Descubren accidentalmente una monstruosa galaxia del amanecer del universo

El universo primitivo está lleno de monstruos y los astrónomos acaban de descubrir uno: una galaxia previamente invisible, un ‘Yeti cósmico’ .

James Josephides / Christina Williams / Ivo Labbe

Los astrónomos estaban realizando observaciones con el Atacama Large Millimeter Array, cuando apareció un poco de luz en el cosmos. La señal llegó desde tan lejos que tardó 12.500 millones de años en llegar a la Tierra: eran las huellas de una vieja y monstruosa galaxia que nunca antes se había visto. Como un Yeti cósmico, la comunidad científica generalmente consideraba estas galaxias como folklore, dada la falta de evidencia de su existencia, pero los astrónomos de Estados Unidos y Australia han logrado capturar una foto de esta bestia cósmica por primera vez.

Lo que vemos en la imagen es una representación artística de cómo se vería una galaxia masiva del universo temprano.

El descubrimiento, publicado en la revista Astrophysical Journal, proporciona nuevas ideas sobre los primeros pasos de algunas de las galaxias más grandes del universo.

La astrónoma Christina Williams de la Universidad de Arizona, autora principal del estudio, fue la que encontró una leve mancha de luz en nuevas observaciones del telescopio ALMA, una colección de 66 radiotelescopios ubicados en lo alto de las montañas de Chile. Por extraño que parezca, el resplandor parecía estar saliendo de la nada, como un paso fantasmal en un vasto desierto oscuro.

Galaxias ocultas, la punta del iceberg

“Fue muy misterioso porque la luz parecía no estar vinculada a ninguna galaxia conocida”, dijo Williams, del Observatorio Steward. “Cuando vi que esta galaxia era invisible en cualquier otra longitud de onda, me emocioné mucho porque significaba que probablemente estaba muy lejos y oculta por nubes de polvo”.

Los investigadores estiman que la señal llegó desde tan lejos que tardó 12.500 millones de años en llegar a la Tierra, por lo tanto, nos da una visión del universo en su infancia. La emisión observada ha sido provocada por el cálido resplandor de las partículas de polvo calentadas por las estrellas que se forman en el interior de una galaxia joven. Las nubes gigantes de polvo ocultan la luz de las estrellas, haciendo que la galaxia sea completamente invisible.

“Descubrimos que la galaxia es en realidad una galaxia monstruosa masiva con tantas estrellas como nuestra Vía Láctea, pero llena de actividad, formando nuevas estrellas a 100 veces la velocidad de nuestra propia galaxia “, aclaró Ivo Labbé, de la Universidad Tecnológica de Swinburne, Melbourne (Australia) y coautor del trabajo.

Estudios recientes encontraron que algunas de las galaxias más grandes del universo joven crecieron y alcanzaron la mayoría de edad rápidamente, un resultado que no se entiende teóricamente. Además, aún es más desconcertante que estas galaxias maduras parezcan salir de la nada: los astrónomos nunca las ven mientras se están formando.

Sí se han visto galaxias más pequeñas en el universo temprano con el telescopio espacial Hubble, pero tales criaturas no están creciendo lo suficientemente rápido como para resolver este rompecabezas. También se han observado previamente otras galaxias monstruosas, pero esos avistamientos han sido demasiado raros para ofrecer una explicación satisfactoria.

“Nuestra galaxia monstruosa oculta tiene precisamente los ingredientes correctos para ser ese eslabón perdido”, explica Williams, “porque probablemente son mucho más comunes”.

¿Cuántas galaxias como esta habrá?

Las observaciones para el estudio actual se realizaron en una pequeña parte del cielo, con menos de 1/100 del disco de la luna llena. Al igual que el Yeti, encontrar huellas de la criatura mítica en una pequeña zona sería una señal de suerte increíble o de que los monstruos están literalmente al acecho en todas partes.

Williams dijo que los científicos esperan ansiosos el lanzamiento programado en marzo de 2021 del telescopio espacial James Webb de la NASA para investigar estos objetos con más detalle.

“JWST podrá mirar a través del velo del polvo para que podamos aprender cómo de grandes son realmente estas galaxias y cómo de rápido están creciendo, para comprender mejor por qué los modelos no pueden explicarlas”.

Pero por ahora, los monstruos están ahí afuera, envueltos en polvo y, como no podía ser de otra forma, de mucho misterio.

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