Cryosat muestra el retroceso de los glaciares de la Patagonia

Mientras el satélite CryoSat de la ESA continúa ofreciendo información sobre la pérdida de hielo y los cambios en el manto de la Antártida y Groenlandia, la misión ha vuelto a superar las expectativas al revelar exactamente cómo los glaciares montañosos también están sucumbiendo al cambio. 

Todos los glaciares de la Tierra se hallan en retroceso; de hecho, durante los últimos 15 años, el hielo glaciar ha sido el principal responsable de la subida del nivel del mar.

La Patagonia alberga los mayores glaciares del hemisferio sur, solo por detrás de la Antártida, pero también son los que están sufriendo el retroceso más rápido de todo el mundo.

Esto se debe a que el clima es relativamente templado y estos glaciares suelen desembocar en fiordos y lagos, lo que acelera el deshielo y hace que desagüen más rápido y pierdan hielo en forma de icebergs en sus márgenes.

Vigilar y comprender las dinámicas de los glaciares es muy necesario, no solo en la Patagonia, sino en todo el planeta.

Sin embargo, el hecho de que existan unos 200.000 glaciares y que se encuentren en lugares poco accesibles dificulta enormemente el mantenimiento de los sistemas de vigilancia local.

Desde el espacio, los altímetros de radar de los satélites llevan 25 años registrando las pérdidas de hielo en los grandes mantos, aunque la resolución de este tipo de instrumentos suele ser demasiado baja para monitorizar los glaciares montañosos de menor tamaño.

Por suerte, una nueva forma de procesar datos de CryoSat ahora permite cartografiar estos glaciares con más detalle.

Procesamiento de la franja de barrido

Noel Gourmelen, de la Universidad de Edimburgo, explica: “La técnica de procesamiento de la franja de barrido es distinta de la altimetría por radar convencional. Con el novedoso modo interferométrico de CryoSat, vemos cómo el frente de la onda de radar interactúa con la superficie”.

“A continuación podemos extraer la franja completa de elevaciones, en lugar de los puntos de elevación individuales. Esto está revolucionando el uso de CryoSat en terrenos helados complejos, ya que proporciona más detalles de lo que nunca creímos posible”.

Un artículo publicado recientemente en Remote Sensing of Environment describe cómo esta técnica se ha empleado para revelar patrones complejos en la altura cambiante de los glaciares patagónicos.

Como explica Luca Foresta, también de la Universidad de Edimburgo: “Gracias a CryoSat hemos descubierto que, entre 2011 y 2017, la disminución del espesor fue generalizada, especialmente en el norte de los campos de hielo”.

“Por ejemplo, el glaciar Jorge Montt, que llega hasta el océano, retrocedió 2,5 km y perdió unos 2,2 gigatones al año, mientras que el glaciar Upsala, que desagua en un lago, perdió 2,68 gigatones al año”.

“En cambio, el glaciar Pío XI, que es el más grandes de Sudamérica, avanzó y adquirió masa a un ritmo de 0,67 gigatones al año”.

A lo largo de seis años, los campos de hielo patagónicos perdieron en total una masa de 21 gigatones al año, lo que equivale a una subida de 0,06 mm del nivel del mar. También constituye un aumento del 24 % en comparación con la cantidad de hielo perdida entre 2000 y 2014.

Misión del hielo de la ESA

El artículo coincide con la publicación de un nuevo conjunto de datos de CryoSat sobre Groenlandia. Además de los seis mil millones de mediciones recogidas a lo largo de seis años, los investigadores también están utilizando este conjunto de datos para generar un modelo de elevación digital del manto de hielo de Groenlandia y un nuevo mapa de las velocidades de adelgazamiento.

Flora Weissgerber, de la Universidad de Edimburgo, recuerda que “gracias a las capacidades interferométricas y al procesamiento de franjas de barrido de CryoSat se han podido calcular la elevación y los cambios en la elevación del manto de hielo de Groenlandia”.

“Este conjunto único de datos de alta resolución debería permitirnos comprender y modelar mejor las pérdidas de hielo de Groenlandia”, añade.

Por su parte, Mark Drinkwater, de la ESA, apunta: “Este acercamiento abre una ventana a lo que, en el futuro, podría convertirse en habitual con la misión de topografía del hielo y la nieve polares, actual candidata a formar parte de la expansión de Copernicus”.

ESA