¿Cuál ha sido el nuevo hallazgo en la cara oculta de la Luna?

La Administración Nacional del Espacio de China (ANEC) ha logrado analizar las diferentes capas terrestres de la cara oculta de la Luna gracias al rover Yutu-2 de la misión.

Luna, cara oculta / NASA

Hace algo más de un año, concretamente el 3 de enero de 2019, la Administración Nacional del Espacio de China (ANEC) conseguía uno de los hitos más importantes de la historia del espacio exterior: aterrizar con éxito en la cara oculta de la Luna.

Gracias a la sonda Chang’e 4 lanzada el 7 de diciembre de 2018, la misión lograba su primer objetivo para poder analizar la composición de esta zona, jamás analizada, y tener más datos sobre el posible origen del universo.

Unos meses después, en septiembre de 2019, la ANEC publicaba en sus cuentas oficiales el hallazgo de una sustancia de origen desconocido vista por el rover Yutu-2 de la misión. ¿Qué novedades hay? La administración acaba de desvelar cómo está formado el subsuelo de la misteriosa cara oculta de la Luna.

Tres capas diferentes hasta los 40 metros de profundidad

Los resultados han sido publicado en la revista Science Advances y suponen un gran avance para conocer la geología de esta cara del satélite. Gracias al radar lunar que utiliza el rover para penetrar en el subsuelo y analizarlo, los investigadores han podido analizar las diferentes capas hasta los 40 metros de profundidad.

La sonda fue capaz de detectar un material poroso y regular en el subsuelo diferente a los estudiados anteriormente. En este sentido, el radar pudo hallar una primera capa bajo la superficie, a 12 metros de profundidad, formada por rocas de material homogéneo y cargada de radiación solar. Después encontró una segunda capa a 24 metros de profundidad de rocas uniformes y de mayor tamaño que alcanzaban los dos metros. Finalmente, llegaron a los 40 metros y hallaron zonas menos rocosas y tierra.

De acuerdo con las investigaciones, probablemente estas capas se han formado debido a los impactos que habrá sufrido el planeta a lo largo de la historia. Se trata de un nuevo hito ya que es la primera vez que un rover de una misión espacial alcanza tales niveles de profundidad.

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