Cómo el veto de Cloudflare a 8chan ayudará a combatir el odio ‘online’

Cloudflare ha dejado de prestar servicios de infraestructura en internet a 8chan tras su vinculación con tres tiroteos. La decisión ha abierto el debate sobre si las empresas de alojamiento web y seguridad deben permanecer neutrales cuando mantienen plataformas que alimentan el discurso del odio.

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8chan, la plataforma de mensajes anónimos llenos de odio relacionada con tres tiroteos múltiples, incluido el del pasado fin de semana en Texas (EE.UU.), solo necesitó unas horas para volver a estar online después de que su proveedor de infraestructura y seguridad, Cloudflare, dejara de proporcionarle sus servicios el 4 de agosto. En el momento de escribir estas líneas, esta página web estaba inactiva otra vez después de que su nueva compañía de alojamiento web, Epik, fuera desactivada por uno de sus propios proveedores de servicios, pero pocos dudan de que resurgirá con el tiempo.

Entonces, ¿la suspensión de servicios de las plataformas por parte de las compañías como Cloudflare es inútil en la lucha contra el discurso de odio online? La respuesta es no. Primero, porque las investigaciones indican que esa medida daña a las comunidades online, incluso si después vuelven a aparecer. Y segundo, porque la decisión de Cloudflare, una compañía clave en el mercado de seguridad de las páginas web, ha modificado las expectativas sobre las obligaciones morales de las empresas tecnológicas. 

Por ejemplo, después de que un grupo de compañías tecnológicas expulsara al fundador de InfoWars, Alex Jones, de sus plataformas, el interés inicial por él aumentó, pero un año más tarde, había desaparecido casi del todo. Por otro lado, un estudio de 2017 descubrió que la decisión de Reddit de prohibir las comunidades como r / fatpeoplehate y r / CoonTown provocó un descenso del discurso de odio en la página, según el coautor del estudio y doctorando en Georgia Tech (EE.UU.), Eshwar Chandrasekharan. La razón: los usuarios extremadamente motivados seguirán a una comunidad o a una personalidad a un nuevo sitio, pero los miembros menos comprometidos lo abandonan por completo.

Del mismo modo, la página web neonazi Daily Stormer solía ser un espacio central de organización para la extrema derecha. Desde que hace dos años la compañía de alojamiento web GoDaddy dejara de darle servicio, su influencia dentro del movimiento ha disminuido significativamente, asegura la investigadora que estudia las subculturas políticas online Becca Lewis. Y añade: “Si 8chan se mantiene inactivo, hay razones para creer que eso tendrá un gran impacto en lo que veamos en términos de la organización online en el movimiento de extrema derecha”.

Los críticos de la suspensión de servicios a tales plataformas apuntan que podría ser un terreno resbaladizo hacia la censura. En un principio, Cloudflare afirmó que no prohibiría 8chan porque “somos principalmente un servicio de utilidad neutral“.

Como ha señalado el crítico con la tecnología Zeynep Tufekci, sin el procedimiento debido hay poco que hacer para evitar que, por ejemplo, las empresas dejen de prestar servicio a los políticos que piden acabar con las lagunas fiscales en las grandes corporaciones. Estos problemas son profundos y complicados, y Tufekci sugiere que los legisladores, las plataformas y los usuarios trabajen juntos para crear un sistema coherente que incluya el derecho de los usuarios a cuestionar la prohibición de una plataforma.

Pasará mucho tiempo antes de que tengamos este sistema coherente. Mientras tanto, los autores del tiroteo han seguido publicando sus manifiestos. Ante esto, el investigador principal de Microsoft Research y autor de Custodians of the InternetTarleton Gillespie, cree que la decisión de Cloudflare en sí misma puede ser una vía de ese proceso justo.

“Si hubieran desactivado [8chan] porque eran conservadores o liberales radicales, entonces habría muchos sitios que dirían, ‘eso es indignante, vengan con nosotros”, explica Gillespie. Pero el consenso de que 8chan es inaceptable parece bastante universal, y eso ayuda a establecer una nueva norma sobre lo que se espera de una empresa como Cloudflare.

Esto podría marcar un cambio comparable al que ha afectado a las plataformas de redes sociales como Facebook. Hubo una época en la que insistían en que eran plataformas neutrales y que no podían ser responsables de vigilar el discurso de odio de ninguna manera. Eso acabó hace mucho tiempo y Facebook cuenta en la actualidad con 30.000 moderadores de contenido. Pero hasta ahora, había un acuerdo general de que las empresas de alojamiento web como Cloudflare, que no publicaban contenido por sí mismas, podían permanecer neutrales. Ahora, eso ya no puede darse tampoco por sentado.

Gillespie no está defendiendo que la opinión pública deba situarse en el lugar de las directrices reales y, además, hay muchas otras complicaciones. Pero, según él, podría ser necesario recurrir a debates abiertos que se transformen en nuevas expectativas sobre qué tipos de discurso no pueden ser tolerados y qué deberían hacer las empresas. (Hay que señalar que estos debates deben ser muy cautelosos. Como ha demostrado la investigación de Data & Society, ciertos tipos de informaciones pueden amplificarse e ir a favor de la extrema derecha).

Por supuesto, la tecnología es solo una pequeña parte del problema de los tiroteos masivos. Las laxas leyes sobre las armas de fuego y la falta de voluntad política en Estados Unidos para cambiarlas son un problema mucho mayor. Pero la decisión de Cloudflare ha cambiado la situación para una nueva clase de compañías tecnológicas. Una empresa de alojamiento web o una compañía de seguridad que continúa prestando servicios a una plataforma como 8chan se estará posicionando políticamente. La “neutralidad” ya no es neutral.

MIT