Acercamiento al Gigante de Atacama: el geoglifo más grande del mundo

La cultura está formada por múltiples manifestaciones que, con algo de suerte, pueden trascender a sus creadores. Casas, obras de arte, rutas y objetos variados formarían parte de esta amplia gama de huellas que dejaría atrás la humanidad en caso de que alguna catástrofe ocurriese.

De todos ellos, quizás los más llamativos sean los geoglifos, figuras a gran escala realizadas sobre la superficie de la tierra. Dibujos como las líneas de Nazca o los geoglifos de Chiza son los más famosos, sin embargo, ninguna de estas llega a tener las dimensiones que tiene el llamado «Gigante de Atacama».

Un misterio para la comunidad científica

Localizado en el desierto homónimo de la región chilena, es poco lo que se conoce del Gigante de Atacama, o Gigante de Tarapacá, un coloso de 120 metros de altura.

Y no se trata de escasez de evidencia arqueológica, pues hasta la aridez del clima ha sido de gran ventaja para preservar las líneas dibujadas: como casi nunca hay precipitaciones fluviales y tiene niveles bajísimos de humedad, hasta los restos de los antiguos habitantes permanecen en óptimas condiciones.

Se trata, simple y llanamente, de que no hay forma de establecer cómo se ha logrado dar forma a semejante portento, que tiene más de seis mil años de antigüedad, teniendo en cuenta las herramientas tecnológicas disponibles en dicho momento.

El Gigante de Atacama, ¿una especie de dios?

Tampoco queda muy claro cuál fue su objetivo. ¿Se trata de una manifestación meramente artística? ¿Tenía una intención de cuño religioso? Quienes se han dedicado a estudiarlo no llegan a un consenso. Pero una hipótesis establece que se trataría de la representación del dios Viracocha, fundador y creador de toda la cultura inca.

Dibujo del Gigante de Atacama.

Algunas señales dan indicios de esto: el Gigante de Atacama sostiene en su mano un bastón, algo que, dentro de las tradiciones aborígenes, era un símbolo indudable de autoridad. Lo mismo podría decirse de las plumas que tiene alrededor de la cabeza, las cuales se asemejan, además, a una corona.

Pero al fin y al cabo, todo son hipótesis, miradas de la ciencia moderna que busca comprender el pasado, si bien no siempre de manera cabal o exitosa…

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