Buscando rasgos genéticos que hacen a alguna gente joven más vulnerable al coronavirus

Cientos de médicos de todo el mundo colaboran en una iniciativa para estudiar algunos tipos de casos graves de infección por el nuevo coronavirus. El proyecto, dirigido por Jean-Laurent Casanova, investigador del Instituto Médico Howard Hughes (HHMI) en Estados Unidos, busca identificar los errores genéticos que hacen que algunos pacientes jóvenes resulten especialmente vulnerables al coronavirus SARS-CoV-2, el culpable de la enfermedad pandémica COVID-19.

En el proyecto se desea estudiar a 500 pacientes que cumplan tres requisitos: que tengan menos de 50 años, que se les haya diagnosticado COVID-19 lo bastante grave como para haber sido admitidos en una unidad de cuidados intensivos, y que no tengan enfermedades preexistentes graves, como diabetes, cardiopatías o afecciones pulmonares.

Estudiando el ADN de estos pacientes, los científicos pueden identificar las mutaciones genéticas que hacen a algunas personas más vulnerables a la infección por el coronavirus. Esta información podría ayudar algún día a los médicos a identificar a las personas que corren mayor riesgo de desarrollar una enfermedad grave provocada por coronavirus. También podría ofrecer pistas para los científicos que buscan nuevas terapias. Por ejemplo, si las células de los pacientes más vulnerables no producen suficiente cantidad de una sustancia en particular, esta podría ser la causa de su vulnerabilidad y entonces los médicos podrían administrar un suplemento de ella como tratamiento.

Sin embargo, Casanova advierte que ese día puede estar todavía a años de distancia.

El virus causante de la enfermedad COVID-19, llamado SARS-CoV-2, mostrado aquí en una imagen captada mediante microscopio electrónico, puede desencadenar casos graves de infección en algunos pacientes jóvenes. Estudiar a tales pacientes podría ayudar a los científicos a identificar las mutaciones genéticas que hacen a las personas más vulnerables al coronavirus. (Foto: NIAID-RML)

A finales del año pasado, cuando empezaron a aparecer las primeras infecciones del coronavirus en China, Casanova comenzó a contactar con sus colegas de allí. Aunque los casos más graves parecían concentrarse en las personas de edad avanzada y en aquellos con dolencias previas activas, Casanova se interesó por los casos atípicos: niños y adultos jóvenes muy afectados por la enfermedad que no tenían ninguno de los factores de riesgo habituales, como la edad o una enfermedad preexistente.

Su equipo inició el nuevo proyecto para estudiar estos misteriosos casos, y en enero, pocas semanas después del brote de Wuhan, comenzó la inscripción de pacientes. Los profesionales de la sanidad colaboradores en el proyecto enviaron al laboratorio de Casanova muestras de sangre y ADN de los pacientes. Los investigadores de allí y de otros lugares comenzaron a procesar las muestras, el primer paso necesario para que los científicos puedan examinar el genoma de los pacientes. Ahora, el proyecto ya es global, y Casanova está colaborando con científicos y trabajadores de la salud de Europa, África, Asia y Oceanía.

NCYT