Un equipo internacional de investigadores, que conforman el Pristine Inner Galaxy Survey (PIGS), ha logrado observar algunas de las estrellas que nacieron en los inicios del Universo y que se “esconden” en el centro de la Vía Láctea. Estas estrellas primitivas pueden revelar los misterios relacionados con la formación de las primeras galaxias en el cosmos, en un proceso que determinó en gran medida la forma actual del Universo.
Estrellas primitivas en el centro galáctico
Los científicos presentaron sus conclusiones en la reciente Reunión Nacional de Astronomía 2023 de la Royal Astronomical Society, en la Universidad de Cardiff, en el Reino Unido. Demostraron que algunas de las estrellas formadas durante los primeros 1.000 millones de años después del Big Bang, en el llamado “Amanecer cósmico”, aún existen en la actualidad y se pueden reconocer por su composición química prístina, integrada principalmente de hidrógeno y helio.
En este período extremadamente temprano del Universo, a lo largo del cual comenzaron a formarse las primeras estrellas y galaxias, las estrellas disponían de un porcentaje mucho menor de elementos más pesados, si se las compara con las estrellas más jóvenes como el Sol. Habitualmente, los astrónomos buscan estas estrellas más antiguas lejos del área central de la Vía Láctea, en las zonas que rodean a nuestra galaxia, donde son más fáciles de encontrar.
Sin embargo, los modelos de formación de galaxias sugieren que estas estrellas antiguas también están presentes en las densas partes internas de la Vía Láctea, pero encontrarlas es un desafío complejo ya que nuestra línea de visión hacia el centro de la galaxia está bloqueada por grandes cantidades de polvo interestelar. A esto se suma que las estrellas más antiguas son extremadamente “raras” en comparación con las más jóvenes, dificultando aún más su identificación.
Más caóticas, pero siempre alrededor del centro galáctico
Ahora, los astrónomos de PIGS han presentado un nuevo estudio en arXiv, junto a una serie de investigaciones previas, en las cuales emplearon un filtro de imágenes especial en el Telescopio Canadá-Francia-Hawái (CFHT) para revelar estas estrellas antiguas en el centro galáctico. Los primeros daros se confirmaron con observaciones espectroscópicas en el Telescopio Anglo-Australiano (AAT), obteniendo como resultado el conjunto más grande hasta el momento de observaciones detalladas de estrellas prístinas en el interior de la Vía Láctea.
“Es emocionante pensar que estamos viendo estrellas que se formaron en las primeras fases de la Vía Láctea, que anteriormente estaban fuera de nuestro alcance. Estas estrellas probablemente se formaron menos de 1.000 millones de años después del Big Bang, al igual que las reliquias del Universo primitivo”, indicó en una nota de prensa la Dra. Anke Arentsen, de la Universidad de Cambridge, una de las científicas que conforman el PIGS.
Por último, vale destacar que las observaciones de PIGS se combinaron posteriormente con datos de la misión Gaia de la Agencia Espacial Europea (ESA), para estudiar cómo estas estrellas antiguas se mueven a través de la Vía Láctea. Todo indica que sus movimientos suelen ser más caóticos con relación a las estrellas jóvenes, pero a pesar de esto aún muestran una rotación promedio alrededor del centro de la galaxia y, en la mayoría de los casos, pasan toda su vida en el área interior de la Vía Láctea.
Referencia
The Pristine Inner Galaxy Survey (PIGS) VII: a discovery of the first inner Galaxy CEMP-r/s star. L. Mashonkina et al. ArXiv (2023). DOI:https://doi.org/10.48550/arXiv.2305.10717