Descubren por qué algunas personas no pueden imaginar prácticamente nada

La dificultad para crear situaciones imaginarias no es un trastorno de la mente, sino una sorprendente peculiaridad cognitiva que podría ayudarnos a comprender cómo funcionan las imágenes mentales visuales.

Representación artística de la capacidad de producir imágenes mentales.

La capacidad de visualizar un lugar, objeto o situación a pedido varía significativamente entre individuos. Pero algunas personas no pueden evocar imágenes mentales en absoluto: este rasgo se conoce como afantasía, literalmente “un defecto de la imaginación”. Ahora, un nuevo estudio revela que estas personas tienen la capacidad de asociar un concepto con su representación mental y de recordar patrones visuales, pero presentan un ligero defecto relacionado con la denominada consciencia fenoménica. Esto significa que tienen acceso a información sobre formas, colores y relaciones espaciales, pero que esta información visual no se traduce en una imagen mental visual en la experiencia consciente.

Los científicos Paolo Bartolomeo y Jianghao Liu, del Instituto del Cerebro de París, en Francia, han publicado recientemente un nuevo estudio en la revista Cortex, en el cual describen los resultados de una investigación en torno a la naturaleza de la afantasía: se trata de la dificultad que muestran algunas personas para evocar mentalmente distintas imágenes visuales. Descubrieron que no se trata de una patología mental, sino de una característica de estos individuos que los lleva a procesar adecuadamente la información visual, pero sin poder destinarla posteriormente a la creación de imágenes mentales conscientes, por lo menos a la misma velocidad que lo hacen otras personas.

UNA PELÍCULA VACÍA DE IMÁGENES

Nuestro cerebro puede convertirse en un verdadero “cine interno” cuando así lo deseamos. Podemos traer imágenes del pasado y verlas como si estuvieran sucediendo en este momento, o pensar en situaciones futuras o hipotéticas y “diseñarlas” a nuestro antojo, gracias a la creación de imágenes mentales. Sin embargo, no todas las personas tienen esa capacidad: algunos individuos no pueden proyectar prácticamente nada en el cine de su cerebro y, literalmente, no pueden imaginar. Esta condición se denomina afantasía.

“Tendemos a pensar que el acceso a la percepción visual, la conceptualización y la memoria es igual para todos. Nada podría estar más lejos de la verdad. Los afantásticos no pueden imaginar mentalmente cómo se ven sus padres, amigos o pareja cuando están lejos. Sin embargo, aún pueden describir las características físicas de sus seres queridos: por alguna razón que estamos intentando descubrir, esta información visual ha quedado almacenada, de una forma u otra, pero no logra traducirse en imágenes mentales conscientes”, indicó en una nota de prensa el neurólogo Paolo Bartolomeo, uno de los autores de la investigación.

IMÁGENES QUE LLEGAN MÁS LENTO

Para avanzar en la comprensión de la afantasía y su origen, los científicos trabajaron con 117 voluntarios: 44 de ellos eran afantásicos, 31 eran hiperfantásicos y 42 presentaban un flujo típico o medio de imágenes mentales. Vale aclarar que los hiperfantásicos son el polo opuesto de los afantásicos: estos individuos reciben “torbellinos” de imágenes mentales con solo evocar una idea y pueden definir hasta los detalles más superfluos en sus imágenes mentales, una condición que también puede ser traumática o estresante en determinadas situaciones.

Luego de someter a los voluntarios a una prueba de imágenes mentales y percepción visual, los especialistas obtuvieron interesantes conclusiones. Descubrieron que el desempeño de las personas con afantasía es equivalente al de otros grupos en términos de percepción y capacidad de asociar un concepto con su representación. Sin embargo, los afantasicos son más lentos que los hiperfantasicos y los “imaginadores típicos” cuando se trata de procesar información visual, particularmente formas y colores. Además, tienen menos confianza en la exactitud de sus respuestas.

“Creemos que presentan un ligero defecto en cuanto a la llamada consciencia fenoménica. Esto significa que obtienen información sobre formas, colores y relaciones espaciales, pero que estos datos visuales no se traducen en una imagen mental visual mientras están conscientes. Sin embargo, es probable que esta peculiaridad se vea compensada con otras estrategias cognitivas, como por ejemplo las listas mentales de características visuales, que les permiten recordar todo lo visualizado”, agregó Bartolomeo en el mismo comunicado.

APLICACIONES TERAPÉUTICAS

Los investigadores creen que en estudios futuros podrán revelar los mecanismos neuronales subyacentes a estas características: estos procesos pueden ser útiles para comprender los déficits de visualización específicos que presentan los pacientes que han sufrido un accidente cerebrovascular, por ejemplo.

EPE