Descubren un extraño objeto cósmico que es tres cosas a la vez

Z 229-15 es verdaderamente inclasificable y desafía a los astrónomos: puede ser considerado al mismo tiempo como una galaxia Seyfert, un núcleo galáctico activo (AGN) o un cuásar.

La imagen del misterioso objeto cósmico inclasificable, que es al mismo tiempo una galaxia Seyfert, un núcleo galáctico activo (AGN) y un cuásar. / ESA/HUBBLE & NASA, A. BARTH, R. MUSHOTZKY.

El Telescopio Espacial Hubble de la NASA y la ESA ha descubierto y fotografiado uno de los objetos cósmicos más extraños jamás detectados: se denomina Z 229-15 y se ubica en la constelación de Lyra, a unos 390 millones de años luz de distancia de la Tierra. Los científicos lo han clasificado de tres formas diferentes, ya que en realidad es las tres cosas al mismo tiempo: su extrema luminosidad se explica por la presencia de un enorme agujero negro supermasivo en su centro, que se encuentra rodeado por un disco de material estelar.

Un objeto celeste identificado por el Telescopio Espacial Hubble ha sido clasificado como una galaxia Seyfert, un núcleo galáctico activo (AGN) y un cuásar: el problema no es que los astrónomos no se ponen de acuerdo, sino que la estructura cósmica es verdaderamente tres cosas a la vez. Bautizado como Z 229-15, se ubica a alrededor de 390 millones de años luz de nuestro planeta.

De acuerdo a una nota de prensa de la Agencia Espacial Europea (ESA), el desafío que supone clasificar a este objeto, localizado en la constelación de Lyra, surge por una superposición significativa: una galaxia Seyfert incluye necesariamente un AGN y, al mismo tiempo, los cuásares son un tipo particular de núcleo galáctico activo o AGN. En consecuencia, la estructura puede ser definida de tres formas diferentes porque reúne las características de tres categorías que se superponen.

Una galaxia especial

Parece un trabalenguas, pero en realidad es más sencillo de lo que podemos suponer en primera instancia. La clave está en conocer cada categoría. Empecemos por lo más grande: en principio, Z 229-15 es una galaxia, porque es una colección de estrellas unidas gravitacionalmente. Además es una galaxia Seyfert, un tipo de estructura activa que, precisamente, posee un núcleo galáctico activo (AGN) como elemento clave.

Esta clase de galaxias espirales son extremadamente brillantes, debido al disco de acreción presente en el agujero negro supermasivo situado en su centro. Como sucede exactamente en el caso del objeto celeste descubierto por la NASA y la ESA, ese disco atrapa todo el material estelar que posteriormente alimentará al agujero negro, explicando su intenso brillo.

Un núcleo galáctico activo extremadamente brillante

Si continuamos con la clasificación, Z 229-15 también podría ser considerado, desde otra perspectiva, como un núcleo galáctico activo o AGN. Según un artículo publicado en Space.com, un AGN es una región en el centro de una galaxia que es excepcionalmente brillante, debido a un agujero negro supermasivo localizado en su núcleo.

Como explicábamos previamente, no es el agujero negro en sí mismo lo que produce la extrema luminosidad, sino todo el material de la galaxia que ha quedado atrapado en un disco giratorio a su alrededor, el llamado disco de acreción. Este disco se calienta y emite cantidades masivas de energía: el proceso de acreción es muy eficiente, derivando en emisiones en casi todo el rango de longitudes de onda observables. Todo ese material, por efecto de la gravedad, terminará luego siendo consumido por el agujero negro supermasivo.

Un cuásar cercano

Por último, el misterioso objeto retratado por el telescopio Hubble también podría ser clasificado como un cuásar. Los cuásares son un subtipo específico de AGN, pero que incluyen características especiales, como un brillo extremo y una gran distancia con respecto a la Tierra. Son considerados los objetos más luminosos del Universo, pero se observan como una luz tenue y débil por su gran lejanía. En este caso, Z 229-15 sería un cuásar cercano, ya que otros ejemplos se encuentran a distancias mucho mayores.

Los especialistas creen que el avance de las tecnologías de observación y la posibilidad de contar con nuevas herramientas como el Telescopio Espacial Webb, entre otras, permitirán descubrir muchos más de estos sorprendentes objetos cósmicos en el futuro, ampliando nuestros conocimientos sobre el cosmos distante.

La Opinión