Detectar en las ondas cerebrales la sensibilidad futura al dolor
August 12, 2020 Bienestar , NoticiasEl cerebro está constantemente produciendo patrones rítmicos regulares de actividad que se conocen como ondas cerebrales. Analizar las ondas cerebrales de una persona puede dar mucha más información sobre ella de lo que podría parecer posible.
Unos científicos de la Universidad de Birmingham en el Reino Unido y de la de Maryland en Estados Unidos han demostrado con éxito que un patrón habitual de actividad cerebral, llamado ondas alfa, tiene una estrecha relación con el grado de resistencia del cuerpo al dolor.
Las ondas alfa oscilan entre los 8 y los 14 hercios (Hz), con una frecuencia máxima que varía de un individuo a otro. Los autores del nuevo estudio han demostrado cómo la medición de la frecuencia de las ondas alfa de un individuo puede utilizarse como un indicador fiable del grado de resistencia del cuerpo al dolor.
El estudio, a cargo del equipo formado por Andrew Furman, David Seminowicz, Ali Mazaheri y otros, sugiere que estas ondas alfa podrían utilizarse para ayudar al personal sanitario a averiguar la susceptibilidad de un paciente a experimentar dolor severo después de una cirugía y poder así adoptar medidas con antelación.
Las ondas alfa son uno de los tipos de actividad eléctrica que se producen en nuestro cerebro. Se cree que las ondas alfa están más presentes cuando una persona está despierta pero más bien inactiva.
En la mayoría de cerebros humanos, estas oscilaciones ocurren continuamente en el citado rango de frecuencias de entre 8 y 14 Hz. Investigaciones anteriores realizadas por el grupo mostraron que las personas con ondas alfa en el extremo superior de ese rango eran más resistentes al dolor, mientras que las personas con ondas alfa del extremo inferior eran más susceptibles al dolor.
En los nuevos experimentos, el equipo se propuso averiguar si, al hacer una medición inicial de las ondas alfa del sujeto, era posible predecir su reacción al dolor.
Los investigadores examinaron a 61 participantes sanos, tanto hombres como mujeres, de entre 21 y 42 años. Las ondas alfa se midieron en cada participante mediante electroencefalografía (EEG) y luego cada participante fue expuesto a dos episodios de dolor diferentes. En el primero de ellos se aplicó una crema que contenía capsaicina (el ingrediente activo de los pimientos picantes) para sensibilizar la piel; en el segundo, los participantes se sometieron a repetidas aplicaciones de calor. Después de ocho semanas, los sujetos volvieron a repetir los experimentos.
Los resultados mostraron que la medición de las ondas alfa daba una indicación fiable de la susceptibilidad o la resistencia de una persona al dolor. Estos resultados fueron fiables tanto en la evaluación inicial como en el seguimiento de ocho semanas.