Detectan otra misteriosa señal de radio repetida llegada del espacio exterior

Los misteriosos estallidos, emitidos a baja frecuencia, parecen proceder de un punto a 1.500 millones de años luz.

Los estallidos rápidos de radio (FRB, por sus siglas en inglés) son uno de los fenómenos más misteriosos del Universo. En apenas unos pocos milisegundos, estas señales pueden generar la misma energía que el Sol en unos 80 años. Sin embargo, los científicos desconocen su origen. Qué tipo de fuente poderosa puede liberar semejantes ráfagas en el Universo sigue siendo un enigma, aunque los investigadores creen que debe de situarse mucho más allá de nuestra galaxia, la Vía Láctea. Incluso se ha especulado con la fantástica posibilidad de que sean el producto de otra civilización tecnológicamente avanzada a miles de millones de años luz de distancia.

Hasta la fecha, los astrónomos habían detectado unas sesenta emisiones de este tipo. Pero solo una de ellas se había repetido (unas 200 veces desde que fue descubierta en 2015 por el radiotelescopio de Arecibo en Puerto Rico), al parecer proveniente de un magnetar en una galaxia enana a 3.000 millones de años luz de la Tierra, según publicaba en enero de 2017 en la revista «Nature» un equipo holandés. Esa fuente fue bautizada como FRB 121102 y sus ráfagas intermitentes son tan brillantes que pueden verse en todo el Universo. Un año después, otro grupo de científicos canadienses ha dado a conocer en dos artículos en la misma publicación la existencia de otras trece señales rápidasY por segunda vez, una de ellas también se repite.

Las nuevas señales extragalácticas fueron descubiertas con el radiotelescopio CHIME, situado en el Valle de Okanagan en la Columbia Británica, durante un período de observación de solo tres semanas el pasado verano. «Hasta ahora, solo se conocía una FRB repetida. Saber que hay otra sugiere que es posible que haya más ahí fuera. Y con más repetidores y más fuentes disponibles para el estudio, podremos entender estos enigmas cósmicos, de dónde provienen y qué los causa», afirma Ingrid Stairs, miembro del equipo CHIME y astrofísica de la Universidad de la Columbia Británica.

A baja frecuencia

La señal repetida (llamada FRB 180814) tuvo seis pulsos que parecen originarse a una distancia de 1.500 millones de años luz, aproximadamente la mitad de la primera ráfaga de repetición. Las nuevas señales tiene otra característica importante. La mayoría de las detectadas anteriormente habían sido encontradas en frecuencias cercanas a los 1.400 MHz, muy por encima del rango del radio telescopio canadiense de 400 MHz a 800 MHz. Sin embargo, la mayoría de las trece nuevas ráfagas se registraron en las frecuencias más bajas de CHIME. En algunos casos, la señal en el extremo inferior de la banda era tan brillante que, según los investigadores, parece probable que se detecten otros FRB en frecuencias incluso más bajas que el mínimo de 400 MHz del instrumento. (La más baja detectada anteriormente se situaba en los 580 MHz).

El radiotelescopio CHIME, en la Columbia Británica (Canadá) / Instituto Espacial McGill

Los investigadores creen que las FRB se generan en regiones densas y turbulentas de sus galaxias anfitrionas, lugares donde hay una gran cantidad de nubes de gas (nebulosas que forman estrellas) y explosiones estelares como supernovas. «Esto nos da pistas sobre qué tipo de objetos pueden generar las FRB. No sabemos exactamente de qué galaxias vienen, pero estimamos se encuentran hasta a mil millones de años luz de distancia», explica a ABC Shriharsh Tendulkar, del Instituto Espacial McGill en Montreal (Canadá).

La detección a frecuencias más bajas significa que algunas de las teorías hasta ahora expuestas sobre los orígenes de estas señales deberán ser reconsideradas. «Y el hecho de que las ráfagas se repitan descarta cualquier modelo catastrófico para la generación de las FRB (es decir, uno en el que la fuente se destruye al generar la ráfaga). Por ejemplo, una FRB emitida por una fusión de dos estrellas de neutrones o la de una estrella de neutrones y un agujero negro no se puede repetir», explica Tendulkar. Aún no está claro si las fuentes que generan las señales repetidas son diferentes de las que aparentemente solo generan una. Quizás ni siquiera sean individuales, sino que se repiten con muy poca frecuencia. «Es demasiado pronto para saberlo», dice el investigador.

¿Una inteligencia extraterrestre?

En cuanto a la posibilidad de que estas señales rápidas sean creadas por una inteligencia extraterrestre, «creo que es extremadamente poco probable», apunta Shriharsh Tendulkar. «Como científico, no puedo descartarlo al 100%, pero una afirmación extraordinaria debe estar respaldada por pruebas extraordinarias», subraya. El investigador recuerda que algo parecido ocurrió con los pulsos periódicos de radio emitidos por púlsares y detectados desde 1967. En un principio, también existió la tentación de atribuirlos a los «pequeños hombres verdes», pero la idea se disipó rápidamente cuando hubo una respuesta física lógica. «Los FRB son muy similares en estructura a estos pulsos (aunque casi un billón, es decir, 1000.000.000.000 veces más potentes), por lo que no hay razón para pensar que tienen que ser de una fuente inteligente», indica. Igualmente, puntualiza que no existe ninguna estructura «inteligente» o «que contenga información» en las explosiones. «Si viéramos una señal de teléfono celular, por ejemplo, a través de nuestro telescopio, aunque no sabría lo que se dice entendería que está pasando información. La vida inteligente no está en la mente de ningún astrónomo como fuente de estas FRB», concluye.

ABC