Descubren la primera sociedad compleja en las aves
November 5, 2019 El Mundo , NoticiasLa pintada vulturina forma grupos estables de 13 a 65 individuos en sociedades que recuerdan a las de primates no humanos a pesar de que tienen un cerebro muy pequeño.
Vivir en sociedad tiene muchas ventajas. Los animales sociales pueden cooperar para cazar, pueden defenderse mutuamente o tener cerca a sus potenciales parejas. Pero vivir en sociedad tiene un coste: es necesario tener un cerebro que permita reconocer a los congéneres entre los demás para formar grupos estables; es necesario ser capaz de comunicarse y de entender al otro. Se puede decir que el humano es un maestro en este arte: por ejemplo, cuenta con un refinado y complejo lenguaje y con un rostro con el que transmitir sus emociones.
Varios mamíferos de cerebro bastante desarrollado, como primates, jirafas, elefantes y delfines, establecen grupos estables y sociedades de distintos niveles. Pero hasta ahora nadie sabía que la pintada vulturina, Acryllium vulturinum, una humilde ave que en realidad tiene muchos rasgos de los dinosaurios primitivos, pudiera ser capaz de hacerlo también. Un estudio que se acaba de publicar en Current Biology ha concluido que este pájaro vive en una sociedad compleja. La pintada forma grupos estables de 13 a 65 individuos que a veces se solapan y que se congregan en torno a ciertos lugares del terreno. Estas conclusiones son relevantes porque muestran que un cerebro grande no es indispensable para establecer este tipo de sociedades y porque podrían ayudar a comprender la evolución de este rasgo social.
«Parecía que –las pintadas vulturinas– tenían los ingredientes necesarios para formar estructuras sociales complejas», ha dicho en un comunicado Danai Papageorgiou, director de la investigación y científico del Instituto Max Planck de Comportamiento Animal (Alemania). «Y, sin embargo, nada se sabía sobre ellos».
Una gallina muy social
Este pájaro es una especie del grupo de las gallinas que vive en las sabanas de África oriental, desde Tanzania hasta Etiopía. Alcanza hasta los 70 centímetros de altura y se caracteriza por tener una cabeza y un cerebro pequeños, incluso en comparación con otras aves. Sin embargo, a la vista de lo observado, le basta para vivir en grupos cohesionados, sin exhibir las agresiones características de otras aves que viven en comunidades.
Las sociedades complejas, formadas por varios niveles, se caracterizan por la existencia de unidades sociales, como parejas, conservadas a lo largo del tiempo. En estas sociedades, los animales prefieren estar con unos individuos en lugar de otros, lo que indica que son capaces de seguir y distinguir a propios y a ajenos.
Se creía que esta complejidad requiere una inteligencia determinada y que, por eso, las aves no exhiben este comportamiento. Es cierto que muchas viven en grupos, pero estos suelen estar abiertos o no son estables.
400 individuos repartidos en 18 grupos
Este estudio ha mostrado que no es así. Para ello, ha seguido la evolución de las relaciones sociales de 400 individuos de Acryllium vulturinum durante varias estaciones en Kenia. Los investigadores marcaron a las aves y las siguieron por medio de GPS y descubrieron la existencia de 18 grupos sociales, de 13 a 65 individuos. Para sorpresa inicial, observaron que estos grupos permanecían estables, a pesar de que, en ocasiones, se solaparan. Además, descubrieron que los grupos se establecieron en base a preferencias, y no de forma aleatoria, y que los momentos de mezcla entre grupos fueron más probables en ciertos lugares y durante ciertos momentos.
«Por lo que sabemos, esta es la primera vez que se describe una estructura social como esta en aves», ha dicho Papageorgiou. «Es impresionante observar cientos de pájaros colocándose en grupos perfectamente estables cada día. ¿Cómo lo hacen? Es evidente que no solo es una cuestión de ser inteligente».
En opinión de Damien Farine, autor senior del artículo, el comportamiento descubierto en las pintadas vulturinas «abre muchos interrogantes sobre los mecanismos que regulan la formación de sociedades complejas». Además, cree que también resulta muy interesante, porque hace plantearse qué hace a estos pájaros parecerse más a primates que a otros pájaros. En último término, este ave puede ayudar a comprender cómo han aparecido las sociedades complejas.