Crimen en Transilvania: Resuelven un caso de asesinato de hace 33.000 años

El análisis del fósil de un cráneo de un hombre adulto hallado en una cueva de Rumanía revela que tuvo una muerte violenta y que fue golpeado con un objeto parecido a un palo.

Fracturas en el cráneo ‘Cioclovina calvaria’ encontrado en Rumanía / KRANOTI

A menudo se debate sobre si la sociedad actual es más o menos violenta que en el pasado. Lo que muestran los yacimientos paleontológicos, al menos, es que desde que existen registros, el hombre se ha comportado de forma agresiva. En el de Atapuerca, en Burgos, se encontró la prueba más antigua que se ha documentado de un asesinato: un cráneo de hace 430.000 años con dos fracturas.

Ahora, otro fósil que ya había sido examinado en varias ocasiones y que es conocido como el cráneo Cioclovina calvaria, ha permitido identificar un nuevo caso de muerte violenta: fue descubierto en una cueva del sur de Transilvania (Rumanía) y, según las científicas que lo han vuelto a estudiar, pertenecía a un individuo que fue asesinado hace unos 33.000 años, durante el Paleolítico superior.

Se trataba de un hombre. Es algo que se sugirió al estudiar la morfología interna del oído y que fue confirmado por las pruebas de ADN. Sólo se conserva el cráneo así que no podemos determinar la edad o la altura aproximada que tenía, aunque sí sabemos que era un adulto”, detalla a este diario Elena Kranioti, antropóloga forense de la Universidad de Creta (Grecia) y coautora del artículo, a través de un correo electrónico.

SIMULACIONES PARA AVERIGUAR LA CAUSA DE LA MUERTE

Desde que se descubrió este fósil, había dudas sobre si la gran fractura que presenta en la parte derecha se produjo en el momento de la muerte o fue postmortem.

Para realizar esta investigación, Kranioti y su colega Katerina Harvati realizaron simulaciones del trauma con 12 cráneos sintéticos, sometiéndolos a caídas desde distintas alturas o golpeándolos con rocas y palos para intentar determinar cómo se produjo la muerte. Las autoras del estudio, publicado esta semana en la revista PLOS ONE , concluyeron que en realidad se trataba de dos fracturas muy próximas y sus simulaciones revelaron que pudieron ser causadas por un objeto similar a un palo. Su análisis muestra que no fueron accidentales ni realizadas postmortem o que fueran producidas durante una caída.

Recibió un golpe fuerte con un objeto parecido a un palo que provocó una fractura que hundió el cráneo. No hay señales de que estuviera cicatrizando, así que la fractura debió producirse cerca del momento de la muerte. La fractura habría causado una hemorragia craneoencefálico, que fue la causa de la muerte”, explica Kranioti. “No podemos descartar la posibilidad de que sufriera otros traumas en el resto del cuerpo pero como no lo hemos encontrado no tenemos pruebas de ello”, añade.

La autoras recuerdan que el Paleolítico fue una época de creciente complejidad cultural y sofisticación tecnológica.La violencia hacia otras personas y el asesinato, sostienen, eran también parte de ese comportamiento entre los primeros europeos modernos.

Por lo que respecta a la escasez de fósiles de individuos asesinados, Kranioti señala que no siempre se conservan bien y la falta de pruebas en especímenes muy antiguos no significa necesariamente que en esas épocas de la historia no hubiera violencia. Además, recuerda que sólo son capaces de identificar aquellas muertes violentas que hallan dejado huellas en sus huesos, pues todos los tejidos blandos han desaparecido. “Ha habido muchos otros asesinatos de los que no ha quedado ninguna prueba”, asegura.

El Mundo