Debían servir para espiar al enemigo, pero estos satélites encontraron otra cosa: campamentos romanos antiguos

El hallazgo muestra cómo cualquier tecnología contiene usos inesperados.

Distópica imagen creada mediante IA de un soldado romano observando un satélite.

Los desiertos de Siria e Iraq, además de llevarnos de la mano a historias de tesoros ocultos y lámparas maravillosas en la ficción, fueron el lugar elegido por el Imperio Romano para establecer su línea de defensa frente a otros imperios, como sería el caso del Imperio Persa. Sin embargo, un reciente hallazgo arroja luz sobre una nueva teoría sobre los asentamientos romanos en Oriente Medio.

¿Cuánto piensas en el Imperio Romano?

Gracias a la investigación publicada en la página web de la Cambridge University Press, hemos podido tener constancia del estudio realizado por Jesse Casana, arqueólogo de la Dartmouth College, quien defiende que la teoría de los asentamientos como línea de defensa no se sostiene.

El arqueólogo ha conseguido tener acceso a imágenes inéditas, realizadas entre los años 1960 y 1986, de los satélites norteamericanos Corona y Hexagon. Gracias a estas fotografías, que puedes ver sobre estas líneas, Jesse afirma que los fuertes romanos descubiertos en estos desiertos se corresponderían, seguramente, a centros neurálgicos para los movimientos de las tropas, así como para su comunicación.

La teoría anterior, formulada por Antoine Poidebard en el año 1934, pionero en la arqueología aérea en Medio Oriente, pudo pecar de falta de información, tal y como asegura Jesse Casana a National Geographic:

Si hubiese volado con su biplano por todos lados, habría encontrado muchos más fuertes, pero no tenía la capacidad o la tecnología para hacerlo en aquel tiempo.

Es por ello que, gracias a las imágenes obtenidas a través de los antiguos satélites, Jesse Casana ha podido revelar la existencia de casi 400 nuevos fuertes romanos, sin que delimiten ningún tipo de frontera. La fortificación, en el pasado, se ha demostrado como poco práctica y esta es una enseñanza que Jesse cree que deberíamos aprender en nuestra era:

Históricamente, como arqueólogo, puedo decir que ha habido muchos intentos de estados antiguos para construir muros alrededor de fronteras y ha sido un fracaso universal. Si hay alguna manera en que un arqueólogo puede contribuir al discurso moderno, esperaría que sea que la construcción de muros gigantes para mantener a la gente fuera es un mal plan.

En pleno siglo XXI, continuamos creando gigantescas ciudades para contener el máximo de población posible y nos empeñamos en poner barreras a la migración. El imperio romano, además de su larga historia y alguna que otra criatura mitológica, continúa dando lecciones en la actualidad. Una de las últimas con un descubrimiento increíble.

Mundo Deportivo