BepiColombo envía su primera foto de Mercurio

La nave ha llegado a estar a solo 199 km de la superficie del planeta, pero no podrá colocarse en su órbita hasta 2025.

La primera imagen enviada por la misión BepiColombo a Mercurio / ESA/JAXA

Después de tres años de viaje, la misión BepiColombo, fruto de la colaboración entre Europa y Japón, ha llegado por fin a Mercurio para llevar a cabo la primera de las seis maniobras previstas de gravedad asistida en el planeta. Y desde allí ha aprovechado para enviar a la Tierra su primera imágen, en blanco y negro y con una resolución de 1024 x 1024 píxeles.

Aunque la nave llegó a acercarse hasta solo 199 km de la superficie, lo hizo en el lado nocturno del planeta, por lo que no pudo tomar fotografías. La que vemos fue captada en otro momento más favorable y a una distancia de 2.418 km.

La región mostrada en la imagen forma parte del hemisferio norte de Mercurio, el planeta más cercano al Sol del Sistema Solar, y en ella se aprecia la región de Sihtu Planitia, inundada por lavas. Un área redonda menos escarpada y más brillante corresponde a las llanuras de Rudaki, alrededor del cráter Calvino. En la fotografía también se ve el cráter Lermontov, de 166 km de ancho, cuyo brillo se debe a que contiene una serie de características únicas de Mercurio llamadas ‘huecos’, desde los que los elementos volátiles escapan al espacio. El cráter también contiene un respiradero en el que en el pasado se han producido explosiones volcánicas. Durante su misión, BepiColombo estudiará estas y otras muchas de las características físicas del planeta.

“El sobrevuelo fue perfecto desde el punto de vista de la nave espacial -explica Elsa Montagnon, gerente de operaciones de la misión- y es increíble ver finalmente nuestro planeta objetivo”.

Un mundo misterioso

Según la Agencia Espacial Europea (ESA), la misión BepiColombo estudiará todos los aspectos de este aún misterioso planeta, desde su núcleo hasta los procesos que se dan en su superficie, además del campo magnético y la exosfera. El objetivo, según la ESA, es “comprender mejor el origen y la evolución de un mundo tan cercano a su estrella madre”.

Mercurio y la Tierra son los dos únicos planetas rocosos del Sistema Solar que disponen de un campo magnético. En nuestro planeta los campos magnéticos son generados por la rotación de un núcleo líquido, pero dado su tamaño, a estas alturas Mercurio debería haberse vuelto frío y totalmente sólido, tal y como hizo Marte. Según los científicos, esta anomalía podría deberse a alguna característica aún no conocida en la composición del núcleo de Mercurio, algo que los instrumentos de BepiColombo medirán con mucha mayor precisión de lo que ha sido posible hasta ahora.

En cuanto a su superficie, Mercurio es sin duda un planeta extremo, con temperaturas que pueden oscilar entre los 430 grados centígrados durante el día a los 180 grados bajo cero de la noche. Días y noches, por cierto, que duran casi tres meses terrestres cada uno.

A pesar de su cercanía al Sol, misiones anteriores ya encontraron evidencia de hielo en los recovecos más profundos de los cráteres polares del planeta. Los científicos especulan que ese hielo podría proceder de impactos de cometas contra la superficie de Mercurio. La misión tratará de obtener más información al respecto.

Un viaje complicado

Sin embargo, el viaje de BepiColombo aún no ha terminado. Antes de estabilizar su órbita alrededor de Mercurio, algo que no sucederá hasta 2025, la nave tendrá que realizar otros cinco sobrevuelos del planeta, siguiendo una complicada trayectoria que, en ocasiones, la llevará hasta más allá de Venus y de la propia Tierra.

De hecho, el viaje encierra una gran complejidad. No es posible enviar directamente una nave a Mercurio, ya que la atracción del Sol es tan fuerte que se necesitaría una gran maniobra de frenado para situar el satélite con éxito, algo que requeriría mucho más combustible del que BepiColombo puede transportar. Por eso, las maniobras de gravedad asistida en la Tierra, Venus y el propio Mercurio, permitirán que BepiColombo reduzca su velocidad de forma natural a lo largo de su viaje.

Durante los siete años de duración total del viaje (solo han pasado tres), BepiColombo realizará nueve sobrevuelos: uno en la Tierra, dos en Venus y seis en Mercurio, después de lo cual podrá alcanzar, ya en 2025, su posición orbital definitiva. A partir de ahora, pues, quedan aún casi cinco años para completar la misión.

ABC