¿Cómo nos afectaría una guerra nuclear?

Un estudio revela que nos devolvería a un clima de la Edad de Hielo.

Explosión de una bomba nuclear. / Pixabay

Cualquier conflicto en el que estén involucradas armas nucleares, aunque este se de a escala regional, liberaría hollín y humo en la atmósfera superior y bloquearía el Sol. En el primer mes después de la detonación nuclear, las temperaturas globales promedio caerían unos 7 grados Celsius, un cambio de temperatura mayor que en la última Edad de Hielo, revela un estudio liderado por la Universidad Estatal de Luisiana (LSU).

“No importa quién esté bombardeando a quién. Pueden ser India y Pakistán o la OTAN y Rusia. Una vez que el humo se libera en la atmósfera superior, se propaga globalmente y afecta a todos”, expresó la profesora asistente del Departamento de Oceanografía y Ciencias Costeras de LSU, Cheryl Harrison, autora principal de la investigación, publicada en AGU Advances.

Hambruna en el océano

Las temperaturas del océano descenderían rápidamente y no volverían a su estado anterior a la guerra incluso después de que se disipara el humo. A medida que el planeta se enfría, el hielo marino se expandiría en más de 9 millones de kilómetros cuadrados y 2 metros de profundidad en algunas cuencas que bloquean los principales puertos, incluidos el puerto de Tianjin en PekínCopenhague y San Petersburgo.

El hielo marino se extendería a las regiones costeras normalmente libres de hielo bloqueando el transporte marítimo en el hemisferio norte. Esto dificultaría el envío de alimentos y suministros a algunas ciudades como Shanghái, donde los barcos no están preparados para enfrentar el hielo marino.

La caída repentina de la luz y las temperaturas del océano, especialmente desde el Ártico hasta los océanos Atlántico Norte y Pacífico Norte, mataría las algas marinas, que son la base de la red alimentaria marina, creando esencialmente una hambruna en el océano. Esto detendría la mayor parte de la pesca y la acuicultura.

Cascotes de hielo en el Estrecho de Fram, entre Groenlandia y Svalbard, una de las puertas de entrada al océano Ártico. / MARIA SCHEEL / IMAGGEO.EGU.EU (CC)

Incendios catastróficos

Los investigadores simularon lo que le sucedería a los sistemas de la Tierra si Estados Unidos y Rusia usaran 4.400 armas nucleares de 100 kilotones para bombardear ciudades y áreas industriales, lo que resultó en incendios que arrojaron 150 teragramos, o más de 150.000 millones de kilos de humo de carbón negro absorbente de la luz solar, a la atmósfera superior. También simularon lo que sucedería si India y Pakistán detonaran alrededor de 500 armas nucleares de 100 kilotones que arrojarían de 5 a 47 teragramos, o de 5.000 a 10.300 millones de kilos de humo y hollín a la atmósfera superior.

“La guerra nuclear tiene consecuencias nefastas para todos. Los líderes mundiales han usado nuestros estudios previamente como un impulso para poner fin a la carrera armamentista nuclear en la década de 1980, y hace cinco años para aprobar un tratado en las Naciones Unidas para prohibir las armas nucleares. Esperamos que este nuevo estudio alentará a más naciones a ratificar el tratado de prohibición”, dijo el coautor Alan Robock, profesor distinguido del Departamento de Ciencias Ambientales de la Universidad de Rutgers.

Interconexión global

“La guerra actual en Ucrania con Rusia y cómo ha afectado los precios de la gasolina, realmente nos muestra cuán frágiles son nuestra economía global y nuestras cadenas de suministro ante lo que pueden parecer conflictos y perturbaciones regionales”, dijo Harrison.

Las erupciones volcánicas también producen nubes de partículas en la atmósfera superior. A lo largo de la historia, estas erupciones han tenido impactos negativos similares en el planeta y la civilización. “Podemos evitar una guerra nuclear, pero las erupciones volcánicas definitivamente volverán a ocurrir”.

“Podemos y debemos hacer todo lo posible para evitar una guerra nuclear. Es muy probable que los efectos sean globalmente catastróficos”, dijo Harrison

Los océanos tardan más en recuperarse que la tierra. En el escenario más grande entre EE.UU. y Rusia, es probable que la recuperación de los océanos lleve décadas en la superficie y cientos de años en las profundidades, mientras que los cambios en el hielo marino del Ártico probablemente duren miles de años y sean efectivamente una “Pequeña Edad de Hielo Nuclear”.

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