Los científicos han descubierto filas largas y rectas de agujeros en el fondo del Océano Atlántico. Según un comunicado de la Administración Nacional Oceánica y Atmosférica de EE. UU. (NOAA), se encuentran a una profundidad de más de dos kilómetros en el entorno de las islas Azores.
El origen de los agujeros sigue siendo un misterio: tal vez fueron excavados por vida marina desconocida o es el resultado de algunos procesos geológicos. Es posible que sean de origen humano; por ejemplo, otro equipo de investigadores podría haberlos dejado al recolectar núcleos del fondo marino.