción agrícola.

Diversidad y abundancia de polinizadores

La mayoría de las 25.000 a 30.000 especies de abejas (Hymenoptera: Apidae) son polinizadoras eficaces y, junto con las polillas, las moscas, las avispas, los escarabajos y las mariposas, constituyen la mayoría de las especies polinizadoras. Pero hay muchos más.

La gran variedad de polinizadores y sistemas de polinización es sorprendente. De hecho, existen polinizadores vertebrados, como los murciélagos, mamíferos no voladores (como varias especies de monos y roedores, los lémures, las ardillas comunes, los olingos y los kinkajúes) y aves (colibrís, suimangas, mieleros y algunas especies de loros).

Si observamos los procesos de polinización podemos ver las relaciones específicas entre las plantas y sus polinizadores; sin embargo, la mejor garantía de unos servicios de polinización saludables es la abundancia y diversidad de polinizadores.

Adaptación al cambio climático

Para una producción óptima de los cultivos se requiere una variedad de polinizadores, entre los se incluirían a las abejas. Un conjunto diverso de polinizadores, con diferentes características y distintas reacciones a las condiciones ambientales, es una de las mejores maneras de minimizar los riesgos provocados por el cambio climático. La diversidad de polinizadores pueden asegurar una presencia eficaz de estos seres incluso en las condiciones climáticas cambiantes y garantizar la resilencia de los agroecosistemas.

Crisis de la polinización

Consciente de las dimensiones de la crisis de la polinización y su relación con la biodiversidad y la subsistencia del ser humano, el Convenio sobre la Diversidad Biológica ha hecho de la conservación y el uso sostenible de los polinizadores una prioridad. En el año 2000, se estableció la Iniciativa Internacional sobre Polinizadores, IPI, (COP decisión V/5, sección II), en la Quinta Conferencia de las Partes (COP V), como una iniciativa transversal para promover la acción coordinada global para:

  • Observar y controlar el descenso del número de polinizadores, las causas del declive y su impacto en los servicios de polinización.
  • Abordar el problema de la falta de información taxonómica sobre los polinizadores.
  • Evaluar el impacto económico del descenso de los servicios de polinización.
  • Promover la conservación, recuperación y el uso sostenible de la diversidad de polinizadores en la agricultura y ecosistemas afines.

ONU