Real Academia Española pone freno al lenguaje inclusivo

Eescribir tod@s o todes es incorrecto. Según la RAE, la corrección gramatical no implica machismo. 

En el último tiempo, con la popularización de movimientos de igualdad e inclusión como el feminismo o el LGBT, algunas personas han empezado a utilizar un lenguaje que consideran que refleja mejor la diversidad y según ellos, no prioriza al sexo masculino. Sin embargo, estas innovaciones no son avaladas por la Real Academia Española, según ha dejado claro esta institución en las últimas fechas.

Expresiones como tod@s, trabajdor@s, niñ@s (a veces con una e, en vez de la @) y demás son incorrectas, de acuerdo con la RAE. Las razones tienen que ver con la economía del lenguaje y alguien podría argumentar que son razones también estéticas, pues como dice Darío Villanueva, director de la RAE, si seguimos esto, en última consecuencia tendremos que hacer extrañas variaciones o “desdoblamientos artificiosos”, como llamar “miembros” a los brazos y “miembras” a las piernas.

Estos cambios:

Son innecesarios desde el punto de vista lingüístico. La mención explícita del femenino sólo se justifica cuando la oposición de sexos es relevante en el contexto. (…) La actual tendencia al desdoblamiento indiscriminado del sustantivo en su forma masculina y femenina va contra el principio de economía del lenguaje y se funda en razones extralingüísticas. Por tanto, deben evitarse estas repeticiones, que generan dificultades sintácticas y de concordancia y complican innecesariamente la redacción y la lectura de los textos.

“El problema es confundir la gramática con el machismo”, dice Villanueva. Es decir, hacer una hermenéutica del poder y la opresión sobre la lengua. Y explica que el género masculino de las palabras, “por ser el no marcado, puede abarcar el femenino en ciertos contextos”. Quizás el cambio que deba hacerse está en la percepción de ver la terminación de una palabra como exclusivamente de un género, cuando gramaticalmente no lo es necesariamente. Y se pueden hacer ciertas “buenas prácticas” como deferencias, siempre voluntarias, a grupos que dicen sentirse ofendidos por las costumbres del lenguaje; quizá intentar, por ejemplo, hablar de “hombres y mujeres” o decir “el ser humano” en vez de “el hombre” (aunque estrictamente “hombre”, en el sentido de homo, la especie, abarca ambos géneros) .

Recientemente hemos visto que, por ejemplo, la Iglesia Anglicana ha dicho que “Dios” (God), no es hombre ni mujer, es un nombre de género neutro.

Por otro lado, algunas dependencias oficiales han empezado a usar estos términos “inclusivos”, como es el caso de la Cámara Baja en Argentina, argumentando que los jóvenes están usando estos términos en sus comunicaciones.

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