China protesta por los satélites de Elon Musk

Su estación espacial ha tenido que realizar hasta dos maniobras de emergencia para evitar colisiones, denuncia el gigante asiático.

Imagen de la estación espacial china / Reuters

Dicta el chisme que la surfera es una comunidad poco complaciente con aquellos domingueros que saltan al agua, ante el temor de que irrumpan en la trayectoria de los expertos jinetes de olas. Ahora bien: quien dice tablas en la playa dice… cohetes en el Espacio, donde por lo visto sucede algo parecido. El novato en este caso es Elon Muskel hombre más rico del mundo, cuyos derroteros han irritado a China.

El gigante asiático ha elevado una protesta ante Naciones Unidas, después de que los satélites de SpaceX, el programa desarrollado por Musk, se aproximaran demasiado a su estación espacial, lo que obligó a esta a realizar un movimiento de emergencia. «Por motivos de seguridad, (…) implementó un control preventivo para evitar la colisión», relata un documento oficial remitido el pasado 10 de diciembre a la Oficina para Asuntos del Espacio Exterior –UNOOSA, por sus siglas en inglés–.

Dicha estación, bautizada como ‘Tiangong’, contiene una misión tripulada, por lo que este episodio «supuso un riesgo para la vida y salud de los astronautas», denuncia el texto. Esto habría ocurrido hasta dos veces.

La primera tuvo lugar el 1 de julio. La ‘Tiangong’ se encontraba en la trayectoria circula fijada desde su lanzamiento, en abril de este año, a 390 kilómetros de altura y 41,5 grados de inclinación orbital. Entre mayo y junio, el satélite Starlink-1095 descendió desde su posición original, a 555 kilómetros de altura, hasta estabilizarse en los 382. Ante el riesgo de choque, la estación espacial china acabó recurriendo a una maniobra de evasión.

La segunda, el 21 de octubre. En esta ocasión, el Starlink-2305 «maniobró constantemente con una estrategia desconocida ante la que era complicado estimar errores orbitales», señala el comunicado del Gobierno chino. De nuevo, la ‘Tiangong’ se vio obligada a modificar su posición. Mientras el primer satélite de la empresa estadounidense siguió cayendo hasta acabar entrando en la atmósfera y ardiendo, el segundo logró recuperar su altura inicial.

Atasco galáctico

SpaceX, fundada en 2002 por Elon Musk, ha lanzado más de 1.900 satélites desde 2019, cifra que planea elevar hasta 42.000. Esta ha abierto el camino a otras organizaciones, como Amazon, que han comenzado a desarrollar planes para colocar dispositivos propios en órbita; empeño que ha despertado la preocupación de académicos, gobiernos e instituciones internacionales ante una creciente congestión espacial y sus consecuencias en materia de seguridad.

En marzo de este año, SpaceX firmó un acuerdo con la NASA por el que se comprometía a mantener sus Starlinks a una distancia mínima de 5 kilómetros respecto a la Estación Espacial Internacional y otras naves de la agencia norteamericana. El magnate mantiene asimismo una relación cordial con el Gobierno chino, a quien se ha referido en términos elogiosos en repetidas ocasiones. En agosto de 2019, Tesla concluyó la construcción de su Gigafábrica 3 en un terreno de la Zona de Libre Comercio de Shanghái, la primera fábrica automotriz de propiedad extranjera en el gigante asiático.

El comunicado de las autoridades chinas concluye con un codazo a Estados Unidos. «Ante los hechos precedentes, China desea (…) subrayar el Artículo 4» del Tratado del Espacio Exterior, reza. Dicho punto establece que «los países participantes en el Tratado asumirán la responsabilidad de las actividades nacionales en el Espacio exterior, incluyendo la Luna y otros cuerpos celestes, tanto si esas actividades son realizadas por organismos gubernamentales como no-gubernamentales». Como en el surf, no importa quién sea el dueño del cohete o la tabla: lo que importa es que está en el lugar equivocado.

ABC