Conservación de la percepción musical en pacientes de Mal de Alzheimer cuando otras funciones se han perdido

Casi todo el mundo ha sentido alguna vez una emoción intensa al escuchar una composición musical que le gusta mucho. Podemos agradecérselo a una red cerebral en particular. Sorprendentemente, esta región permanece también como una isla de recuerdos que no resulta afectada por los estragos del Mal de Alzheimer. Unos investigadores en la Universidad de Utah en Estados Unidos están examinando esta región cerebral con el fin de desarrollar tratamientos basados en la música para ayudar a aliviar la ansiedad en los pacientes con Mal de Alzheimer o dolencias similares.

Las personas con el Mal de Alzheimer se enfrentan a un mundo que no les resulta familiar, y que les causa desorientación y ansiedad, tal como explica el Dr. Jeff Anderson, del equipo de investigación.

En el nuevo estudio se ha examinado un mecanismo que activa la red de atención en esa parte del cerebro no afectada por el Mal de Alzheimer. Los resultados ofrecen el camino hacia una nueva forma de tratar a la ansiedad, la depresión y el nerviosismo en pacientes con esa enfermedad. La activación de las regiones cerebrales adyacentes podría también ofrecer oportunidades para retrasar el declive mental ocasionado por la enfermedad.

Durante tres semanas, los investigadores ayudaron a seleccionar canciones que resultasen importantes para los pacientes y les enseñaron, a ellos o a sus cuidadores, a usar un reproductor portátil cargado con la colección de música que habían seleccionado.

“Cuando ponemos auriculares en pacientes de demencia y reproducimos música que les es familiar, se animan”, dijo.

Diagrama de las redes cerebrales implicadas en el procesamiento de la atención. / Foto: Brain Network Lab

Jace King, de la Universidad de Utah y miembro del equipo de investigación, describe el conmovedor efecto que tiene para esos pacientes la audición de música que les resulta familiar: “Se animan. La música es como un ancla, que les devuelve a la realidad.”

Valiéndose de imágenes del cerebro captadas mediante resonancia magnética funcional, los investigadores escanearon a los pacientes para visualizar las regiones del cerebro que se iluminaban cuando escuchaban fragmentos de música de 20 segundos o solo silencio. Los científicos reprodujeron ocho fragmentos musicales de la colección de música del paciente, ocho de la misma música reproducidos al revés, y ocho bloques de silencio. Después compararon las imágenes de cada escaneo.

Los investigadores comprobaron que la música preferida del individuo activa de manera considerable el cerebro, causando que regiones completas se comuniquen entre sí. Al escuchar esa “banda sonora personal”, varias redes cerebrales de los pacientes mostraron una conectividad funcional notablemente más alta.

NCYT