En la escuela, ellas leen y escriben mejor que ellos.

Ya desde los 9 años, las niñas se desempeñan mejor que los niños en los exámenes estandarizados de lectura y escritura y, a medida que crecen la brecha de logros se amplía aún más, según un estudio publicado en American Psychologist.

“El pensamiento habitual es que los niños y niñas en la escuela primaria comienzan con la misma capacidad cognitiva, pero esta investigación sugiere lo contrario – afirma David Reilly, autor principal del estudio, en un comunicado – . Nuestra investigación descubrió que las niñas generalmente muestran una mejor capacidad de lectura y escritura que los niños desde el cuarto grado”.

Reilly y sus colegas analizaron información de la Evaluación Nacional de Progreso Educativo, una encuesta de datos de Estados Unidos representativa de puntajes de exámenes estandarizados de más de 3,4 millones de estudiantes en cuarto, octavo y duodécimo grado (entre los 9 y los 17 años) en los Estados Unidos, en un lapso de 27 años.

Si bien las pruebas mostraron que las niñas, en general, obtenían puntajes significativamente más altos que los niños en lectura y escritura en cuarto grado, esa brecha se amplió aún más en octavo y duodécimo grado, y la diferencia era mucho más sustancial para la escritura que para la lectura.

Los autores ofrecieron varias teorías para explicar los hallazgos. Por ejemplo, los niños son estadísticamente más propensos a tener dificultades de aprendizaje y también pueden enfrentar la presión de los compañeros para ajustarse a las normas masculinas, lo que podría hacer que no conviertan la lectura en una prioridad.

Otra explicación podría ser que existen diferencias de género en los problemas de comportamiento, como la agresión física y las reglas de desobediencia, así como los trastornos de atención, que se han asociado con deficiencias generales de lectura y escritura, según Reilly.

También hay alguna evidencia de investigación de que las niñas usan ambos hemisferios cerebrales cuando se les presentan tareas de lectura y escritura, mientras que los niños son más propensos a usar un solo hemisferio del cerebro, señalan los autores.

Así mismo añaden que los hallazgos no sugieren necesariamente que los niños y las niñas tengan estilos de aprendizaje radicalmente diferentes y no deberían usarse para apoyar las llamadas a la educación de un solo sexo.

“Toda la evidencia sugiere que la segregación por género en la educación refuerza los estereotipos de género negativos y hace más relevante el género, lo que podría ser perjudicial para los niños en lectura y escritura, y para las niñas con matemáticas y ciencias – concluye Reilley –. Más bien, sugiere que tenemos que adaptar mejor nuestra educación para satisfacer las necesidades de los niños y niñas y realmente alentar en ellos un amor no solo por la lectura sino también por la escritura”.

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