La perovskita de silicato de calcio es un raro mineral que se crea en el manto inferior de la Tierra, a una profundidad de hasta 2.900 km. A diferencia de otra forma del mineral, conocida como wollastonita y que se utiliza activamente en la industria, la perovskita de silicato de calcio recién encontrada tiene una estructura cristalizada que solo se forma en el manto inferior, en condiciones de calor y presión extrema.
Diamond delivers long-sought mineral from the deep Earth https://t.co/eDEPg7bQcR
A nice article by @alexwitze on the new mineral #davemaoite which is now in the @NHMLA mineral collection. pic.twitter.com/eZnw7XPDQt— Aaron Celestian, Ph.D. (@aaroncelestian) November 11, 2021
Su existencia teórica fue descrita en 1975 y los científicos llegaron a sintetizarlo en condiciones de laboratorio tan extremas que se llegó a la conclusión de que no era probable que el mineral pudiera existir en la naturaleza.
Pero ahora, los autores del estudio publicado en la revista Science encontraron el insólito mineral dentro un diamante hallado hace décadas en Orapa, Botswana. Lo bautizaron como davemaoita, en honor al destacado geólogo chino-estadounidense Ho-kwang (Dave) Mao que dedicó su vida al estudio de los minerales.
Los investigadores sugieren que la piedra preciosa se formó a una profundidad de entre 660 y 900 kilómetros y tardó entre 100 y 1.500 millones de años en llegar a la superficie.
Durante el estudio, el equipo de investigadores, liderado por Oliver Tschauner, de la Universidad de Nevada, examinó el diamante utilizando una técnica llamada radiación de sincrotrón y concluyó que contenía grandes cantidades de potasio. También presentaba rastros del torio y el uranio, los isótopos responsables en parte del calor en la parte inferior del manto.
“El descubrimiento de la davemaoita alienta la esperanza de poder encontrar otras fases más complejas de alta presión en la naturaleza”, opina el investigador Yingwei Fei, del Instituto Carnegie, quien añade que “obtener más muestras directas del inaccesible manto inferior podría llenar nuestro vacío de conocimiento sobre la composición química y la variabilidad de las profundidades de nuestro planeta”.