Ariela Kader, la artivista que transforma la basura en arte: “Si la basura es el problema de todos entonces también es el recurso de todos”

Durante más de diez años, la artista costarricense Ariela Kader ha dado vida a sus obras a partir de desechos plásticos. Su inspiración surgió al mudarse de San José a Nueva York, donde encontró en la basura la musa de su creatividad. En cada una de sus piezas, fusiona su profunda pasión por el medio ambiente y su compromiso con la conciencia social, buscando incitar a la reflexión y la acción hacia un consumo más responsable.

La artista costarricense Ariela Kaeder con una de sus obras / Cortesía

Ariela Kader, artista y activista socioambiental, ha hecho suya una frase: “Si la basura es un problema de todos, entonces también es un recurso de todos.”. Durante más de una década, la artivista costarricense ha creado obras partir de desechos plásticos. Kader habla con WIRED en Español, en el marco de el FLII Centroamérica y El Caribe 2023, donde cocreó una obra hecha a partir de 145 kilos de desechos plásticos tomados por el equipo de Mahogany Bay, de las costas de Roatán, como parte de su programa de responsabilidad social.

En 2009, Ariela se mudó de San José, Costa Rica, a Nueva York en Estados Unidos, donde cambió el verde por el gris de las calles. “Cuando digo verde por gris, no me refiero solo a cambiar una jungla por otra, sino a cómo la gente interactúa entre sí, consume y desecha. A mí me impactó mucho ver en un sillón que estaba en perfectas condiciones, solo con una mancha de vino, desechado, en la basura”, dice Ariela Kader a esta revista. En Nueva York encontró inspiración en, por ejemplo las bolsas de basura que veía diariamente en las calles. “En lugar de ver hacia arriba, hacia los enormes rascacielos, veía hacía abajo, a las bolsas de basura”, dice. “Empecé a tomarle fotos a las bolsas con una obsesión descontrolada. Pegué esas fotos en mi cuarto para entender por qué me causaba tanta fascinación. Una de ella reunía cinco bolsas negras, y pensé que si mi familia fueran bolsas de basura posaríamos para una foto así, y la titulé: retrato familiar”.

Con esa imagen comenzó una serie de metáforas visuales utilizando marcadores de graffiti para plasmar sus reflexiones directamente en las bolsas. Así surgió la serie “Basura Social”, que buscaba destacar la idea de que somos más lo que desechamos que lo que consumimos. Posteriormente, profundizó en este concepto con una mirada más introspectiva en la serie “Si Ariela Fuera una Bolsa de Basura”.

“Un retrato de familia”, una instalación de Ariela Kader.

Una mañana, en intento por escribir en una bolsa mojada, despertó su interés en las bolsas como material para hacer arte. “Así que comencé a coleccionarlas”, cuenta Kader. En esta serie a la que nombró “Retratos de Plástico”, creó collages a través de los cuales retrataba y enmarcaba no solo un momento y lugar específicos, sino también su experiencia allí. Su nuevo trabajo coincidió por un viaje por el mundo, donde visitaba una ciudad diferente cada mes, eso fue en 2016-2017, donde todavía se distribuían las bolsas plásticas de forma “irresponsable y gratuita”. Cada obra de arte comparte una historia, como una entrada de diario. “Con tantos países promulgando leyes para prohibir las bolsas de plástico de un solo uso, afortunadamente se podría decir que estaba enmarcando un momento muy importante en la historia mundial y trabajando con un material en peligro de extinción”, explica la artivista.

Ariela Kader con su colección de bolsas pláticas. / COPYRIGHT 2018. ALL RIGHTS RESERVED.

Debido a la pandemia, regresó a Costa Rica. “Aunque mi plan era seguir trabajando en “Retratos de Plástico” con la colección de bolsas de plástico que tengo en casa de mis padres, intenté hacerlo algunas veces, pero por alguna razón no me sentí bien, así que las guardé, tan pronto como los parques nacionales de Costa Rica reabrieron, fui a visitar uno con una playa, y mientras exploraba encontré un nuevo material para mis obras de arte: microplásticos. Pequeños pedazos de basuras que traía el mar. Entonces, comencé una nueva serie que se llamó “Piece/s of Mind”, que me dió mucha paz mental durante la pandemia”. Más tarde, se fue a Barcelona, donde podría trabajar con la basura de las playas, y la de las ciudades.

Una obra de la serie “Piece/s of Mind”. / COPYRIGHT 2020. ALL RIGHTS RESERVED

“Eso le dio un giro muy interesante a mi obra de arte porque una cosa es colaborar con el mar, y otra colaborar con la calle. El mar te da todo en pedacitos, más tostado, más degradado el color. En las ciudades, todo es más enterito, y más sucio. Ahora busco hacer algo que yo llamo rompecabezas sin instrucciones porque no intervengo ningún pedazo de material, sino que solo lo entiendo y veo cómo se puede relacionar con otras piezas, para crear un todo más bueno”, explica.

 

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La basura también ha cambiado, pero hace falta recrearla

La basura ha cambiado, por no siempre para bien. “Los envases se han hecho más delgados, pero de pronto es como tomar de una bolsa plástica, lo que ha incrementado que se desechen más fácilmente. Por otro lado, las bolsas se han eliminado en algunas ciudades, pero no es tan sostenible cobrar extra o usar bolsas hechas con almidón de maíz o de papel, que no resisten los dos cartones de leche que me quiero llevar a casa. Otra cosa, es la cultura de los tote bags, difícilmente alguien va cargando uno por si se ocupa, y cuando más lo necesitas, no lo llevas, entonces necesitas comprar uno nuevo”, explica la artivista, quien se cuestiona si hemos mejorado, o más bien no. Pues, la tela y el papel requieren mucha energía para su fabricación. “Por eso, mi R favorita es recrear”, sostiene. “Ni Reciclando. Ni Rechazando, vamos a llegar a donde queremos. Si algo ya existe, y nos damos el permiso de crearlo como nosotros queremos o imaginamos, creo que podemos crear algo mejor”.

Para Ariela, lo más importante es compartir. “Por mí me quedo con toda la basura para hacer mi arte, pero lo más importante es que ojalá mañana alguien haga una limpieza en la playa, o en la misma basura que vayan a botar, no la boten y piensen si pueden hacer algo con eso, yo creo que si eso ocurre me puedo morir pasado mañana”, dice la artivista. “Con mi arte no solo genero consciencia ambiental, sino que también la gente reaprende y se reconecta con su artista interior, que es muy importante”. Ariela Kader me confiesa al final de la conversación que no le encanta la palabra basura. “Se le tiene que decir desecho. Porque basura es algo que ya llegó a su final, y desecho es el exceso de consumo de alguien que está a nuestra disposición para darle otra vida y crear otra cosa. Lo cierto es que, no importa cómo la llamemos, el problema es urgente, y tenemos que actuar pronto. Es importante ser consumidores más conscientes y tenemos que generar un cambio ahora”.

Wired